54. Desastre.

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— ¡Lucy! —escuché decir a todos, a excepción de Dante, él dijo: "Amor".

—Amor, perdón —si Dante me había dado el golpe accidentalmente. No lo ví pero eso me lo confirmó. Enfurecí pero me quedé callada, *idiotas los tres*.

— ¿Se pueden hacer a un maldito lado? —dijo Andy muy molesta. Se puso de cuclillas  y trató de ayudarme. Con una mano tomé la de Andy para levantarme y con la otra me hacía poca presión sobre el golpe— Amiga ¿estás bien?

—Sí, tranquila —mis ojos estaban cristalizados, quería llorar del dolor.

— ¿Ves lo que provocas? —dijo Adam a Ezra—, ese golpe iba para tí.

—Lucía, amor perdón, yo.. —Dante se estaba disculpando pero alcé mi mano diciendo que se callara.

— ¿Saben que? Nosotras veniamos porque nos preocupaba lo que hicieran, pero por mi mátense, me tienen harta.  —dijo Andy y me hizo entrar a su casa. Por parte de ellos solo hubo silencio. De repente todo se tornó negro— ¡Lucy!.

Sí, cai al suelo desmayada. Andy salió de nuevo.

—Dante, Lucy se desmayó —dijo Andy preocupada. Dante entró rápidamente.

***

— ¿Lucy? —escuché a Andy decir mi nombre. Comencé a abrir los ojos, estaban todos a mi alrededor.

—Grácias al cielo despertaste —comentó Adam aliviado. Suspiré.

— ¿Que me pasó?

—Te desmayaste por un un golpe, que..

—Por un golpe que te di accidentalmente —dijo Dante interrumpiendo a Andy—, lo siento. Yo aclaré mi garganta y me senté en el sofá.

—No quiero hablar de eso ahora —dije a Dante, luego me dirigí a los demas—. Creo deberían de irse, yo me siento mal y Andy no esta nada bien que digamos.

Todos se miraron entre ellos, Dante y Adam salieron y Ezra antes de hacerlo volteó a ver a Andy.

—Andy, quisiera hablar de lo sucedido después que estés más tranquila.

—Vete Ezra, por favor —Ezra se quedó unos segundos más y luego salió.

Andy se quebranto cuando escuchó la puerta cerrarse, comenzó a llorar mares. Yo deje que llorara, cuando por fin se calmó decidí hablar.

—Creo que, deberías escuchar lo que te dice, que te hable con hechos, ya de ahí puedes tomar la decisión que quieras y necesites, pero no sin antes escucharlo, se ve muy apesarado -suspiré-, aunque no justifico lo que hizo, creo si hay que escuchar su versión, claro, cuando te sientas mejor.

— ¿Como haces para decir las palabras exactas en el momento exacto? —preguntó Andy, yo solo pude sonreir.

—Resulta que perdí mucho tiempo alejada de mi familia, mis amigos y del amor de mi vida, lo mejor que puedo hacer es escuchar y aprovechar cada momento con ellos. No digo que perdones a Ezra asi nadamas, solo escúchalo, créeme que de ahi basaras tu decisión.

—Tienes razón.

—Entonces, creo me iré a casa, sé que en estos momentos quieres estar sola.

—La verdad si, quisiera pensar las cosas.

—Bien —me levanté, abracé a Andy despidiéndome, salí de su casa y ahi estaba Dante, recargado en su camioneta. Yo tenia sus llaves.

—Supongo esperabas por esto —elevé mi mano mostrando sus llaves y las arrojé para que las atrapara—, me voy a casa —comencé a caminar en dirección contraria.

—En realidad te esperaba a ti —mencionó. Yo me detuve sin voltear a verlo—, ¿puedo llevarte a casa?

Me quedé en silencio un rato y pensé en lo que le dije a Andy, asi que me giré y me acerqué a él.

—Solo porque tengo la cara entumecida y adolorida —dije y subí al copiloto, luego el subió. Conducía en silencio, igual estaba callada, después de un rato, me di cuenta que se desvió, ibamos a su casa—. Dante, mi casa es a la derecha.

—Lo sé, no vamos a tu casa —lo escuché decir un poco serio. Pasamos por el bar de Toby, recordé que Andy dejó su auto ahí. Por que no traje las llaves.

Llegamos a casa de Dante, bajamos y entramos juntos, en silencio. Me senté en el sofá y el despareció a la cocina luego reapareció, traia una bolsa de hielo y el botiquin de primeros auxilios. Se acercó a mí y me puso el hielo sobre el golpe que me dió.

— ¿Que haces? —pregunté y reí.

—Tratando que ese golpe baje la hinchazón, ¿no es obvio? —dijo, serio. Se veia realmente preocupado.

—Dante —dije riendo muy bajo—, tu estás peor que yo —tomé una pequeña gaza del botiquín y puse agua oxigenada en ella. La pasé por el la esquina de su boca. Claramente yo estaba peor que él, pero ya no quería que se sintiera mal.

— ¡Auch!  —se quejó él.

—Los hombres son más delicados que nosotras —le comenté sujetando la muñeca de su mano que sostenía el hielo sobre mi cara.

—Lucía, perdón por lo que te hice, pero jamás intentes acercarte a unos hombres peleando —mencionó, aún con su rostro de preocupación y culpa—. No sabes como me asusté cuando te vi caer por mi culpa..

—Dante —lo interrumpí—, ya, basta —suspiré—. No pasa nada, la verdad es que sí me molesté en ese momento pero ya, no es culpa tuya —dije. Terminé de limpiar su herida y puse la gaza a un lado. Él me miraba a los ojos, se sentía realmente mal asi que puse mi mano sobre su mejilla—. Te amo, y no quiero que te sientas mal, ya pasó —besé sus labios.

—No queria hacerte daño —contestó.

—Shhh —lo callé. Di otro beso—, no pasa nada, ya, abrázame.

Dante se sentó junto a mí y nos abrazamos.

***


Bueno chicas, espero les guste este cap, es corto pero hay una buena razón.
Mañana subo el gran final de esta increible historia, asi que será un capítulo algo largo.

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Les amo!! ❤️😘

Finally Falling | EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now