26.- Primera mala impresión.

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— Soy casada —contestó Andy muy seria.

La cara de Ezra se tensó y pasó de feliz a  decepcionado. — Entiendo.

Andy soltó una carcajada, que no podía con ella. —Es broma, ni de chiste estaría casada a esta edad —dijo aún entre risas.

— Eres buena haciendo bromas —dijo él.

— ¿Y tú? —preguntó Andy y luego comenzó a comer nachos, viéndose más relajada.

— Yo si soy casado —dijo Ezra alzando su mano que dejaba ver un anillo de bodas.

— Mi más sentido pésame —dijo Andy, ocultando su decepción.

Manhattan, New York
Sábado 3 de Noviembre, 10:41 pm
Karaoke-Rest-Bar.

Dante y yo salimos del bar y caminamos hacia un parque que se encontraba casi enfrente de ahí. Me senté en una banca.

— Oye, ¿No te preocupa dejar a Andy con Ezra? —dijo Dante, parado frente a mi.

— No, es tu primo, no se la robará.

— Si, pero Ezra es algo raro.

— Dante, estaban platicando, nadamas —dije y él se quedó callado— ven —estiré mi mano y tomé la de él— ¿Cómo te ha ido con tu puesto de jefe de jefes temporal?

El se sentó a mi lado sin soltarme la mano. —Me va bien, es demasiado trabajo, pero creo me va bien. —dijo y luego se quedó callado, como pensativo.

— ¿Estás bien? —pregunté acercándome más a él.

— Sí —nuevamente se quedó en silencio, lo cual me desesperaba.

— Dante, si te pasa algo puedes decírmelo, de verdad, puedes confiar en mí.

Se quedó callado, luego de unos segundos suspiró y habló.

— No pasa nada, es solo que, realmente siento que me hacias falta —dijo sin mirarme—. Te extrañaba.

Decía todas esas palabras sin mirarme, me levanté y jalé su mano haciendo que se levantara.

— A mi también me hacias falta —le dije buscando su mirada y lo besé.

Dante era una cosa extraña para mi, era un hombre más joven que yo, guapo, muy burlón (en buen sentido), pero exageradamente penoso, esto de salir conmigo le es extraño, le causaba mucha pena decirme lo que pensaba o sentía respecto a mi, respecto a nosotros.

En cambio, yo era una cosa extraña para él, lo que pienso y siento jamás lo callo ni oculto, le tomé mucha confianza, la suficiente para expresarme con él, si quería besarlo o decirle algo, lo hacia, claro algunas veces con pena, pero me atrevía a hacerlo, o almenos la mayoría de las veces.

Al dejar de besarlo el permaneció cerca de mi. —Quisiera mostrarte algo pronto —dijo él en seco.

—¿Algo? ¿Qué cosa? —pregunté  confundida.

— Ten paciencia, ya lo verás tu misma.

— No me hagas este tipo de cosas Dante, yo soy muy desesperada.

— Lo sé, y eso hace mas emocionante la espera —contestó en tono burlón.

— ¡No te aguanto Dante! —dije sonriéndole como toda una tonta enamoradilla.

— Deberiamos de regresar con Ezra y Andy. —sugirió Dante.

— Okay —tomados de las manos regresamos al bar.

Finally Falling | EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now