46.- Nervios

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— ¿Como es que Henry es tu ex y ahora estás con su amigo? —preguntó Trenton, tomó una papa a la francesa de mi plato y la llevó a su boca.

—A mi no me molesta en lo absoluto, Lucy y yo nos quisimos mucho pero eso fue ya hace años, quiero lo mejor para ella, y sé que Chris es bueno.

—Trenton, deja de hacer preguntas estúpidas, mejor deberias de subir a cantar al karaoke —sugerí a mi hermano.

—Jamás —contestó él.

Trenton se negó a cantar, yo si subí y canté una canción. Bebimos un poco,  en realidad yo solo tomé una cerveza lo cual no me hace nada. Luego nos fuimos. Chris me llevó al departamento, y al llegar me tumbé en el sofá.

—Tengo que irme —dijo Chris.

Tomé su mano ya que él se encontraba de pie.

—Quédate —pedí a Chris, la verdad es que ya estaba algo ebria.

—Lucy, linda, estas un poco pasada de copas —dijo agachándose. Me miró a los ojos, se sentó y besó mi frente.

—No, estoy bien, quédate conmigo —dije y me avalance a él, rodeé con mis brazos su cuello, en forma de abrazó y lo besé.

Nos besabamos sin despegarnos, todo se volvió intenso, de un momento a otro ya estabamos en la habitación, él sobre mi.

— ¿Estas segura de esto? Si no es asi mejor..

Lo besé, y no paramos, tuvimos ese momento no sé si esperado o no, pero algo en mi lo necesitaba. Al terminar él  me atrajo hacia a él y nos quedamos dormidos.

Al amanecer desperté con la mitad de mi cuerpo desnudo casi encima de Chris, mi mano estaba sobre su pecho y él me tenía rodeada con su brazo, seguía dormido. Después de unos minutos de estar maniobrando para levantarme sin despertarlo, al fin tuve exito y me dí cuenta que estabamos en la habitación de invitados, ya que era la primera puerta, al fondo estaba la mía.

Tomé una sábana y me enredé en ella, fui a mi habitación a buscar ropa y me metí a bañar. Me terminé de cambiar y puse la cafetera, preparé huevo con tocino y pan tostado, y al apagar la estufa vi a Chris parado al inicio del pasillo, antebrazo posado en la esquina de la pared, justo sobre su cabeza.

—Hola —dije y sentí como mis mejillas se hacian rojizas.

—Buenos días —contestó Chris, se acercó y besó mi mejilla. Tenía puesto un pans flojo y una camisa de algodón ajustada a su cuerpo, él tenía algo de ropa, ya se había quedado algunas veces, pero era la primera vez que dormiamos tan juntos, la primera vez que me atreví a tener sexo con él.

—Perdón, no quise despertarte —dije a Chris— ¿te sirvo? —ofrecí.

—Mucho —contestó y beso mi cuello por detrás.

—Hablo del almuerzo tonto —dije riéndome.

—Ah, eso, si —el tomó dos tazas y sirvió el café, yo los platos y almorzamos juntos. Al terminar levantamos la mesa.

—Deja eso, yo lo lavo ahorita, tu te tienes que ir —dije a Chris quitándole los platos que acababamos de ensuciar.

—Si, tengo que estar ahi en almenos una hora.

—Corre —dije y él se fue a duchar, salió y antes de irse se acercó a mi.

—Antes de irme —tomó mis manos y aclaró su garganta—, anoche fue increíble.

Sonreí y agaché mi cabeza.

— ¿Qué pasa?  ¿No te gustó? Alomejor  estuve mal y..

—No —interrumpí—, estuviste muy bien —entrelazamos nuestras manos— es solo que, me da algo de pena.

—Entiendo, sé que esta relación puede ser difícil, y créeme que si no te sientes cómoda puedes decirmelo, sé tu pasado, sé cuanto has sufrido y sigues sufriendo,  me encantas Lucy, y te quiero tanto y entenderé lo que decidas.

Me quedé callada, no sabía que decir.

—Él sabrá toda la verdad muy pronto, y sé perfectamente que tu corazón le pertenece a él.

Lo besé, Chris era el hombre perfecto, era cariñoso, guapo, sexy, trabajador, amable y comprendía cada parte de mi pasado y presente.

—Basta, tienes que irte —me dio un beso, esta vez más corto—, no hables más de eso, y si quieres hacerlo lo hablamos por la noche si quieres.

—De acuerdo —sonrió, beso mis labios fugazmente—. Diviértete en tus carreras.

—Claro, nos vemos en la noche —tomó sus llaves y se fue.

Comencé lavar los trastes, limpié mi habitación y luego pasé a la de visitas, al terminar de tender la cama, recordé lo de anoche, no sabía que hacer, no sé si tuve sexo con Chris porque realmente quería hacerlo o necesitaba arrancarme a Dante.

Dormí un rato, estuve terminando unas blusas que quería regalarle a Andy, me cansé, ya era de noche asi que subí al departamento, puse agua para té. Apagué el agua del té, sonó el teléfono de mi departamento y contesté.

—Diga —dije ya que en el identificador vi que era recepción.

—Señorita Stark, hay una persona que quiere verla, sin embargo no la conozco y no quiere decirme su nombre.

Mi corazón se aceleró y mi mente estuvo alerta, me entró un miedo enorme, estaba sola.

— ¿Es pelirroja? —pregunté con mi voz algo temblorosa, me encontró, pensé.

— No, cabello negro.

Pensé que era Andy, pero ella es rubia.

—Hazla pasar en 5 min, dale las indicaciones, yo abro aqui.

—Entendido.

Colgamos y marqué el número de Chris, no contestaba, volvi a marcar y no contestaba. Tomé mi celular y le envié mensajes vía whatsapp.
Abri la puerta y del elevador aún no salia nadie pero no tardaban en subir, volví a llamar a Chris y contestó.

— ¿Qué pasa? —preguntó Chris con un tono de preocupación, ya que nunca le llamo mas de 1 vez seguida.

—Una mujer quiere verme, está aquí en el edifício pero no quiso dar su nombre, estoy asustada, se que estas como a 35 o 40 minutos de aquí pero realmente estoy asustada y quisiera que vinieras.

—Tranquila, voy para allá.

— ¿Llegas en 30?

—En 15, o menos, no abras.

Colgamos y en eso sonó el comunicador, oprimí el botón verde para hablar.

— ¿Quien es? —pregunté con mi corazón acelerado de los nervios que tenía.

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❤️

Finally Falling | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora