Capítulo 10. Alors allez-y, nom d'un chien!

10.8K 682 181
                                    

Mayo 2019, Madrid

Tres semanas después de la pelea con Sabela

Todos y cada uno de los días después de aquel intercambio de termos, Alba había dejado uno nuevo con café recién hecho encima de algún coche. Aunque en alguna ocasión había intentado acercarse más a Natalia, ésta siempre había respondido poniéndose en tensión y preparándose para huir, por lo que la valenciana había dejado de hacer intentos.

Cada mañana, Alba recogía el termo vacío con la misma nota, sonreía al verla, pero siempre sentía una pequeña decepción al ver que se repetía el mensaje. La rubia había reorganizado su horario para no tener que salir de casa con Carlos ningún día, ya que era consciente de que no podría explicarle aquel extraño intercambio.

Después de pasar una mala noche debido a que la pequeña Natalia se había resfriado en el cole, Alba se había levantado ligeramente enfadada y aunque había salido cargada con su termo de café como el resto de los días, esta vez, fue ella quien dejó una nota para la morena.

Después de pasar una mala noche debido a que la pequeña Natalia se había resfriado en el cole, Alba se había levantado ligeramente enfadada y aunque había salido cargada con su termo de café como el resto de los días, esta vez, fue ella quien dejó...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

A la mañana siguiente, el termo no estaba vacío sino lleno y lo acompañaba una nota distinta de las que había recibido hasta ahora.

Alba no puede evitar reírse ante la ocurrencia de la otra, tenía que admitir que, a pesar de que no era lo que esperaba, al menos era original

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Alba no puede evitar reírse ante la ocurrencia de la otra, tenía que admitir que, a pesar de que no era lo que esperaba, al menos era original. Así que no duda en dar un trago a la bebida y anotar un siete en el papel para dejarlo justo en el termo que ella había preparado para Natalia.

Durante las dos semanas siguientes, la rubia fue puntuando los cafés de las mejores cafeterías de Madrid. A veces la nota de Natalia era simple, a veces la acompañaba de algún emoticono dando su propia opinión sobre el brevaje. El día que el mensaje tenía dibujada una caca, Alba no pudo evitar reír a carcajadas justo antes de escupir aquel matarratas, provocando una amplia sonrisa en la cara de la navarra.

- ¿Y a ti qué te pasa? – le había preguntado Sabela unos días después de que empezasen los intercambios.

- ¿Qué me pasa de qué? – contesta la rubia.

- Pareces... feliz – dice la otra mirándola recelosa.

- ¿Por qué no voy a ser feliz? – responde sin levantar los ojos de los documentos que estaba leyendo – tengo una hija preciosa, un trabajo que me gusta, una familia que me quiere, te tengo a ti que eres... como mi Khaleesi..

To And Fro | AlbaliaWhere stories live. Discover now