Capítulo 12. ¿Capaz?

10.7K 688 198
                                    

Valencia, 2010

- ¿Tú crees que debería acostarme con Rubén?

La pregunta de Alba pilla a Natalia por sorpresa. Después de una noche de fiesta con los amigos en la que se han escapado un par de veces a "fumar", ambas están ya en la cama. La morena abraza a la pequeña por la espalda y ésta, aprovechando que no puede leer el miedo en sus ojos, se ha decidido a preguntar.

- Pues no sé, ¿te apetece? – pregunta la otra tirando levemente de su brazo para pedirle que se gire hacia ella.

- No sé, ¿cómo es acostarse con un chico? – contesta curiosa, mientras se gira y se esconde en su cuello.

- Pues... como ir corriendo durante una hora y, al terminar, dejarse caer en el suelo – responde la morena – solo que si tienes suerte, dura quince minutos.

- Ya... - dice no muy convencida.

- ¿Por qué no te has ido hoy con él un rato a dar un paseo? – se interesa Natalia.

Alba sabía lo que significaba ir "a dar un paseo", la morena solía hacerlo alguna que otra vez los fines de semana, cuando conocía a algún chico mono. Al volver, a veces, traía marcas en el cuello.

- Tendrías que ver cómo ha terminado él – le había respondido en alguna ocasión ella entre risas.

La rubia sabía lo que hacían aquellas parejas en los paseos y no le apetecía pasear con Rubén, al menos no así.

- No... no me apetecía... - responde algo tensa.

- Ni siquiera a que te toque un poco las "canicas" – pregunta susurrando entre risas.

- ¿A ti nunca te apetece...? – la frase se queda a medias y la pequeña niega con la cabeza.

- Nunca me apetece... ¿qué? – ahora es la morena la que parece perdida.

- Tú... siempre que estamos... tú... te apartas, y... - las palabras se atascan en la garganta de Alba que siente sus ojos humedecerse.

- ¿Cuando tú y yo...? – Natalia se retira intentando mirarla a la cara – Albi... Albi...

Alba no responde y se aprieta más contra su cuerpo, tratando de no ser descubierta. La morena para un segundo y analiza todo lo que puede estar pasando por la cabeza de su amiga, rápidamente levanta una de las manos y la coloca sobre uno de los pechos de la rubia.

- ¡Nat!, ¡así no! – protesta intentando mantener el volumen al mínimo para no despertar a nadie - ¿qué haces?

- Pero has salido de tu escondite, ¿no? – sonríe satisfecha, aunque ve a la otra haciendo un puchero – ey... ¿qué pasa, enana?

- Tú... no... ¿no lo intentas porque no te parezco guapa? – pregunta bajando la vista para no encontrarse con sus ojos.

- ¿Estás de coña? – responde sorprendida ante la inseguridad de su amiga – creo que eres la persona más guapa del mundo.

- Ya, pero tú siempre... te alejas... - Natalia ve rodar una lágrima por aquella mejilla.

- Pero... pero... eso no es porque no me gustes... - intenta explicarle algo que ni para ella tenía sentido – ehm... bueno... verás...

- Déjalo, déjame, Nat – contesta empezando a llorar, mientras intenta darse la vuelta.

- ¡No! – protesta la morena que la agarra por el brazo – madre mía... vale... esto es una guarrada pero bueno... a ver... madre mía... ehm...

La pequeña mira confusa a Natalia que parece estar teniendo algún tipo de diálogo interno en voz alta. Muy despacio, acaricia el brazo de Alba mientras le sonríe y tira suavemente de él para llevarlo bajo las mantas.

To And Fro | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora