Capítulo 29. I won't accept that

12.8K 739 336
                                    

Agosto 2019, Madrid

- ¿Que estás saliendo con alguien?, ¿que estás saliendo con alguien?, ¿pero cómo le dices eso?, ¿estás tonta? - Julia entra por la puerta, y sin ni siquiera saludar se dirige al salón, en el que Natalia está viendo un programa de sobremesa con la hermana Dolores - ¿Cómo está usted, Loles?

- Muy bien, hija, viendo la tele - contesta la señora confusa por la visita repentina.

Natalia, que se ha puesto de pie tan rápido como ha escuchado la primera frase de la gaditana, la coge del brazo para acompañarla a la cocina.

- Ahora volvemos, mamá - explica a la monja - enseguida te traigo la merienda.

Por un momento, Julia se queda embobada mirando la interacción entre la navarra y aquella mujer mulata de ojos achinados y pelo cano que poco tenía que ver con ella, al menos, físicamente. El intercambio se había producido de una forma tan dulce y sencilla, que podía entreverse a kilómetros de distancia la complicidad entre ambas. Natalia tenía la capacidad de establecer aquel tipo de vínculos con los que ella consideraba sus elegidos y, lo mejor de todo, es que lo hacía de una forma totalmente subconsciente.

Pero aquella pausa momentánea, duró justo hasta el instante en que ambas cruzaron la puerta de la cocina y la morena, girándose tranquilamente hacia el frigorífico, del que saca un cartón de leche, pregunta con la voz más calmada del mundo:

- ¿Se puede saber qué te pasa, colgada?

- ¿Le has dicho a Alba que estás saliendo con alguien? - pregunta confusa la gaditana.

- ¿Y eso a qué viene ahora? - contesta intentando evitar la conversación.

- He estado comiendo con ella y está ralladísima, tía - es la única explicación que da.

- Bueno... a ver, es que... es que el otro día se puso en plan todopoderoso y... - las palabras se le atragantan, mientras intenta averiguar qué es lo que Alba le ha contado a la gaditana y que no - Yo... yo a veces recojo a la enana del cole y nos vamos a dar una vuelta... o la llevo a casa y esperamos allí hasta que ella sale de trabajar.

- Sí, eso me ha contado - la anima la otra a que siga hablando.

- Creo que piensa que estoy utilizando a la niña para estar cerca de ella... - comenta midiendo las palabras para no dejar ver más de lo necesario.

- ¿Y es eso lo que estás haciendo? - pregunta la gaditana buscando sus ojos.

- ¡No! - responde rápidamente, casi indignada.

- Vale, y... ¿por qué crees que Alba puede pensar eso?

- Pues... no tengo ni idea - la vaguedad de la respuesta y el hecho de que la morena se girase a sacar un paquete de galletas del armario, evitando así su mirada pone a Julia sobre aviso.

- Ya... bueno... seguramente habrá malinterpretado alguna cosa, por toda vuestra historia... ¿verdad?

- Claro - contesta rápidamente la Navarra, abrazándose a esa oportunidad que le ofrece la otra.

- Además, está clarísimo que tú ya no sientes nada por ella... nada romántico, quiero decir - pica de nuevo la gaditana, que no estaba dispuesta a dejar escapar a su presa.

To And Fro | Albaliaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें