Capítulo 8 (primera parte)

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Cuando tenga la segunda parte (aún no está escrita), os la subo. Es como una especie de adelanto, pero no lo es.

Es muy breve (como siempre)

😘😘😘😘

¡Gracias!

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Aunque estaba renuente en asistir a las fiestas, aceptó en ir en aquella, organizado por lord y lady Yahe, una pareja un tanto escandalosa. No por los escarceos del señor fuera de la casa, no, era prudente en ese sentido. No como otros que lo había publicado a los cuatro vientos. Ante en ese pensamiento, no pudo detener el sentimiento de la vergüenza o de la propia rabia. No contando más con ese detalle turbulento, la pareja le gustaba regodearse con gente "popular", sin importarle si era de origen noble o burgués. Les gustaba ser el centro de atención, así lo conseguían, invitando a personas que eran protagonistas de los escándalos más bullicios de Londres.

¿A ella qué se le metió la idea horrible de ir? Estaba claro que no había estado lúcida cuando lo decidió. Se arrepintió al instante cuando ingresó al salón con los presentes que habían llegado a la fiesta.

¿Por qué había tenido el disparate de asistir?

Afortunadamente, iba acompañada. Aunque tal compañía no la protegía en absoluto de las miradas curiosas y malintencionadas. Su primo Edward, que actuaba como un caballero-a veces -, presumió de su buen estar. No había duda que las féminas del lugar estaban pendientes de su comportamiento. Pero eso no evitaba que se fijaran en ella y en la falta de compañía de su esposo.

La fiesta sólo consistía en una cena y un baile. Mientras que llegaban los invitados, aún no se pasarían al comedor. Por lo que estuvo bastante entretenida, ya que algunas damas se acercaron a ella con el único interés de saber si su esposo asistiría o preguntar, por ejemplo, su salud. No era idiota para saber que había una doble intención en ello. No le dio la satisfacción en que lo supieran.

- Es una pena que no haya podido venir su esposo, ¿tan ocupado se encuentra?

Una risa de las tres mujeres chasqueó el aire de una forma estridente. Sophie la miró con absoluta frialdad.

- ¿Por qué contestar a vuestra pregunta si sabéis la respuesta?

- Andamos muy confusas con vuestro matrimonio - continuó lady Cortefield -. Él parecía un hombre enamorado de usted cuando llegó a Londres de su estancia en Devonshire. Ahora, dicho amor se ha esfumado.

- El amor viene y va - dijo otra mujer de su círculo -. Nos lo puede decir perfectamente, usted, que lo ha experimentado en primera persona.

Eran unas tres arpías sin cuidado. Intentó no darles el gusto de verse acorralada. Fingió sonreír mientras bebía de su copa.

Su primo Edward a lo lejos, ya que había ido a saludar unos conocidos, observó la tensión que increspeba parte del rostro de su prima.

- Si me disculpan...

Atravesó el gentío, cuando un silencio pesado se instaló sobre sus cabezas. Era la calma que procedía a la tormenta. Echó un vistazo cuando un murmullo molesto se empezó a extender por la estancia. Nadie lo paró. Cuando vio la razón de ello entrar por esa puerta, no pudo evitar pensar que la cosa se podría poner fea.

Efectivamente, se acabó poniéndose bastante fea.

Sophie sintió la sangre helarse y paralizarse el corazón. Las tres damas le dedicaron una mirada de superioridad y de disfrute que apenas se percató porque su atención estaba puesta en él. Se equivocaba. No venía solo.

A pocos metros, estaban lord Floyd y la señora Savage, su amante, que lo miraba con adoración.

Me odiarás   © #3 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora