Me odiarás © #3 Saga Matrimonios

Capítulo extra

Esto os lo debo a vosotras que habéis estado hasta el final de esta historia. Se me ha encendido la bombillita y no quería dejarla apagar. Os doy las gracias nuevamente y por haberle dado una oportunidad a una historia que ha acabado haciéndose un hueco en la cuenta.

Allá vamos, espero que os guste!!

❤❤❤❤

__________________________

Una de las ventajas de tener la atención de una esposa, era que podía alegrarse la vista un largo rato sin que esta opusiera alguna objeción. Si contaba con que su cuerpo estuviera próximo a él, también, se consideraría otra ventaja, dando lugar a pensamientos tórridos. La única pega que podía encontrar era que su mujer no estaba pendiente de él, sino el nudo de su corbata, que lo desbarató por enésima vez.

- Podría habérselo pedido a mi ayuda de cámara.

- Shhh, me desconcentras. Éstate quieto - para hacerle saber que iba en serio, le dio una palmadita a su mano que había subido peligrosamente.

- Te iba a ayudar - sus labios se torcieron en una mueca -. ¿De qué me sirve tenerte cerca si no puedo tocarte?

- Eres peor que Peter - Peter era su hijo, que había llegado al mundo hacía tres años, que pedía cada minuto que jugaran con él, salvo esa ocasión que dormía como un lirón porque era la hora de su sueño y nadie, ni un huracán, podía hacerle despertar -. Vamos a llegar tarde a la velada y será por culpa tuya.

- ¿Culpa mía? Perdón, querida, si no puedo quitarte los ojos de encima.

Sophie contuvo una sonrisa, ya que se sentía terriblemente halagada. Aun así, para no caer en la tentación, apretó los labios en una línea fina, fingió ofenderse y declararle:

- Hazlo tú mismo. Yo me he cansado. No se puede discutir contigo y hacer un nudo a la vez. Es agotador hasta para mí - se fue hacia el espejo de su tocador y se miró para arreglarse, aunque ya su doncella lo había hecho con tanto esmero hacía media hora.

Ansel enarcó una ceja y no rechistó; se encargó personalmente de hacerse el nudo de la corbata mientras no la dejaba de mirar. No creía que lo dejara de hacer porque ya su corazón fue robado desde que la vio por primera vez.

- ¿Estás molesta conmigo?

Se acercó a ella, sabiendo que cierta agradable tensión subiría como la espuma si no se marchaban pronto de la habitación.

- Sí y no - se hizo la remolona y él no se hizo el tonto, no desaprovechó esa oportunidad.

Al diablo la fiesta de los señores Wilson. No había vuelta atrás en su decisión; tocaba convencer a su querida esposa de que la fiesta podía retrasarse o directamente no ir.

- Creo que debo esmerarme para que no sigas molesta conmigo - se situó detrás de su espalda, transmitiéndole su calor que emanaba de su cuerpo.

- ¿Cómo lo vas a conseguir? - se volvió hacia él, colocando sus manos abiertas como un abanico en su torso -. Te recuerdo que tenemos una cita pendiente.

- ¿Si la cita la tenemos tú y yo? - la atrajo hacia él en un abrir y cerrar de ojos -. Actualmente, mi único interés eres tú. No creo que tenga la cabeza ahora mismo de ir a una aburrida cena y después al baile. Prefiero que bailes para mí y solamente conmigo.

Iba a replicarle con la broma si no bailabas, sabiendo que él se refería a otro baile, más antiguo y primitivo, cuando no pudo pronunciar una palabra porque sus labios fueron ocupados de inmediato por los de él, impetuosos y sensuales. Exigiendo y dando. Todo fingimiento se fue por el balcón cuando otras sensaciones más urgentes la dominaron.

Sus besos provocaban en ella un dulce y retorcido placer, a su vez, una demanda muda que él no escatimaba en responderle. No hizo falta convencerla mucho, ya estaba más que lista y entusiasmada para recibirlo. El fuego aún no se había apagado entre ellos, sino que seguía más vivo que nunca y la prueba estaba ahí, en sus corazones que latían juntos.

A veces, la fiesta que uno podía montarse en pareja podía ser la más divertida, ¿y por qué no?, la más excitante de todas.

¡Hasta aquí os lo dejo a vuestra imaginación!

Aunque haya sido cortico, espero que os haya gustado.

Besitos!!!

😘😘😘😘