Adelanto (mini)

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Hasta aquí se acaba la inspiración. Entre hoy o mañana, escribiré el capítulo, que me gustaría que al menos sea emocionante y eletrizante.

Besitos 😘😘😘😘😘

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La marcha de su esposo con la trepadora de su amante fue como tomarse una jarra de hiel. Aun así, se mantuvo impertérrita ante su marcha. Nadie, ni mucho él la vería derrotada y sufriendo. Edward no tardó mucho en localizarla en el salón de baile tras terminar de fumarse un cigarro y beberse la copa de oporto.

- ¿Se ha ido? - el ceño fruncido en el rostro masculino le hizo saber que no estaba conforme.

- Sí - jugueteó con sus dedos la alianza, aún con la vista perdida.

- Me dio la sensación de que iba a perdonaros. 

Sophie le lanzó una mirada cortante.

- Pues parece que va a ser que no. 

- Dale tiempo. Se cansará de ella.

No opinaba igual; así que se guardó sus pensamientos para ella. No había duda de que Florence era una mujer hermosa de que había atraído a su esposo. No solamente por su innata belleza, sino porque ella no lo había engañado y se entregaba a él totalmente. Aunque una podía entender de que era una experta en su campo, por sus habilidades amatorias, a nadie se le escapó, y menos en esa noche, que estaba muy interesada en Floyd.

- ¿Por qué afirmas que se cansará de ella? 

- He hablado con él, y aunque no me lo haya dicho, piensa en ti.

No lo creía, negó con la cabeza. No pensaría en ella, sino en su engaño. En su maldad. A sus ojos, era Eva, la que se había comido la manzana del pecado.

- Has hablado en vano con él - dejó de juguetear con la alianza -. Prefiero dejar de darle más vueltas al tema. Me agota demasiado. 

- ¿Quieres que nos vayamos? - se ofreció diligente. 

- No; quédate aquí, en la fiesta. Yo me iré.

Se despidió con un beso en la mejilla y se marchó, al igual que lo había hecho unos minutos antes su esposo con la otra. No se fijó en la gravedad que se había tornado los ojos de su primo.

***

No tuvo noticias de su esposo. Parecía ser que los invitados de la fiesta de los Yahe habían hecho un voto de silencio. Podría ser eso o estarían esperando al adecuado momento de alzar sus garras y despedazarla. No la sorprendería, aunque sí hubo algo que no se esperó, ni se imaginó. 

  A los pocos días de la velada, le llegó la carta de cierto caballero invitándola a una representación teatral. Era escandaloso e inapropiado su proposición. Era una mujer casada e ir con un hombre que no era su marido, su primo o su padre, significaba, la ruina. Aceptarlo, lo sería más, y fue con ese pensamiento, que la incitó a aceptarlo. No era una buena dama si lo que quería era que llegara a los oídos de Floyd de que iría al teatro en compañía de otro hombre que no era él. Quizá, el efecto que le causaría no sería el que ella deseaba. No cuando simplemente la aborrecía. Aun así, lo quería intentar. Además, no iba a quedarse languideciendo en casa, a la espera de que ocurriera un milagro, cosa que creía que era imposible. Las cosas no caían del cielo y menos en esa tesitura. Con esa intención en mente, le respondió la carta, aceptando su invitación. No dudó de que para esa noche, luciría  uno de sus mejores vestidos y las joyas más ostentosas que tuviera en su joyero.

Estaba dispuesta a enseñarle a Floyd de que podía usar las mismas armas que él. 


Me odiarás   © #3 Saga MatrimoniosWhere stories live. Discover now