Capítulo 30 (mini)

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Le llegó a los oídos el ulular de un búho, la brisa nocturna que se deslizaba como un duende travieso por las habitaciones ya que las ventanas abiertas de par en par le permitían su paso retozón, nadando libre en el aire. Esas briznas frescas los alcanzaron, pero no molestaron a la pareja que estaba acostada en un lecho donde las sábanas revueltas ya estaban impregnadas de sus olores y vaivenes.

La cabeza del hombre  reposó en la almohada mientras acariciaba con sus dedos la piel desnuda de su mujer, hipersensibilizada por sus caricias anteriores. Nunca se cansaría de acariciarla. Era tan tersa como el de un bebé. 

 El calor fraguado aún no los había abandonado, manteniéndolos refugiados en su propia calidez. Notó desde atrás, que su mujer se había dormido; en cambio él, no lo había hecho, atravesado por muchas emociones. Sus dedos se detuvieron y se tumbó de espalda, dirigiendo sus ojos al techo. Aunque ella le respondiera con la misma pasión inusitada, con el ardor de era provocado por las caricias, por el momento, aún no le había dicho las palabras que él anhelaba escuchar. 

Él, tampoco, se las había dicho, amordazado por el miedo de que no fuera recíproco.

 Sintió el apretón de su corazón, angustiado por esa posibilidad. Echó un vistazo a su esposa, y recordó el mensaje fantasmal de esa nota quemada, en la que le dictaba desconfiar de ella. Sin embargo, no podía hacerlo. Pudiera ser el mismo miedo, pudiera ser. Pero también, era porque entre los dos habían creado una cierta base de confianza, que creía fielmente. Como si ella lo hubiera "escuchado", cosa imposible, se giró hacia él y lo buscó. Lo encontró, rodeándole su estómago con su brazo, acobijándose en el lateral de su cuerpo, apoyando su cabeza en su hombro.

Ansel tomó una bocanada de aire, sobrecogido. Respondió a ese medio abrazo, la sostuvo en su pecho. Cerró los ojos, en un susurro silencioso le dijo que la amaba, deseando que algún día ella le pudiera devolver dichas palabras anheladas.

Me odiarás   © #3 Saga MatrimoniosМесто, где живут истории. Откройте их для себя