Siento Que Me Gustas /-Killua X Male Reader-

76. El primer contrato apresurado

Fuimos a casa del tipo, que por cierto se llamaba Zepile al parecer, a que él abriera el cofre de madera para poder ver el interior.
Resultó que, tal y como nos lo había dicho, el interior estaba lleno de artículos preciosos que según su estimación, como mínimo valdrían unos 300 millones.

Sin embargo, el nos dijo que tendríamos que ir a otro mercado, ya que en el que estábamos antes unicamente pagaban en efectivo y sería una pérdida regresar ahí. Terminamos llendo a un lugar donde se subastarían algunos objetos que por falta de tiempo no pudieron ser introducidos a un catálogo de alguna de las casas de apuestas. Zepile nos consiguió un lugar para poner a exhibir el cofre de madera junto con su contenido.

Teníamos que estar muy atentos, ya que llegaron varios tipos queriendo bajar el precio de las joyas y demás tesoros poniendo en duda su autenticidad, tanto Killua y Gon como yo nos pusimos a vigilar a los que estaban curioseando los productos en caso de que fueran de mano fácil.

Por desgracia uno de los tipos con intenciones de disminuir el precio de los productos parecía bastante especializado en eso, ya que después de una larga discusión con Zepile parece que logró hacer dudar al resto de clientes de la autenticidad del cofre y su contenido.

Más tarde, Zepile le explicó a Gon, a petición de este, varios métodos que podrían usarse para falsificar el contenido de un cofre, sin embargo la explicación se vio interrumpida con una llamada de Leorio en la que comunicaba que, al parecer, al fin había dado con una pista real sobre el paradero del Ryodan.
........

Dejamos a Zepile encargándose de la subasta (y de mi gato, ya que no quería ponerlo en algún posible peligro) y nos dirigimos a la ubicación que nos dijo Leorio, la cual correspondía con una plaza abierta llena a todo de gente, al parecer el informante le había enviado una foto de dos miembros del Ryodan, un hombre y una mujer, en medio de la multitud y por lo que dijo se había puesto a seguirlos.

Había varios edificios rodeando la zona, así que nos metimos a un restaurante en un piso alto desde dónde pudiéramos tener una buena vista de la plaza.
No tardamos demasiado en comprobar que la información era correcta, después de identificar al informante vimos que estaba sentado en la mesa vecina a donde se encontraban el par de miembros del Ryodan.
Killua pidió un par de malteadas mientras Leorio realizaba la transacción del dinero que había acordado dar al informante.

- Bueno, está hecho, ahora empieza el problema, ¿Cómo los capturamos?

Una mesera vino a dejarnos el par de malteadas en la mesa. Killua me pasó una con una suave sonrisa mientras él mismo tomaba la otra y volteaba a ver a Leorio con seriedad.

- Es imposible

- ¡¿Cómo puedes decir eso sin siquiera haberlo intentando?!

Tomé un sorbo de la malteada mientras veía como Killua regañaba a Leorio diciéndole que si no se calmaba nos verían.

- Imagina que son dos Hisokas sentados en esa mesa, no somos rivales para ellos

Killua explicó que la razón de que hubieran ido a una plaza tan abierta era que se habían dado cuenta de que el informante y su pareja los estaban siguiendo, fueron a un lugar donde pudieran verlo todo sin sospechar.

- Están esperando a que los encuentren, a que la presa caiga en su telaraña

Iba a tomar la cereza que coronaba mi malteada para comermela, pero a medio camino me detuve de golpe y la cereza cayó de mi mano directo a la mesa.
Miré de reojo a Killua y a los demás, ellos también lo habían sentido.
La atmósfera se había vuelto increíblemente tensa de un instante a otro, justo como si...