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ESPECIAL

El día era especialmente triste, el verano se acercaba botando las hojas de los árboles más grandes, esparciendo aquellas curiosas plantas anaranjadas y amarillas. El cielo estaba gris pero sin soltar ninguna gota, lo único que transmitía era lástima y frío.

Habían pasado dos horas enteras desde que Blake había caído con el cuerpo frio de Sam, la felicidad por la victoria de la lucha al matar y arrestar a aquella familia o por encontrar a Rodrigo y volver junto a su familia y mates se había esfumado por completo por la pérdida del moreno, solo se escuchaban llantos y gritos de la familia por su perdida, Nidia se aferraba a su hermano mayor mientras gemía del llanto, los padres lloraban su perdida de manera deprimente murmurando constantemente el nombre de su hijo mayor.

Intentaron tomar el cuerpo pero el vampiro se aferraba con lágrimas lastimeras, no dejaba de acariciarle el rostro y decir que era su culpa, era doloroso, el ambiente era pesado y lúgubre, todos se mantenían llorando en silencio.

Cuando pasaron más de tres horas todos se encontraban listos para hacerle un honorario entierro al hermoso chico pero nuevamente el vampiro se negó sin decir palabra, en su mirada de veía la desesperación y la culpa, lo sostenía estilo princesa aferrándose con lágrimas en los ojos, no habían parado desde que llegó y realmente no pensaba parar, pero la familia del chico querían ver a su querido hijo de cerca y darle el entierro que se merecía.

Bobby: B-Blake suelta a mi hermano. 

Sus palabras habían sido duras y su voz entrecortada era signo de su dolor, pero ya había esperado lo suficiente, quería estar con su hermano y hacerle el debido ritual para despedirlo de este mundo como era debido, por más que pensaba en hacer algo por el, sabía que era inútil, su querido hermano había muerto mucho antes de lo que había pensado, tenía el corazón lastimado y seguramente toda su familia también pero pero quería hacerle honor a su nombre y no podía por el mate del mismo.

Damián: Hermano... Solo déjalo, el se ha ido...

Su tono sonaba desganado y con tristeza, el se había hecho amigo del moreno y le dolía su perdida, pero sabía que su hermano la estaba pasando peor al ser su mate, pero de igual forma la familia del lobo se encontraba destrozada esperando al menos ver bien el cuerpo de su querido hijo, aunque el vampiro no se apartará de este.

En un momento de desesperación el menor de los hombres en la familia de Sam había soltado un grito lastimero dirigiéndose con desesperación al cristalino moreno, pero el vampiro fue más rápido, lo apartó de una patada instintiva, sus ojos bañados en sangre reflejaban el dolor que sentía, la rabia y la impotencia, no dudo ni un segundo en matar a cualquiera que se le acercase, el chico abrió sus enormes alas y salió volando a una velocidad sorprendente.
Todos quedaron conmocionados pero salieron directo a retenerlo, lo cual sería difícil ya que el único vínculo que tenían con el era el lazo de emparejamiento con Sam, pero este al haber muerto se había esfumado.

Damián fue el primero en reaccionar sacando sus enormes alas negras y persiguiendo a su hermano mientras le gritaba que se detuviera, por otro lado, lobos y brujos se encargaban de seguirlo a tierra, entendían su dolor pero no era momento de ser egoísta.

Mientras la familia esperaba en una pequeña habitación del lugar, no muy lejos de allí en otra sala se podían ver a un moreno confundido, a un castaño nervioso y a una mujer triste de piel canela.

Nadie dijo nada por minutos hasta que se abrió la puerta de golpe encontrando a un sudoroso tatuado con la respiración agitada.

Taila: ¡Damián!, dime que los encontraste.

"Un Omega Diferente"Where stories live. Discover now