5. Lluvia

6K 687 367
                                    







Tres días han pasado desde que Diego me mandó en un uber a mi casa, como siempre cada vez que tengo la oportunidad de acosarlo lo hago, sin embargo ahora lo hago con una punzada de dolor en el pecho, tal vez me duele no haber sentido química emocional con él. Ahora me encuentro preparando mis cosas para la escuela cuando escucho que tocan el timbre de mi casa, como es costumbre mi madre salió y yo tengo que ir a atender, bajo las escaleras y me dirijo a la puerta —¿Quién es?

Nadie responde así que abro y no hay nadie sin embargo al bajar la vista veo una caja en el suelo, volteo a los lados para ver quien lo dejó pero ya no hay nadie, insegura tomo el paquete y lo pongo sobre la mesa, me quedo observándolo por unos segundos, decido abrir la caja, de un ágil movimiento quito la tapa y me retiro enseguida, cuando veo que no explota o algo así reviso el interior donde hay unas pantuflas blancas con los bordes dorados, las tomo y me quedo impresionada por unos momentos cuando veo que ambas tienen el logotipo de Gucci, deben costar una fortuna, dentro hay una nota, la tomo "Posiblemente mi conducta no fue la mejor contigo, espero esto lo compense D.P"

Parpadeo varias veces para cerciorarme de no estar alucinando, luego me pellizco para cerciorarme de que tampoco estoy soñando, cuando me percato que esto que está pasando es real voy directamente a mi habitación y me asomo por la ventana, él no se encuentra dentro de su habitación, pocas son las veces que no está ahí cuando me asomo, vuelvo a la cocina donde dejé las pantuflas y me las pongo, suelto un gemido, jamás había sentido algo tan placentero en mis pies o en alguna otra parte, estoy sonriendo como boba cuando mis ojos dan con el reloj 7:29 AM, diablos, ya voy tarde para la escuela, por suerte no me preocupa ya que tengo el mejor promedio de mi salón, así es, esta acosadora al menos tiene cerebro.

Subo a mi cuarto por mi mochila, me pongo zapatos, suelto mi cabello y salgo corriendo, espero llegar a tiempo para tomar el autobús, voy corriendo tan rápido que no me doy cuenta que choco con algo, mejor dicho alguien.

—¿A dónde vas con tanta prisa?

No necesito ver su cara para reconocer su voz, mi corazón se acelera, mis piernas fallan y siento que de pronto olvido como hablar —Yo... ehh... — Subo mi vista y se forma un contacto visual entre Diego y yo que solo me pone más nerviosa

—¿Olvidaste cómo hablar?— Niego con la cabeza —¿Recibiste mi regalo?— Muevo la cabeza hacia arriba y hacia abajo —¿Te gustó?— Vuelvo a asentir —¿Planeas seguir actuando como zombie?— Vuelvo a asentir y él alza una ceja, odio ponerme en este estado frente a él, es como si no pudiera hacer nada aparte de asentir como boba

—¡Lau! ¡Lau!— Escucho como una voz grita mi nombre pero se siente tan lejano, es como si en este momento estuviera en trance viendo a Diego hasta que una chica aparece en mi campo visual corriendo sobre la calle hacia mi —Laura, dime que tienes la tarea de química

Retiro mi vista de Diego y me enfoco en ver a la chica, mi mejor amiga Sofi, estoy segura que ella es la mas linda y deseada por todos los de mi escuela y los entiendo, es de pelo rubio, nariz respingada, ojos verdes y se carga un cuerpazo que cualquiera mataría por tener, busco algo la tarea que me pidió en mi mochila, siento que me estoy moviendo torpemente y que Diego sigue con su mirada cada uno de mis movimientos.

—Soy Sofía

—Yo Diego

—Y yo encontré la tarea— Digo sacando unas hojas que le paso a Sofi interrumpiendo su conversación, todos los chicos que considero atractivos quieren algo con Sofi, ya sea solo follar una noche o algo serio, y eso no me ha molestado, siempre y cuando Diego no sea uno de ellos, me parece curioso que él no se le haya quedado viendo como un depredador a punto de devorar a su presa como cualquier otro lo haría, de hecho el Diego el que yo acosaba hace ya mucho tiempo seguro lo hubiera hecho, intento ignorar la presencia de Diego y hablar con mi amiga —Tenemos que irnos o llegaremos tarde

—Agh, ¿No quieres ir a otro lugar?— Me pregunta haciendo un puchero

—Sabes que si pero ya hemos faltado mucho y mi madre me castigaría si se entera que falté otro día a la escuela

Diego suspira y ambas lo volteamos a ver —La escuela— Dice sonriendo —Algunos desafortunados por suerte no tenemos que ir

Y ahí va otra vez con sus frases extrañas, Sofi lo voltea a ver —¿Cómo?— Pregunta mi amiga, me alegra no ser la única que no lo entendió a la perfección

—Soy un desafortunado— Suspira —Pero gracias a eso no tengo que ir a la escuela— Al decir la palabra "escuela" hace una mueca de asco, Sofi lo barre con la mirada, me jala tomándome del brazo y empieza a caminar dejando a Diego atrás

—¿Ese era Diego Patrón?

—Así es

—Está buenísimo— La volteo a ver como diciéndole que no se le ocurra, sé que ella puede tener a cualquier chico que quiera y por eso le he dejado bien claro que Diego no será uno de ellos —Pero lo que tiene de bueno lo tiene de raro— Añade y yo bufo.

Después de un largo día de escuela de lo único que tengo ganas es de llegar a mi casa y lanzarme en la cama —¿Segura no vienes?

Sofi me ha insistido todo el día para que la acompañe con sus amigas a tomar café pero en primera sus amigas son algo insoportables y no tengo ganas de sentarme a escucharlas hablando de lo buenos que están los chicos o juzgando a las personas —Estoy algo cansada y con dolor de cabeza, iré a tomar una siesta y si me siento mejor iré

Sofi rueda los ojos, se que le molesta que casi nunca tenga ánimo de salir de mi casa, pero socializar y convivir con personas desconocidas no es lo mío —Está bien, apuesto a que no irás— Dice encogiéndose de hombros y dándose la media vuelta para reunirse con su grupo de amigas.

Tal vez suene raro que Sofi y yo seamos mejores amigas por nuestras diferentes personalidades, pero nuestras mamás se conocen desde toda la vida y ella y yo crecimos juntas, tal vez nos hemos acostumbrado a que siempre podemos contar la una con la otra.

El cielo empieza a nublarse y unas gotas de lluvia empiezan a caer, decido caminar apresuradamente a mi casa, al llegar busco la llave en mi bolsillo —Mierda— por las prisas de la mañana olvidé las llaves dentro de la casa, mi madre llega hasta las 9 de la noche, tendré que esperar bajo la lluvia unas cuantas horas, me abrazo a mi misma intentando sin éxito conservar calor, cada vez siento que tiemblo más por el frío clima.

—Hey— volteo a mi alrededor para ver de donde provino el sonido —Aquí arriba— Subo la vista y me encuentro con Diego hablándome desde su ventana, teniéndolo de lejos no me siento tan nerviosa pero aún así no se que decirle —¿Sueles quedarte parada bajo la lluvia temblando de frío usualmente?— Pregunta irónicamente

Suelto un bufido —Olvide las llaves y no puedo entrar

Él ríe y pregunta casualmente —¿Quieres venir?

La pregunta me toma por sorpresa —¿Q-qué?

—Se ve que te estás muriendo de frío, si quieres puedes pasar a mi casa hasta que la lluvia se detenga

Finjo pensarlo por unos momentos —Si,  si no es molestia

Él sonríe y cierra la ventana, segundos después abre la puerta de la casa, cruzo la calle y quedo empapada por la lluvia, con cada paso que doy mi corazón se acelera cada vez más, Diego se hace a un lado dándome el paso —Mojaré la casa— Digo antes de entrar

Él esboza una pícara sonrisa —Desnúdate antes de entrar entonces

Abro los ojos como platos, mi primer instinto es obedecerlo, sin pensar bien las cosas tomo el borde de mi playera y me la quito

—¡Cálmate! es broma, — Muerde su labio —Pero no tendría ningún problema con que lo hicieras en mi cuarto y no en el medio de la calle

Y es aquí donde me doy cuenta de que enserio iba a desnudarme públicamente por que él me lo pidió, cabizbaja entro en su casa y él cierra la puerta después a mis espaldas.

El secreto de mi vecinoWhere stories live. Discover now