8. La lista

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Diego


Son las 7 de la mañana y no he podido dormir un solo segundo, mientras estoy acostado en mi cama no puedo evitar resistir el impulso de asomarme por mi ventana para ver a mi vecina, desde que paso la mayor parte de mi tiempo en casa algunas veces es divertido verla, me da ternura cuando se pone a bailar o cantar usando su cepillo como micrófono sola en su habitación, al asomarme una boba sonrisa se desliza por mis labios cuando la observo danzando de un lado a otro en su habitación, supongo que se está preparando para la escuela, dejo de observarla cuando mi mamá entra en la habitación.

—Buen día hijo— Me saluda dulcemente mientras toma el cesto de la ropa sucia

—Ma— Ella me voltea a ver —Invité a cenar a mi novia a la casa hoy, ¿Está bien?

Puedo notar su mirada esperanzada, esboza una sonrisa —¿Novia?—Meto las manos a los bolsillos de mis pantalones y asiento —Eso es maravilloso— Acorta la distancia que nos separa y me envuelve en un abrazo que correspondo —¿Quién es la chica afortunada?

—Laura, nuestra vecina

Mi madre no para de mirarme emocionada y luego su semblante cambia a uno que no puedo descifrar —Diego, ya le dijiste sobre...

No la dejo terminar —No, y aún no es necesario que ella lo sepa

—Entiendo— Se pone de puntas y besa mi mejilla, luego me informa que me dejó el desayuno preparado y se va a trabajar, cuando me asomo de nuevo por mi ventana ella ya no está en su habitación así que asumo que ya se fue a la escuela.

Mi vista cae sobre el calendario colgado en la pared, tacho el día de hoy 7 de septiembre con plumón rojo, siento vértigo cuando veo que el 25 de agosto del próximo año cada vez está más cerca.



Laura


Mi locker como siempre se encuentra desordenado, en unos minutos tengo que entregar una tarea que está en algún lugar dentro de este desastre, me empiezo a estresar al punto en el que tiro todo lo que hay dentro al suelo 

—Sea lo que sea que te haya pasado los pobres libros no tienen la culpa— Escucho la voz de Lio, el único chico con el que me llevo, lo volteo a ver y se encuentra observando el tiradero que acabo de hacer en medio del pasillo —Eso es una ofensa hacia mi persona— Añade señalando los libros en el suelo

Suelto una risa, Lio es un chico único, es tierno, su pelo  es castaño al igual que sus ojos y siempre usa unos lentes de aumento rojos que lo hacen ver aún más adorable, él ama leer por lo que siempre que alguien trata mal un libro se molesta —No encuentro el ensayo de biología

Lio dirige su vista al suelo e inmediatamente recoge un sobre verde —¿No es este?

No puedo evitar saltar a sus brazos, literalmente el ensayo estaba frente a mis ojos —¿Qué sería de mí sin ti?

—Serías un desastre

Le dedico una mirada de pocos amigos y me ayuda a guardar los libros en el locker, por primera vez en mucho tiempo está ordenado, mientras nos dirigimos al salón, me empieza a contar sobre el libro que está leyendo, al principio le presto atención pero luego mi mente empieza a viajar a lo que va a pasar esta noche, Diego Patrón, mi más grande obsesión, el chico que me desfloró, bueno aún no lo hace bien pero espero pronto lo haga, le hará creer a su madre que soy su novia, por otro lado tengo muchas teorías de por que se excluyó del mundo, desde algunas muy locas como que se volvió parte de algún culto o secta secreta hasta algunas más posibles como que se droga o tiene problemas de depresión y se corta, eso podría justificar su petición de que no le quite la sudadera mientras él y yo...

El secreto de mi vecinoWhere stories live. Discover now