12. El asalto (18+)

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Diego

Nos encontramos dentro del auto estacionados fuera del cine, he fantaseado demasiadas veces con asaltar un cine y ahora gracias a ella tacharé una cosa más de las cosas que quiero hacer antes de....

—¿Cuál es el plan?

—No hay plan—  La volteo a ver, ella se encuentra con su vista en la entrada del lugar—Simplemente improvisar y divertirnos

—Asaltar un cine, vaya forma de divertirse— Dice sarcásticamente y de alguna forma me emociono

—Esto va a ser sensacional— Exclamo y beso su mejilla antes de salir del auto, oigo como ella baja y empieza a caminar detrás de mí, al llegar a la entrada abro la puerta para ella y ambos miramos el lugar, en el mostrador hay un señor gordo atendiendo, hay unas pocas personas sentadas en unas mesas, supongo que esperando a que sus películas inicien, en sí el ambiente está tranquilo —¿Lista?— Pregunto poniéndome un pasamontañas para cubrir mi rostro

—Si— Ella se pone el suyo

Llevo mi mano a mi pantalón donde tengo la pistola de juguete —Bien a la cuenta de tres

Ella asiente —Uno, do...

La emoción me gana y no puedo esperar a que termine de contar —¡Esto es un asalto! Todos al suelo— Apunto con la pistola por todo el lugar y me siento poderoso cuando la gente inmediatamente obedece

—Ey, aún no terminaba de contar— Se queja Laura, doy largos pasos hasta el mostrador, el señor se hace a un lado y lleva sus manos a la altura de su cabeza, intento abrir el cajón donde supongo que se guarda el dinero pero está cerrado con llave

—Lau— Ella me voltea a ver mientras apunta con su arma hacia donde están algunas personas

—Claro, grita mi nombre frente a las personas que estamos asaltando— Ironiza

Me río un poco, este oficialmente es el peor asalto de la historia —El cajón está cerrado con llave

Sin bajar su arma del frente camina hacia donde yo estoy e intenta abrir el cajón, al no poder saca un pasador del bolsillo de su pantalón e intenta abrirlo —Diablos, esto es fácil en las películas

—Haber dejame intentar— Se hace a un lado y lo intento pero me rindo y termino golpeándolo con el arma para ver si así se abre

—Diego, apresúrate— Puedo notar que se está poniendo ansiosa, pero para ser honesto yo me la estoy pasando de maravilla, es como estar dentro de una película

—Uhm... disculpen— Ambos volteamos a ver al señor que estaba atendiendo

—¿Qué?, ¿No ves que estamos ocupados?

—¿Quieren las llaves del cajón?— Señala un llavero colgando de su pantalón, oigo como Laura ríe, no se por que no se nos ocurrió pedir la llave desde el principio

—Si, gracias— Llevo mi mano al llavero y se lo quito, abro el cajón y me encuentro con el dinero mierda, no trajimos nada en lo que podamos llevárnoslo, así que tomo los billetes que caben en las bolsas de mi sudadera y de mi pantalón, cuando volteo a ver a Laura se encuentra agarrando bolsas de dulces, se me antojan unos ositos de goma, de esos que son de diferentes colores, así que tomo una bolsa

—¡Diego! Tenemos compañía— Sirenas de patrullas se empiezan a escuchar

—Vámonos— Rápidamente caminamos a la salida, volteo una vez más dentro para despedirme —Buenas noches— Les digo a las personas que ahora no me ven con miedo como al principio, me ven raro, no le doy importancia y salgo del cine corriendo hacia el auto sintiéndome todo un gángster.

El secreto de mi vecinoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum