7. La condición (18+)

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¡Odio la física!. Al maestro se le ocurrió dejarnos un horrible trabajo que se entrega mañana y ni siquiera he empezado, me encuentro sentada sobre mi cama intentando concentrarme pero por mas que lo intento no puedo, Diego no ha salido de mi mente desde aquel lunes lluvioso, hoy es jueves y en estos días he estado tentada a ir a su casa por más "sexo sin compromiso" como él lo llama pero por más que quiera he decidido controlarme por que a pesar de que el sexo fue genial, me siento usada.

Empiezo a teclear en mi computadora algunas fórmulas para empezar con el trabajo cuando empiezo a escuchar sonidos en mi ventana la cual se encuentra cerrada con una cortina que he decidido poner para no estar asomándome todo el tiempo para acosarlo, al principio pienso que es algún pájaro pero cuando los ruidos siguen, me levanto y la abro ¡Oh, por dios!

—¿Qué haces?— Exclamó y él hace una seña para que abra la ventana, así que lo hago

—¿Puedo pasar?

—¿No hubiera sido más fácil tocar la puerta en vez de escalar mi casa?

Diego hace una mueca y luego pone una cara infantil —Así no sería divertido

Me hago a un lado y él entra en mi habitación, está vestido con unos jeans que se ajustan perfectamente a sus piernas y una sudadera negra, al tenerlo tan cerca y en mi habitación los nervios y las ganas de arrancarle la ropa me empiezan a consumir, Diego se aclara la garganta sacándome de mis pensamientos —Ese soy yo

—¿Qué?

Señala mi computadora que se encuentra abierta sobre la cama y efectivamente lo tengo de fondo de pantalla, trago saliva, no encuentro ninguna excusa así que doy pasos largos hasta la cama y cierro la computadora, volteo a ver a Diego y noto un toque de diversión en su mirada —¿No te han dicho que está mal ir a una casa sin avisar?— Intento desesperadamente cambiar el tema

Diego suspira —Olvidaré que me tienes en tu computadora con una condición

Me ruborizo, no hay forma de negar que era él así que no me queda de otra más que aceptar —¿Qué condición?

—Que mañana cenes en mi casa y le digas a mi madre que tenemos una relación

Suelto una risa al pensar que es un chiste pero él se mantiene serio —¿Es enserio?

Diego asiente y yo me quedo callada esperando una explicación —Digamos que mi madre quiere que a pesar de...— Hace una pausa, como si se hubiera arrepentido de lo que iba a decir —Mi madre quiere que sea feliz y quiero hacerle creer que lo soy 

Puedo ver tristeza en su mirada, no quiero preguntar pero no puedo contener mis palabras —¿No eres feliz?

Diego ríe —Si no haces preguntas yo tampoco preguntaré por que tenías en tu computadora una foto mía en mi cuarto sin camisa

Me ruborizo y le extiendo mi mando —Tenemos un trato

Él no suelta mi mano y esboza una sonrisa de lado que me deja sin aliento —No vine solo hacerte esa propuesta

Inmediatamente me alejo y él parece confundido, tomo aire y pienso por un segundo lo que voy a decir —Diego, tú me gustas...

Él me interrumpe —Y tú a mi— Siento como mi corazón se acelera y luego se rompe cuando termina de hablar —Sexualmente hablando

Él se acerca a mi y yo retrocedo, mi espalda choca contra la pared —Lo que quiero decir es que quiero saber más de ti

Diego lleva una mano a mi cuello y me ahorca ligeramente, hecho mi cabeza hacia atrás y una estela de húmedos besos es dejada en mi cuello  —Quieres saber de mi eh— lame mi cuello y mis piernas tiemblan —Se leer mentes

El secreto de mi vecinoWhere stories live. Discover now