22. Un beso

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Diego


—Tenemos los resultados del análisis— El doctor Ramirez entra en el consultorio donde estamos esperando mi mamá y yo, pongo una mano en su pierna para intentar calmarla —Me temo que no son buenas noticias, la causa de los dolores de cabeza de Diego y los desmayos es un tipo de cáncer poco común, hay tratamientos pero las probabilidades de que Diego pueda vivir más de 4 años a partir de hoy son muy bajas, del 0,7%— La noticia hace que parezca que el mundo se detiene, volteo a ver a mi madre cuyos ojos ya están cristalizados viendo al frente —Aquí hay algunos folletos de grupos especiales para personas en la misma situación, ir podría ayudarlos a aceptar la situación, también en este mismo hospital ofrecemos los tratamientos, los dejaré solos, cualquier duda haganmela saber— El doctor sale del consultorio.

—¿Mamá?— Mi voz sale rota

Ella me abraza más fuerte que nunca mientras llora.

De eso ya pasaron un poco más de tres años por lo que según la ciencia me queda menos de uno, y a pesar de los desmayos y el cansancio me siento bien, aunque me aterra pensar en lo que me espera en los próximos meses.

Recuerdo esa escena mientras estoy con mi madre sentado esperando a que el doctor nos reciba para decirnos los resultados de los estudios que me hicieron cuando volví de París, me preocupa un poco que Laura se haya quedado sola en casa, desde que volvimos de París ha tenido algunos mareos, según ella es por que empezó a hacer una nueva dieta vegetariana pero yo sigo con la esperanza de que sea algo más.

La señora que está detrás del mostrador nos informa que ya podemos pasar y así lo hacemos, el consultorio del doctor Ramírez es el último al final de un corto pasillo, la puerta se encuentra entreabierta y entro sin pedir permiso, él se pone de pie y me estrecha su mano —Hola Diego ¿Cómo estás?

Le doy un apretón de manos —No sé, eso dígamelo usted

—¡Diego!— Me regaña mi madre —Cuida tu modales

El doctor ríe y saluda muy amable a mi madre que ahora que lo pienso está muy bien arreglada como para venir a un hospital...

—Tomen asiento por favor— Mi madre y yo nos sentamos en las sillas frente al escritorio, él pone sus manos entrelazadas sobre este —Para responder tu pregunta Diego, te encuentras de hecho muy bien, tengo buenas noticias— Mi madre se endereza, sus ojos brillan —Como ambos saben, el tumor de Diego estaba en la incisura cardíaca, según los últimos análisis, gracias al flujo de líquidos gástricos o de sangre se movió al corpo, eso quiere decir que con una cirugía podremos remover una parte y la otra quemarla con quimioterapias, podemos hacer la cirugía el 15 de diciembre, es decir el jueves de la próxima semana para que en navidad si todo sale bien ya estés en casa sabiendo que tienes un futuro por delante, las probabilidades de que esto funcione son muy grandes

Me siento eufórico hasta que recuerdo que hace un año me dijeron que con una cirugía el problema se solucionaría pero no fue así —¿Qué tan grandes son las probabilidades?

—75 de 100, si yo fuera tú lo intentaría

—Si, si José, hagámoslo— Mi madre dice, ¿Desde cuando llama al doctor por su nombre?

El doctor sonríe —Como Diego ya es mayor de edad él tiene que estar de acuerdo

Lo pienso un poco, no quiero llenarme de ilusiones para que al final me digan que no sirvió, la vez pasada que pasó eso casi me lanzo de un puente, volteo a ver a mi madre que con su mirada me ruega que acepte —Creo que no pierdo nada con intentarlo

Ella se lanza sobre mí y me abraza llorando, eso me pone a mi también un poco sentimental, lo único que quiero hacer ahora es ir a contarle a Laura la noticia, me separo de mi madre y le doy un beso en la frente —Tengo que contárselo a Laura, ¿Me prestas el auto?— Ella no lo piensa ni un segundo y me da las llaves, bajo corriendo las escaleras del hospital y luego recuerdo que no puedo agitarme mucho así que opto por terminar de bajar en el elevador, le escribo preguntándole si sigue en su casa y cuando ella me responde que si le digo que voy para allá a contarle algo importante, se lo diría por mensaje pero siento que esto es algo que se debe de contar en persona, además quiero ver su expresión y sus ojos iluminarse de felicidad cuando le diga que hay probabilidades de que si podamos tener una vida juntos.

El secreto de mi vecinoWhere stories live. Discover now