39. La carta

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Estos últimos días he tenido los nervios de punta, me siento ansiosa, con nauseas y no se como describir esto, pero es como si algo dentro de mí me dijera que algo malo va a pasar, tengo esta sensación desde que Diego vino de visita, o mejor dicho desde que se fue. Le he enviado mensajes que responde pero con sus mensajes también me envía un mal presentimiento, tal vez suene loco pero noto sus mensajes diferentes, como si solo me respondiera por compromiso y no porque en verdad quiere, es como cuando le envías un mensaje a alguien pidiéndole algún favor y esa persona responde de mala gana, así siento las respuestas de Diego.

Por otro lado quiero abrir la carta que me dio, no sé a qué momento se refería cuando me dijo "Ábrela en el momento", cualquier momento podría ser el momento, así que algo indecisa me levanto de la cama y tomo la carta que está sobre la repisa, el sobre sigue cerrado, la observo un poco antes abrirlo.

—¡Laura!, Tienes que venir a ver esto, ¡Louis acaba de golpear a David!— Exclama Mel entrando de golpe en la habitación, no me sorprende, esos dos siempre andas peleándose, aun así me gana la curiosidad de ir a ver qué está pasando, dejo la carta en la repisa y salgo detrás de Mel.

Diego

Sé que lo que estoy haciendo me pone en un gran riesgo, pero preferiría morir así a hacerlo de cualquier otra forma, además tengo sospechas de que estoy volviendo a enfermar porque últimamente me he sentido cansado por todo, con dificultad para respirar y otras cosas que me pasaban antes, lo cual me anima más a hacer esto.

Sé que mi madre jamás me dejaría hacerlo y también que Laura por más que diga que me apoya en todo tampoco estaría de acuerdo, espero todo salga bien pero en caso de que no, me iría satisfecho de este mundo por dos razones. La primera: Por cursi que suene encontré el amor verdadero, y pocas son las personas que en verdad lo encuentran y la segunda me iría haciendo algo por una de las personas más importantes para mí.

Llegando al hospital firmo unos documentos y luego voy a visitar a mi madre, se encuentra recostada sobre la cama, siento como se me aprieta el corazón de verla así, me siento junto a ella y le tomo una mano.

—¿Ma?— La remuevo un poco para que despierte.

Poco a poco abre los ojos —Hola— Suena más débil que ayer.

—Tengo buenas noticias— Esbozo mi mejor sonrisa —Encontraron un donante que es compatible contigo.

—¿De verdad?

Asiento con la cabeza y beso su frente —En este momento van a empezar a prepararte para la cirugía— Le informo y me levanto, ella me toma la mano.

—¿No vas a quedarte mientras me operan?

—Si, de hecho voy a estar a tu lado cada segundo.

Ella me sonríe, salgo de la habitación y algunas enfermeras me conducen a otra mientras empiezan a preparar a mi madre para el procedimiento.

Laura

Después de que el ambiente en la Universidad se calmó un poco después de la pelea, fui a una cafetería con unos conocidos, al llegar a mi habitación lo primero que veo es a Mel parada en el medio con un papel en su mano y una expresión seria que no logro descifrar —¿Está todo bien?.

—No creo— Se ve nerviosa —Laura... yo, le pedí a alguien que me dejara unos apuntes en la habitación, creí que estaban dentro de este sobre, pero en realidad esto parece ser tuyo, una vez que empecé a leerlo no pude dejar de hacerlo,— Volteo hacia la repisa y efectivamente ya no está el sobre donde venía la carta de Diego, así que Mel ya leyó lo que fuera que estuviera escrito —Perdón.

Me molesta un poco pero cómo ya la abrió me armo de valor y decido de una vez por todas saber lo que dice —¿Decía algo importante?

—Creo que sí, pero no entendí muy bien— Me la extiende y la tomo con delicadeza —Estaré en la cafetería por si quieres hablar de algo, y perdón de nuevo— Cabizbaja sale de la habitación.

Tomo aire, me siento sobre la cama y empiezo a leer:

Lau, espero el momento no haya llegado y no tengas que estar leyendo esto, porque si lo estás haciendo quiere decir que algo salió mal y ya no estoy a tu lado.

Tras esa primera frase quedo en estado de shock, todo el mundo parece detenerse pero luego me tranquilizo por saber que aún no es el momento, porque de serlo, a Diego ya le habría pasado algo y yo ya lo sabría, así que lo que sea que vaya a posiblemente pasar aún tiene solución, tomo el celular y empiezo a llamar a Diego mientras continúo leyendo.

Posiblemente te estás preguntando qué fue lo que pasó, así que aquí te lo diré, pero primero que nada quiero contarte algo, hace ya varios años, cuando estábamos en aquella cabaña y caíste en el lago congelado, como tu ya lo sabes, yo te saqué, lo que no te dije fue que al hacerlo puse en riesgo mi vida ya que no debía exponerme a bajas temperaturas o podría recaer, pero lo hice para salvarte a ti, y en ese momento lo que menos me importó fue que algo malo pudiera pasarme porque lo único que me importaba era que tú estuvieras bien, y sin duda volvería a hacerlo.

No quería decírtelo para que no te sintieras culpable si algo me pasaba porque la culpa no la tienes tú, la tengo yo, nadie me obligó a meterme en aquel lago congelado para sacarte pero aún así lo hice, porque tu eres mi vida entera y si hubiera muerto ese día, podría decirse que habría muerto salvando mi vida.

Ahora te preguntarás si recaí, y no, la respuesta es no.

De haberlo hecho jamás hubieras sabido que la causa de mi recaída fue que me metí en el lago para que no te sintieras culpable como sé que hubiera pasado.

Solo te lo conté para que puedas intentar comprender mejor por qué hice lo que hice.

Hace unos meses mi madre tuvo un accidente automovilístico, (debí habértelo contado), ella quedó muy débil y necesitaba un trasplante de riñón, no había ningún donante, así que yo le di el mío, el problema fue que porque aún no estaba completamente sano, no pude lograr sobrevivir la extracción del riñón o tal vez mi organismo no soportó la anestesia o no sé, el punto es que si estás leyendo esto significa que algo no salió bien en la cirugía.

Ahora te pido que hagas dos cosas: La primera, cuando estaba enfermo, grabé unas cintas para que tú escucharas después de mi muerte, al recuperarme ya no eran necesarias pero no me deshice de ellas, ahora me alegro de no haberlo hecho, están bajo mi cama en una caja, escúchalas en su momento.

La segunda y más importante ¡Sé Feliz Amor!, siempre voy a estar contigo de alguna forma, créeme cuando te digo que cada segundo voy a estar a tu lado, cuidándote y protegiéndote, déjame ser tu ángel ¿Sí?.

Te hice recordar lo de la cabaña porque es básicamente lo mismo que hice por mi madre, arriesgué mi vida por ella al igual que como lo hice por ti, la diferencia es que esta vez no desperté y por eso estás leyendo esto.

Por último quiero decirte que esta carta no es una despedida, porque el adiós solo es para los que se aman con los ojos, porque para los que se aman con el alma y el corazón, no existe eso de la separación porque de alguna forma siempre estaremos unidos Lau, ¿Oíste bien?... O bueno ¿Leíste bien?, Siempre estaré a tu lado.

Con amor y dolor en la mano de tanto escribir,

Diego :)

Termino de leer con una sonrisa triste y lagrimas en los ojos, y al igual que se terminó la carta, también se terminaron los tonos de llamada indicándome que Diego no respondió el celular. Sin pensarlo dos veces tomo mi cartera y documentación y me dirijo al aeropuerto con la esperanza de poder llegar antes de que Diego me deje porque esta vez sería por siempre.





Nota de la autora: Actualizo a más tardar el sábado :)

El secreto de mi vecinoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن