41. Pensamientos

3.4K 508 347
                                    







Todo tiene un inicio y un final, nada es para siempre, incluido el amor, eso lo he tenido claro siempre, el problema está en que no se como afrontar que haya llegado a su fin la mejor etapa de mi vida, en la que aprendí que el hacerte dependiente de una persona es lo peor y a la vez lo mejor que a alguien le podría pasar, con Diego aprendí que el amor no es como lo pintan en las películas, no todo es color de rosa, hay momentos buenos en los que solo quieres estar entre los brazos de esa persona y momentos malos en los que no lo quieres ni siquiera ver, pero si en verdad es amor, sabrás que siempre volverás a él y él a ti... Al menos que la muerte los separe, o en este caso un coma del que él no despertará.

Hoy se cumplen dos meses desde que perdí al amor de mi vida.

Dos meses desde que nuestro amor llegó a su fin, y como ya estaba prescrito, fue de forma trágica.

Diego sigue conectado a las máquinas que lo mantienen con vida, cada día hay menos probabilidades de que despierte, al igual que cada día se me nota más y más el embarazo.

Como ya faltaba poco para graduarme de la Universidad, solo tuve que pasar unos exámenes finales para que me dieran mi certificado, Diego también se hubiera graduado este año puesto que su carrera era más corta, ahora no podrá hacerlo.

Si alguien le hubiera dicho a la Laura de hace años en lo que su obsesión con su atractivo vecino acabaría, sin duda no me la habria creído. Lo acosé desde hace años, pero en mi opinión nuestra historia empezó aquél día que descubrí que guardaba un secreto ¿Quién iba a decirme que descubriría su secreto y mi felicidad se iría con él?.

Hoy es el día en el que por fin me armé de valor y voy a ir por las cintas que dijo que estaban bajo su cama, se que me van a dejar destrozada pero es algo que tengo que hacer, tal vez me ayuden a encontrar la manera de seguir adelante aunque aún no se cómo, cada segundo pienso en él y en lo que pudimos llegar a haber sido, una lágrima escurre por mi rostro mientras veo el anillo de ornato que me había dado en el aeropuerto, ahora jamás me dará uno real.

Mi madre me dijo en un intento de consolarme que toda despedida va siempre acompañada de un nuevo punto de partida, pero yo me pregunto qué punto de partida me trae la despedida de Diego... El inicio de lo que seguramente será la peor etapa de mi vida tal vez.

Mi madre me hizo prometerle que intentaría superarlo, después de un mes por fin le dije que ya me encontraba bien cuando en realidad cada vez que escucho su nombre me sangra el corazón.

Cada vez que lloro por él, lo hago solo por las noches para que nadie se de cuenta de que sigo rota y esta herida solo una persona puede sanarla.

Cada vez que lo extraño saco la foto que guardé bajo el colchón en mi cama, en ella Diego y yo estamos abrazados y sonriendo, ese momento fue de los últimos y más felices que tenemos.

Cada vez que escucho una canción de Coldplay cierro los ojos e imagino que está a mi lado.

No hay ni habrá un solo día en el que no lo extrañe, porque él siempre será mi felicidad aunque ya no esté conmigo.

Me quedé con las ganas de que fuéramos la mejor historia de amor.

Junto a mi cama se encuentra el perro de peluche que ganó para mí la última vez que lo vi en París, lo abrazo tan fuerte que podría romperlo, aún huele al perfume de Diego, lo cual me hace sentir cerca de él.

Una de las cosas que más miedo me da es olvidarlo, cada vez que cierro los ojos su rostro viene a mi mente, recuerdo cada detalle, desde el verde esmeralda de sus ojos hasta el pequeño hoyuelo que se le forma cuando sonríe, me gusta cerrar los ojos porque cuando lo hago puedo verlo como si siguiera a mi lado y no se hubiera ido, Diego era mi mundo y mucho más y ahora que se fue, solo me queda el vacío que intento llenar con su recuerdo, por eso tengo miedo de un día cerrar los ojos y pensar en algo que no sea él.

El secreto de mi vecinoWhere stories live. Discover now