XXIV - Incomoda

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Caminamos hacia el ascensor y bajamos a la entrada. Caminamos hacia la salida y nos despedimos de John quien nos miraba interrogante pero a la vez divertido.

Al salir del edificio el frio me ataco como si millones de agujas se clavaran en mi piel. Comencé a castañear y me abracé a mí misma. Una tela se posiciono sobre mis hombros y mire detrás de mí. Bruno me había puesto su chaqueta. Recordé lo que me dijo Sophie sobre la excusa de que Bruno me diera su chaqueta y una sonrisa se formó en mis labios. Bruno me guiño el ojo y me tomo de la cintura mientras me guiaba a  su auto.

Era un Volvo negro, mierda era precioso.

Me abrió la puerta del copiloto y me adentré. Cerró la puerta y me impresiono que todo estuviera tan limpio y curiosamente su aroma estaba impregnado. El troto por la parte de enfrente y llego hasta su puerta. Entro y se acomodó en su asiento.

Se inclinó hacia mí y yo respire profundamente. Pero él se dirigió a la guantera y saco un encendedor y un paquete de cigarros. En cuanto se alejó solté el aire reprimido. Encendió uno y le dio una calada para después expulsar el humo por su boca.

Arrugue mi nariz y comencé a ventilar enfrente de mi rostro. El rio y prendió el carro mientras abría las ventanas.

-Olvide que no te gustan los cigarros- No dije nada y me dedique a ver al lado de mi ventana.

Arrancó y comenzó a manejar. El aire chocaba contra mi rostro y mi cabello comenzó a despeinarse, cerré mi ventana y mire hacia Bruno que aún seguía fumando. Tenía una mirada concentrada mirando hacia enfrente y el humo que salía de sus labios me entretuvo unos momentos cuando lo veía esfumarse. Bruno me miro unos segundos y una sonrisa se dibujó en su rostro. Tiro el cigarro por la ventana y la subió. Agarro el volante con una mano mientras que la otra se posiciono sobre mi rodilla desnuda.

Se formó un nudo en mi garganta, me maldecía por dejar que me afectara tanto su tacto. Hacia círculos sobre mi piel con su pulgar. Él todavía tenía una sonrisa y de repente subió su mano por mi pierna haciéndome soltar un jadeo. Lo mire alarmada pero su sonrisa se alargó más. Mierda.

Apretó mi pierna y subió aún más. Su puta madre.

Mis respiraciones se irregularizaron y mi corazón palpitaba como el demonio. Subió aún más quedando en mi entrepierna y mis auto reflejos actuaron tomando de la muñeca a Bruno y dejándola a un lado. El soltó una risa y negó con la cabeza. Maldito puto.

Nos introducimos a una parte de la ciudad que no conocía, después vi un edificio completamente blanco. Demasiado blanco. Había muchos autos por lo que intuía que había mucha gente. Vi una larga fila de personas. Claro.

Al acercarnos observé en la parte de arriba unas luces neón en color azul por alrededor y un letrero igual con luz neón azul que decía “Blue” en letras cursivas. Bruno se estacionó, salió del auto, yo trate de salir pero la puerta estaba bloqueada. Hijo de puta.

Llego a mi lado y la abrió desbloqueándola desde afuera.

-Yo puedo salir por mí misma- dije reclamándole. Al salir me aferre a su chaqueta la cual aún tenía sobre mis hombros, él me recargo en el carro mientras cerraba la puerta.

-Pensé que este tipo de atenciones les gustaba a las mujeres- dijo con el entrecejo fruncido pero con una sonrisa en los labios.

-Pues a mí no- dije cruzándome de brazos y frunciendo el ceño. Mi tono sonó mas infantil de lo que quise, en realidad no quería sonar infantil, gran mierda. Bruno rio y recargo su frente con la mía y me tomo de las caderas.

-Pues que rara mujer eres- dijo mirándome a los ojos. Yo no supe que contestar, no sabía si era una ofensa o un cumplido así que solo me encogí de hombros aun con los brazos cruzados. El rio y se acercó lentamente a mí. Puso sus labios sobre mí y chupó mi labio inferior. Relaje mi cuerpo y pase mis manos por su cuello atrayéndolo más a mí. Mordí su labio inferior y acerco más mis caderas hacia a él.

TRAPPED (Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora