-¿Y qué pasa si yo no quiero?- pregunto en un hilo de voz. Ya no lo observo, no me atrevo. El soltó una carcajada.
-Créeme que querrás- dijo saliendo en cuanto se abrieron las puertas. Mis piernas tardaron un poco en reaccionar y tuve que trotar para llegar a lado de Bruno. Con los tacones me sentía un poco torpe, estos eran más altos de lo común ya que el vestido me quedaba algo largo.
Mire a John con una cara de cansancio, me saludó con la mano y yo le dedique una sonrisa pues Bruno le había devuelto el saludo de mano.
Bruno abrió la puerta de la entrada y el frio me caló hasta los huesos, ya estábamos a noviembre era comprensible. De repente sentí algo sobre mis hombros, mire sobre ellos. Bruno me había puesto su saco. Le agradecí con un pequeño “gracias” y caminamos hasta su auto. Por esta vez me ayudo a subir gracias al vestido. Cuando me asegure de que la tela del vestido estuviera completamente adentro del carro él cerró la puerta. Trotó rodeando el auto y entro del lado del piloto. Encendió el auto y rápidamente salió hacia el boulevard.
-¿Por dónde vives Deborah?- Rodé los ojos porque todavía tiene la costumbre de llamarme Deborah. En cuanto le di mi dirección puso una mano en mi rodilla. Enarqué una de mis cejas y lo mire.
-¿En serio?- dije apartando su mano riendo.
-¿Qué? O vamos sabemos que te mojas con solo saber que estoy tocando tu puerta- dijo volviendo a tocar mi rodilla. Sentía que mi cara se calentaba y lleve ambas manos hacía mi cara para ocultar mis mejillas ruborizadas.
-C-claro que n-no- dije maldiciéndome por tartamudear. Bruno carcajeó haciéndome verlo.
-¿Entonces, es verdad? No eras buena mintiendo bebé- dijo subiendo en un rápido movimiento su mano quedando en mi entrepierna. Solté un jadeo y Bruno apretó su agarre.
Parpadeé varias veces haciendo revolotear mis pestañas y quite su mano con un bufido haciendo reír a Bruno.
Dure unos 3 minutos molesta con él, pero luego me hizo reír y digamos que mi “enojo” se desvaneció.
Entramos a la calle que tanto conocía. Pasamos por la casa de Sophie y mi corazón se encogió. La extrañaba.
Después llegamos a mi casa. Las luces estaban prendidas haciendo brillar a la casa por dentro. Las largas cortinas de los grandes ventanales fueron retiradas dejando a la vista la gran sala donde vi a unas cuantas personas muy bien vestidas.
-Mierda tu casa es gigante- murmuró Bruno. Me mordí el labio y no conteste nada. No sabía que decir.
Aparcó el auto y me ayudó a bajar. Odiaba este vestido tanto como lo amaba. Me apoye del brazo de Bruno y caminamos hacia la entrada. En cuanto llegamos me quite su saco y se lo di. Toqué el timbre después de que se pusiera su saco y en unos pocos segundos abrieron la puerta. Era Arcelia, la criada.
-¡Señorita Debbie!- dijo con felicidad. Me dio un abrazo.
-Hola Arcelia- dije cuando me separe del abrazo.
-Pase, pase- Dijo haciéndose a un lado dándome acceso a la casa. Entre primero pero tome de la mano a Bruno. Sentí una punzada de electricidad recorrer por mi columna vertebral hasta los dedos de mis pies erizando mi piel. Mire a Bruno y me dedicó una sexy sonrisa de medio lado.
Fui hacia la sala y vi a mi madre dando una falsa carcajada con una de las esposas de un compañero de mi padre. Llevaba un largo vestido blanco impecable, y su cabello suelto.
No me di cuenta que me había quedado paralizada en la entrada de la sala, con Bruno a mi lado. Me irritaba que siempre contrataran a los mismos músicos, no eran buenos tocando el violín o el cello, alguien de ellos debe ser hijo de alguien importante o solo les tienen lastima.
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TRAPPED (Ian Somerhalder)
FanfictionÉl es ese tipo de personas a las que evitas, que sabes que no trae nada bueno. La primera impresión en realidad cuenta. Pero al sentir tan solo un roce de las yemas de sus dedos sobre mi piel me hacia sentir tan viva y real. Él es mi perdición, mi d...