XXXIV - Buenos días

682 26 0
                                    

Mis sueños fueron interrumpidos por mi falta de aire. Pestañeé varias veces y note un peso sobre mí que no dejaba que me moviera ni un centímetro.

Bruno.

Sus piernas estaban enredadas con las mías y estaba sobre mí, bocabajo, como abrazándome. Su rostro volteaba hacia mi apoyado a unos cuantos centímetros a lado de mi cabeza.

Volví a tratar de salir debajo de él, pero me era imposible.

-Bruno- dije en un hilo de voz, sabía que seguía durmiendo porque su tranquila respiración chocaba en mi mejilla, no quería despertarlo rudamente.

Al ver que no me respondía me moví a los lados tratando de despertarlo.

-Bruno- dije un poco más fuerte, solo conseguí que se moviera un poco más cerca de mí- ¡Bruno!- grite con el poco aire que podía acceder en mis pulmones.

-¿Qué mierda quieres, no crees que es muy temprano para joderme?- dijo con la voz pastosa. Odiaba que se expresara con esas palabras conmigo, como si lo molestara todo el tiempo.

-¡Estas encima de mí, me aplastas cabrón!- grité mientras me movía. Bruno abrió los ojos y se quitó, dándose la vuelta hacia mi lado derecho quedando bocarriba.

-¡De que puto humor amaneciste!- dijo llevándose las manos a la cara.

-¡¿Yo?! ¡Eres tu  quien dices que te jodo!- me apoye de los codos para verlo mejor. El seguía con las manos en la cara tapándose los ojos.

De repente se abalanza hacia mí y se sube en mí, lucho para quitarlo golpeándolo en el pecho con mis manos, pero el rápidamente me sujeta de las muñecas poniéndolas cada una a lado de mi rostro.

-Buenos días bebé- dijo inclinándose hacia mi cara y plantando un pequeño beso en mis labios. Se alejó unos cuantos centímetros para ver fijamente mis ojos.

-Eres un enfermo bipolar- digo frunciendo las cejas y con una sonrisa en mis labios.

-Tú una caliente- Por mi mente pasaron imágenes de lo sucedido ayer. Mis mejillas se tornan de un color rojizo y empuño mis ojos.

-Jamás me dejaras en paz con eso ¿verdad?- digo aun con los ojos cerrados.

-Nunca nena- Vuelve a dar un corto beso en mis labios y se quita de su posición dejándome en libertad.  Abrí mis ojos y vi como Bruno abría la puerta y caminaba por el pasillo.

-¿Te vas?- pregunté como una niña pequeña. Lo mire darse la vuelta y mirarme burlonamente.

-¿Crees que me iría solo vistiendo boxers?- Mordí mi labio inferior y cambie el punto de vista fuera de Bruno. Escuche una risa proveniente del pasillo y después pasos que se fueron alejando. Deje escapar un suspiro y salí de la cama. Busque por todas partes mis jeans de ayer y los encontré debajo de la cama. Saque mi celular de ellos y vi la hora. 2 de la tarde.

-¡Mierda!- grité tomándome de la frente. Faltaban 5 horas para la estúpida “reunión” de mis padres… y no tenía vestido- ¡Doble mierda!

-¿Tienes algún problema?- escuche un grito que venía de la cocina. Me encamine hacia allá y me encontré con la ejercitada espalda de Bruno, mientras hacía algo de comer.

-¿Recuerdas lo de la reunión de mis padres?- Bruno asintió sin voltear a verme, al parecer estaba muy concentrado cocinando. – Pues… no tengo un vestido decente para la ocasión- dije apoyando mi frente contra la barra.

-¿Es muy formal?- Todavía seguía con la frente pegada a la barra con los ojos cerrados.

-Sep- dije lamentándome mentalmente- No puedo pedirle un vestido a Sophie por… ya sabes- dije levantando la vista. Mi mirada se conectó con la gris de Bruno. El asintió y apartó sus preciosos ojos de los míos.

TRAPPED (Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora