XVI - Fracaso

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Mis ojos me arden porque quieren expulsar lágrimas. Me muerdo el labio y respiro profundamente, no quería llorar y menos teniendo a un lado a Sophie. La verdad no comprendía porque quería llorar, le tenía miedo a Bruno, eso estaba claramente demostrado, no quería enfrentarlo, quería quedarme por siempre en esta cama.

De un momento a otro suena la alarma de Sophie que me hace abrir los ojos aún más, el tiempo paso volando.

Escucho unos gemidos de pereza por su parte.

-Maldición, no quiero ir- dice apagando la alarma. No podía confiar en mi voz, así que no conteste. Agradecí internamente por que las cortinas estuvieran cerradas, así ella no vería mi rostro de espanto.

Ella se levantó y camino hacia el baño. Aproveche para dejar salir algunas lágrimas. ¿Qué mierda me sucedía? Cuando menos lo pensé Sophie estaba a mi lado abrazándome y preguntándome que me sucedía.

-U-una pes-sadilla- dije entre respiros. Ella me abrazo más fuerte y me dijo que no pasaria nada. Me animo a usar su baño mientras ella usaba el que se encontraba en el pasillo. Me presto ropa, consistía en un suéter grande en color blanco, unos jeans negros, un beanie en color gris y un par de tacones negros ya que Sophie no usaba flats.

Temple el agua de la ducha y me desvestí. Me metí y deje que la lluvia artificial se llevara mis miedos. Me quede un momento disfrutando del agua caliente y después me aseé. Enjabone mi cabello con el shampoo de menta de Sophie y lo remoje. Al terminar me envolví en una toalla y me sequé. Me puse la ropa y salí del baño. Sophie no estaba por ninguna parte de su cuarto así que supuse que seguía bañándose. Me cepille el cabello y después me maquille. Me delineé los ojos igual de cargados que ayer solo que esta vez les di un poco de sombra y trate de hacer que el corte que aun tenia junto con el morete en mi mejilla desaparecieran gracias al maquillaje. Al terminar, mi cabello estaba casi seco así que me puse el beanie. Justo cuando me lo termine de acomodar entro Sophie. Llevaba un top negro de mangas largas con una falda naranja a cuadros blancos con unas botas de tacón hasta la rodilla. Se veía perfecta como siempre. Estaba desmaquillada pero su cabello ya había sido peinado.

-¿tanto tardé para que ya estuvieras lista?- dijo mientras sacaba a la vista sus cosméticos. Asentí y me senté en la cama. -¿Te sientes mejor?- pregunto comenzando a poner base sobre su rostro.

-S-sí, no fue la mejor noche que he tenido, pero… estoy bien- dije mientras mi estómago se hacía un nudo. No podía dejar de pensar en Bruno gritándome por dejarlo plantado.

Sophie trato de cambiar de tema durante se maquillaba pero por más que trataba no podía sacarme otra palabra como “oh” o pequeñas risas.

-Bien, ya vámonos- dijo tomando su bolsa, me levanté y tome mis cosas. Salimos del cuarto y bajamos las escaleras- ¿Quieres desayunar? Todavía tenemos tiempo.

-No, no- dije, si llegaba comer algo estaba segura de que lo vomitaría.

-Ok, entones vámonos antes de que mi mamá se dé cuenta de que nos hemos ido sin desayunar- dijo tomándome de la mano y haciéndome trotar. Por más que trataba de que mis tacones no sonasen contra el piso, seguía golpeándolos en el suelo. Sophie se reía por mis intentos y me decía que no hiciera tanto ruido. Salimos de la casa y caminamos recuperando el aire hacia el auto.

Sophie hablaba sin parar de los chismes que corrían por la escuela, pero simplemente mi mente no estaba concentrada. De la nada ya habíamos llegado a mi edificio y las ganas de llorar regresaron a mí.

-Bueno pequeña, ya estamos aquí- dijo parando el auto en la entrada, mordí mis labios y clave mis uñas en la parte sensible de la palma de mis manos.

-O-ok, gracias- dije dándole un abrazo que se prolongó por mucho tiempo, quería llorar, sentía el nudo en mi garganta ahogarme. 

Me baje y cerré la puerta con cuidado. La despedí moviendo mi mano lentamente con una pequeña sonrisa mientras ella me decía con la boca “te amo” y arranco dejándome.

 Di un suspiro y camine a la entrada. Atravesé la puerta y vi a John platicando con quien supuse era residente. Espere a que terminara de hablar para ir hacia él.

-Hola John- dije con una sonrisa forzada.

-Hola señorita, ayer vino el cerrajero y cambio la cerradura de su departamento- dijo rebuscando entre sus bolsillos cuando finalmente saco una llave dorada- aquí esta- dijo extendiéndola.

-Muchas gracias John- dije tomándola- que pase buen día- dije caminando hacia el ascensor. John me devolvió el gesto.

Ingresé al ascensor e indique mi piso. Rezaba para Bruno no se encontrara esperándome afuera. Estaba tan asustada, sé que él no tiene control sobre mí pero el pensamiento de su mirada enfurecida hacia mí me ponía los pelos de punta.

Hubo un “pip” y automáticamente las puertas se abrieron, sentí gran alivio al no ver a ni un alma por ahí. Corrí rápidamente hacia mi departamento maldiciendo que mis tacones resonaran. Mis manos estaban temblorosas y me fue casi imposible meterla en la cerradura. Cuando estuve a punto de girarla para abrir, la puerta de Bruno se abrió dejándome ver su espalda. Me quede inmóvil y mis ojos estaban desorbitados. Él cerró su puerta y dirigió mi mirada en mí. Me quede sin aliento y el me miro algo sorprendido, para que inmediatamente frunciera el ceño y caminara hacia mí, mis ojos se llenaron de lágrimas y solté un gritito. Gire la llave a la velocidad de la luz junto con el pomo de la puerta. Me metí violentamente y estuve a punto de cerrar la puerta pero un empujón me lo impidió. La puerta salió disparada y la presencia de Bruno estaba frente a mí. Respiraba con dificultad y su rostro tenía un ligero color rojizo. Tire mi bolsa hacia el piso y me dispuse a correr hacia mi habitación. Maldije en voz alta a los tacones por torcer con cada paso mis tobillos. Estire mis manos hacia la puerta pero unas manos rodearon mi cintura tirándome hacia atrás para ser lanzada hacia la pared. Los huesos de mi espalda se quejaron y mi nuca tuvo un ligero golpe. Me di cuenta de que tenía los ojos cerrados y había lágrimas mojando mis mejillas.

Me atreví a abrir mis ojos pero me arrepentí inmediatamente. La mirada de Bruno estaba completamente llena de odio y su respiración chocaba contra mi frente.

-¿Por qué mierda no estuviste ayer Deborah?- dijo rudamente. Se sentía como mil puñales atravesando mis oídos. Trate de soltarme de su agarre, pero me tomó de las muñecas y las puso con dureza cada una a lado de mi cara.- ¡DIMELO!- gritó, su cara estaba más roja y una vena estaba exaltada de su cuello. Lloriqueé pidiendo que me soltara, tenía los ojos empuñados, lo único que quería era encerrarme en mi habitación y nunca salir.

De repente, ya no sentí ni una presión sobre mí, abrí mis ojos y Bruno se encontraba frente a mí, había quitado sus manos sobre mis muñecas.

-¿Me crees idiota?- dijo tranquilamente dando una sonrisa, lo que me hizo sentirme aún más asustada, se veía como un maniático. De repente se escuchó un golpe seco en la pared a lado de mi cabeza haciéndome saltar y llevarme las manos a la boca. -¡¿ME CREES UN JODIDO IDIOTA AL QUE PUEDES DEJAR ESPERANDO TODA LA NOCHE TRAS TU PUERTA?!- Sus gritos hacían doler mis oídos y mis piernas comenzaron a sentirse débiles. Me encontraba sollozando fuertemente y me deslicé por la pared hasta quedar sentada sobre el piso. Abracé mis piernas y escondí mi rostro en ellas. Estaba sumamente atemorizada. Le tenía pavor a Bruno. Escuchaba sus respiraciones mientras yo seguía llorando. Después de un momento a otro él camino hacia la entrada y salió dando un portazo haciéndome dar un saltito. No podía dejar de llorar, mi corazón no paraba de contraerse con prisa. Levante la mirada y me encontré con la nada. Estaba temblando excesivamente y mis piernas estaban muy débiles así que gateé hasta mi habitación y la cerré poniéndole seguro. Seguí gateando hasta mi cama y me metí entre las sabanas. Literalmente me dormí llorando. 

TRAPPED (Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora