XXVIII - ¿Amigas?

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Me quede inmóvil, no podía creer que Bruno siempre apareciera cuando menos me lo esperaba.

-¡¿Qué mierda haz hecho con ella?!- pregunto Sophie al llegar cerca de él dando un golpe con su tacón izquierdo en el piso. Bruno enarcó una ceja y cruzó sus brazos en su pecho. Me miro sin bajar la ceja y yo aparte mi mirada de él… ¿Avergonzada? ¡Pero qué diablos!

-¿De que estas hablando?- dijo ahora dirigiendo su mirada a Sophie.

-¡No te queda ese papel de idiota!- gritó Sophie haciéndome brincar, todavía no me atrevía a mirar a Bruno, veía la espalda de Sophie contraerse, me imagine que respiraba pesadamente. -¡Sus rodillas estaban hechas mierda!- Volteó hacía mí y señalo mis rodillas- ¡Llegue y estaba ahogada en llanto!- Fruncí el ceño y al fin pude reaccionar.

-¡Sophie!- grite reprochándole, lo menos que quería era que Bruno se sintiera importante.

-¡Tiene que saberlo!- dijo apuntándolo con una mano- ¡Si tu no me dices nada, tendré que preguntarle a este…- volteo hacia Bruno dándome la espalda- hijo de puta- mis manos comenzaron a temblar al ver la expresión de Bruno. Su rostro cobró un color rojizo y las aletas de su nariz se abrían y cerraban rápidamente, además de que sus cejas estaban severamente fruncidas. Mi corazón dio un vuelco doloroso. Al ver que caminaba con paso decidido más cerca de Sophie mientras ella retrocedía.

-Mira perra, son asuntos entre Deborah y yo, así que te recomiendo que no metas tu huesudo culo en esto- Mis piernas se movieron frenéticamente hacia Sophie, pero fue demasiado tarde, pues Sophie ya había estampado su mano en la mejilla de Bruno haciendo un estruendoso sonido. Me frené y llevé una mano a mi boca para ahogar un gritito.

Mierda.

-N-no te vuelvas a acercar a ella imbécil- Sophie no pudo evitar el temblor en su voz, sabía que se estaba pudriendo del miedo. Bruno tensó su mandíbula y vi surgir la vena de su cuello, corrí hasta Sophie viendo como él contraía sus brazos con la intensión de empujarla. La hice a un lado y recibí el impacto. Escuche el grito chillón de Sophie. Las manos de Bruno hicieron que mis piernas perdieran el equilibrio y caí al piso sobre mi trasero. Mis ojos me ardían queriendo expulsar lágrimas. Miraba hacia el piso, no me atrevía a elevar la mirada porque sabía que si lo veía comenzaría a llorar.

-Deborah yo- la voz de Bruno fue interrumpida por los chillidos de Sophie. Ella lo golpeaba en el pecho, mire hacia ellos, y la mirada destrozada de Bruno encogió a mi corazón. Yo negué con la cabeza y me levante. Las traicioneras lágrimas comenzaron a caer pero me las seque violentamente con mi antebrazo.

-Sophie, vámonos- mi voz salió más determinada de lo que pensé, Sophie dejo de golpearlo y me miro desconcertada.

-¡¿Qué?! ¡Te empujo Deb!- yo me encogí de hombros, no quería seguir ahí. Sophie se volteó hacia Bruno el cual no había dejado de observarme en ningún momento. – Eres una mierda- susurró Sophie, pero lo suficientemente alto para que yo pudiera oírla. Resistí la respiración. Yo no creía eso de él, yo de alguna manera le tenía cariño, pero me hacia sentir mal, no quería eso para mí.

Sophie camina a paso apresurado hacia mí y me pasó de largo rosando mi hombro con el de ella.

La mirada suplicante de Bruno me tenía hipnotizada, nunca lo había visto así. Tan… vulnerable.

-¡Deb!- volteé hacia Sophie quien me esperaba en el ascensor con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Mis manos literalmente temblaban. Mordí mis labios e hice algo sin pensar.

Di media vuelta y caminé hacia Bruno quedando a unos escasos centímetros de él, tuve que levantar mi mirada para verlo, una lágrima cayó de uno de mis ojos. Él se atrevió a dirigir su mano mi mejilla limpiando la lágrima con su pulgar.

TRAPPED (Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora