Capitulo 38

401 33 2
                                    

Apenas me desperté me senté apoyando la espalda contra el respaldo de la cama, me miré las manos dándome cuenta de toda la sangre que había tomado, de toda la gente que asesiné en mis vidas pasadas. De repente me sentí mareado y con ganas de vomitar, todavía no podía quitarme la sensación de haber congelado el agua del cuerpo del hombre. Podía ver como el hielo se iba formando dentro de su cuerpo y lo iba cortando por dentro, sólo quería quitarme esa imagen de la cabeza y olvidar que era capaz de eso y mucho más si no usaba mis poderes con cuidado. Ahora caía en la cuenta de la responsabilidad que llevaba a cargo, en este momento no estaba demasiado seguro de que pudiera cargar con ese peso. Tenía la sensación de que estos poderes no eran realmente míos.

Me obligué a levantarme, tomé lo primero que encontré y me cambié para al final salir de mi habitación y dirigirme a pasos lentos a la cocina. Las chicas todavía no se habían despertado, anoche en vez de irse a dormir directo ambas se habían quedado mirando unas películas juntas. Me había dado cuenta por el ruido que habían empezado la “Noche de películas” con una de acción, y al parecer se aburrieron de ésa en seguida ya que a los pocos minutos comenzó una de terror. La cuál identifiqué por los infaltables y típicos gritos que aturden los oídos, ellas a pesar de eso se reían. No pude escuchar mucho más ya que me había dormido en seguida pero lo más probable era que se hayan quedado mirando varias películas, como las románticas que son sus preferidas

Terminé desayunando solo y me fui a caminar sin rumbo fijo, no sin antes dejarles una nota a mi hermana y a Anna avisándoles que saldría porque necesitaba estar un rato solo. Así que comencé a caminar sin saber realmente a dónde iba pero sabía que no me perdería, porque aunque no lo recordara con exactitud yo conocía todo este lugar. Había caminado por estas cuadras cientos de veces, y ahora solo seguía a mi instinto que me mandaba por estas cuadras. Y cuando quise darme cuenta estaba frente a una heladería, en éste caso estaba seguro de nunca haber venido aquí, ni solo ni con Elsa. Pero si había encontrado éste lugar era porque seguramente algo encontraría, así que sin pensarlo demasiado entré.

Siempre que salía llevaba dinero en mi bolsillo así que, aunque no tenía hambre, me compre un pote pequeño de helado.  Me senté en una de las mesas y simplemente me quedé ahí solo mientras veía a niños y adultos entrar, en un momento un grupo de adolescentes entró riéndose, nada realmente relevante. Y ya estaba creyendo que había venido aquí por nada, me estaba por levantar para irme, cuando una de las chicas del último grupo se sentó frente a mí. Era menudita, sus ojos y su cabello corto por encima de los hombros eran ambos marrones y sonreía constantemente.

                –Hola –extendió su mano hacia mí, la tomé y ella la agitó fervorosamente. Ella debió notar mi cara de desconcierto ya que en seguida se presentó– Soy Emma, vine aquí con mis amigos –ella señalo en dirección al grupo de chicos que no parecían haberse dado cuenta de que ella se había marchado– cuando entramos te vi aquí sentado solo, y me vino a la cabeza la idea de que te conozco. Me acerqué para ver si tú me conocías o si solo te estoy confundiendo con otra persona –ella hablaba rápidamente, siempre sonriendo. Estaba por decirle que no creía haberla visto nunca, que quizás sólo nos habíamos cruzado alguna vez por la calle cuando muy en el fondo sentí que su rostro me era conocido. Como si fuera alguien que vi quizás solo unas veces en mi vida, incluso puede que en alguna de mis vidas pasadas. Era una imagen muy borrosa, podía jurar que ella tenía algo que ver con mis poderes. Pero no, no podía ser posible, así que sin más le devolví la sonrisa y negué con un ligero movimiento de cabeza mientras escuchaba que sus amigos la llamaban.

                –Lo lamento, no creo conocerte –ella le hizo unas señas a los chicos de su grupo como para que la esperaran un segundo y luego se volvió a mí.

                –Oh, está bien. Entonces lo lamento si te interrumpí y gracias por aclarar mi duda –ella volvió a sonreír antes de marcharse junto con los demás, saliendo de la heladería.

A pesar de que lo había negado, en el fondo sabía que conocía a la chica. Y también, por alguna razón, sabía que el que no supiera de dónde la conocía no tenía que ver con el hecho de que Elsa hubiera bloqueado mis recuerdos. Estaba seguro de que esto sucedía porque el recuerdo era demasiado antiguo, escuchaba una voz que me decía que a Emma la conocía desde los inicios de mi magia. Y sabiendo esto es que podía decir que la magia que tengo no estuvo siempre conmigo, que pasó algo por lo cual la obtuve. Un inicio que sabía que solo una persona podía responder, y eso me hacía volver a Neige. Ella era  la única que podía responderme todo, podía asegurar que ni Elsa sabía sobre esto…

Volví a la casa de Anna más tarde de lo que había planeado, ahora lo único que esperaba era la noche. Sabía que el que viniera hoy sería mi último recuerdo, los recuerdos de vidas pasadas habían acabado con el que había llegado la noche anterior.

---------------------

Hola! ya volví de la costa :3 En fin, si todo marcha bien y sigo subiendo capítulos día por medio entonces esta historia se va a terminar en como 2 semanas :_

Let Her GoWhere stories live. Discover now