Capitulo 7

919 58 2
                                    

Estaba acostado en mi cama, mirando el techo sin poder dormirme. Luego de que Meg me contara aquello en la cocina, partió hacia el colegio y no pude seguir hablando del tema de la telepatía. Y el hecho de que casi no recuerdo nada de esta otra chica, Elsa, y que olvido cosas como esta “conexión” que tengo con mi hermana, me hace preguntar cuanto habré olvidado de mi vida.

Antes de irse, Meg me dijo que no me desesperara, que tenía tiempo para preguntar todo sobre lo que había olvidado. Y sé que tiene razón, pero me vuelve loco el no recordar mi propia vida. Y otra vez empecé con esto, supongo que voy a tener un tiempo en que no voy a poder dormir tranquilo.

Me voltee, quedando de costado y entonces escuche un suave golpe en mi puerta y una voz que susurraba del otro lado.

                – ¿Jack, estas despierto?

¡Era la voz e mi hermana! Me levante y camine descalzo hasta la puerta, abrí sin hacer ruido y ella entro. Cerré la puerta con delicadeza y la mire.

                – Perdona, no podía dormir.

                –Tranquila, yo tampoco podía ¿Qué necesitas?

                –Pues de hecho eso ismo iba a preguntarte a ti.

                –Pero si tú viniste a mi habitación, se supone que la que necesita algo eres tu.

                –Jack, te sentí intranquilo, por eso vino. No sabía si estabas teniendo una pesadilla y querías que te despertara, o si solo querías hablar.

                –Entonces, ¿te hable mentalmente de manera inconsciente?

                –No, tú no puedes hablarme, solo yo tengo telepatía y solo contigo.

                –Entonces, ¿Cómo se supone que tu sabias que quería hablar contigo?

                –Sencillo, no transmitís palabras pero si emociones.

Oh, bueno, eso ya respondía a mis preguntas con respecto a lo de la telepatía. Es decir, no sabía cómo era que podíamos tener esa comunicación, pero estaba seguro de que Meg no podría responderme eso.

                –Entonces,  supongo que quieres saber más cosas –dijo ella sonriendo y cogiendo una silla para sentarse frente a la cama. La seguí y me senté frente a ella, sobre la desarmada cama. La luz proveniente de la luna a través de la ventana, era lo único que me permitía verla con la claridad, dentro de lo que era posible.

                –Sabes que es así –dije riendo levemente.

                –Bueno, hermanito, solo quería darte el pie a que preguntes lo que quieras. Así que escúpelo, te responderé todo lo que sepa aunque Serena no quiera que te responda si ella no está enfrente.

                –Bueno, déjame pensar –unos minutos me quede recordando lo que sabia y lo que no, hasta que me decidí a la primer pregunta – bien, ¿Cómo me encontraron cuando entre en el coma?

                –La verdad es que nosotras no te encontramos. Fue un conocido nuestro, y él nos aviso de donde estabas y de cual era tu estado. Le pedimos que te cuidara mientras viajábamos, estabas a dos días de viaje en auto de aquí. Las primeras semanas fue difícil cuidarte, teníamos que ponernos en turnos para cuidarte porque tenías convulsiones y decías palabras y/o frases sin sentido.

                – ¿Cosas sin sentido?

                –Si, y muchas veces ni siquiera lograba entender lo que decías. Pero anote todo lo que te escuchaba decir. Generalmente por el simple hecho de entretenerme con algo y no ponerme nerviosa o mal por como estabas. No fue fácil, quería ayudarte, pero no sabía qué hacer – ella agacho la cabeza y miro al suelo con tristeza.

                –No podías hacer nada entonces, pero ahora puedes servirme de mucha ayuda.

                – ¿A qué te refieres?

                – ¿En donde anotaste lo que decía?

                –En un cuaderno, ¿Por qué?

                –Quizás eso no tenga sentido para ti, pero puede que a mí me haga recordar algo que haya olvidado…

                –Hay un problema… –interrumpió Meg mientras se acomodaba un mechón de pelo detrás de su oreja.

                – ¿Cuál?

                –Serena tiene el cuaderno guardado, y ella no quiere que recuerdes nada, no quiere que te vayas otra vez. No quiere que recuerdes por qué te enojaste con ella.

                – ¡Hablando de eso! –Baje el tono de voz rápidamente para no despertar a nuestra madre – ¿Por qué me enoje con ella principalmente?

                –Ella nos guardo muchos secretos a ambos, cosas importantes para ti, más que nada. Pero lo mejor sería que tú  recordaras como paso todo exactamente. Yo le tengo rencor a Serena, y lo más probable es que te cuente las cosas de manera distinta a la cual tu recordarías.

                –Ese es el problema, no recuerdo nada.

                –Pero podrías recordar todo.

                – ¿Cómo?

                –He notado que en realidad no has perdido la memoria. Jack, tus recuerdos están, ¿cómo decirlo?, bloqueados. Alguien dejo apartado en tu cerebro lo que esta persona no quería que tú recordaras.

                – ¿Y cómo lo sabes?

                –Puedo ver tu mente, pero no tengo la capacidad de desbloquear tus recuerdos. Muy poca gente sabe hacerlo.

                –Y algo me dice que tú sabes de alguien

Ella sonrió –Tienes suerte, pues conozco a Anna.

Al escuchar ese nombre algo pareció golpear mi cabeza, y un fuerte dolor surgió, me retorcí un poco y toque mi cabeza tratando de aliviar el dolor.

                –Y al parecer tú también la conoces.

Let Her GoWhere stories live. Discover now