Capitulo 14

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Salimos de la pista de patinaje, no me había dado cuenta de lo caluroso que estaba afuera, o lo fresco que estaba dentro, hasta que salimos del edificio. Me saque la campera y la guarde en mi mochila.

            –Podríamos tomarnos otra vez el mismo colectivo, aunque no lo creo necesario ya que nuestra otra parada esta a unas 10 cuadras de aquí. ¿Qué prefieres hacer Jack?

            –Si no te molesta, me gustaría caminar lo que nos queda hasta la parada.

Ella asintió con la cabeza y comenzó a caminar. Todo alrededor me resultaba tan conocido, nos recordé a Elsa y a mi comiendo en la heladería de la cuadra de enfrente, caminando tomados de la mano y tapados con un paraguas por esta misma cuadra en un día de lluvia…

            –Meg.

            – ¿Si?

            –Si llega a ser que no presto demasiada atención o me duermo durante el camino, y pasamos frente a algún lugar que consideras que era importante para Elsa y para mi, avísame.

            –Claro, pero ¿por qué?

            –Porque acabo de recordar mas momentos con ella de lo que pude recordar en todos estos días.

            –Eso es genial –ella sonreía amplia y sinceramente.

            –Lo sé – sonreí de manera inconsciente.

            –Jack, te prometo que encontraremos a Elsa.

Sonreí ante la promesa de mi hermana, aunque una oscura y terrible idea se cruzo por mi mente.

            –Gracias Meg, pero no hagas promesas que puede que no puedas cumplir.

            – ¿De qué hablas Jack? Yo quiero que ustedes vuelvan a estar juntos, y te voy a ayudar a encontrarla.

            – ¿Y si ella ya no está con nosotros?

            – ¿A qué te refieres?

            –Bueno, hay una posibilidad de que ella no me haya visitado porque… –cerré los ojos y trague la saliva que parecía bajar por mi garganta como si fuera una piedra– porque puede que este muerta.

            – ¡Jack! No digas eso, ella va a estar bien. No puedes pensar que Elsa este… bueno, tu sabes. De seguro ocurrió algo, y por eso no pudo visitarte pero no pienses en eso.

            –Yo tampoco quiero pensar en esa posibilidad, pero hay que ver todas las variables y lo sabes.

            –Si, pero no pienso siquiera en pensar en la posibilidad de que ella este muerta. Punto final.

No volvimos a hablar en todo el camino a la parada, ni tampoco hablamos en el bus. Yo solo miraba por la ventana, atento a cualquier recuerdo que pudiese recuperar. Atento a cualquier edificio, rostro, calle o lo que fuera que pudiera ayudarme. Aunque con las horas los parpados se hacían sentir cada vez más pesados, hasta el punto en que no pude mantenerme despierto y me dormí con la cabeza apoyada contra la pared del bus.

Meg comenzó a agitar mi hombro y a llamarme, me desperté agitado y mirando para todos lados.

            –Tranquilo Jack, perdona que te despertara así pero tenemos que bajar y tomar el siguiente y ultimo bus por hoy. Además, recordé que tengo algo que mostrarte.

Le pregunte una y otra vez que era lo que me quería mostrar, pero ella insistía en que me lo diría cuando estuviéramos sentados en el bus, ya tranquilos. Habrían pasado 5 minutos, pero parecieron 5 horas hasta que el maldito autobús llego.

Subimos y estuvimos al menos 10 minutos parados ya que no había asientos para que pudiéramos ubicarnos. En una parada bajaron varias personas y entonces pudimos sentarnos. Una vez con cada mochila acomodada para que no se nos cayeran y que verificamos que tuviéramos todo, Meg tomo su celular y llamo a su amigo para avisarle que ya nos faltaba poco para llegar a su casa. Cuando hubo terminado la conversación, ella busco algo en una de sus mochilas y saco un cuaderno. Cuando lo tuvo en sus manos, se medio volteo y me miro.

            –Jack, este es el cuaderno del que te hablaba la otra vez. Aquí anote todo lo que ibas diciendo mientras estuviste en el coma. Siento que esto realmente te hará recordar muchas cosas, pero tendrás que ser moderado y leer pocas cosas por día. Has olvidado mucho, y si recuerdas muchas cosas de golpe podrías marearte, desmallarte y creo que hasta podría ser un golpe muy fuerte para tu cerebro, y que volvieras a entrar en un coma. Tienes que ser precavido.

            –Lo entiendo, gracias Meg.

Ella sonrió en contestación y se acomodo para descansar un rato, Meg tenía una especie de 5 ° sentido que hacía que se despertara cerca de la parada indicada, por lo que no me preocupaba que durmiera un rato. Tome el cuaderno y mire su tapa un rato, no es que tuviera algo especial ni mucho menos, supongo que era simplemente porque me emocionaba saber mas pero también me daba un poco de miedo lo que pudiera recordar. Una vez decidido, abrí la tapa y me encontré con hojas rayadas en blanco. Eran solo las primeras que no tenían nada escrito, y me tomo un rato encontrar las primeras notas. Estaba escrito en azul y con cierta desprolijidad, como si lo hubieran copiado con apuro…

Let Her GoWhere stories live. Discover now