Capitulo 32/Francia

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Luego de tomar el desayuno, Anna y Meg comenzaron a hablar animadamente de cosas que me eran indiferentes. Me quede sentado en el sillón toda la mañana, pensando en nada, varias veces hable con alguna de las dos chicas, pero siempre me distraía el recuerdo de lo que había pasado a la mañana. Finalmente, por la tarde, me decidí a salir a caminar al parque. Necesitaba un rato a solas, sentado en un banco tratando de recordar algo que tuviera que ver con esta mujer que se me había aparecido en mi habitación. Aunque podría haber sido un sueño, pero eso no explicaría el hielo en mi habitación, bueno, eso bien podría haber sido por mi culpa. El recuerdo que había resurgido por la noche me había alterado y entonces mis poderes habrían tenido lugar para descontrolarse, pero nunca me sucedió según recuerdo. Hubo un tiempo en que Elsa había tenido problemas con sus poderes, no sabía cómo podía recordarlo, pero luego entre los dos comenzamos a dominar el hielo. Ayudándonos el uno al otro.

En este momento lo único que hacía era esperar a mi último recuerdo, para poder emprender viaje a donde sea que Eyleen estuviera. No poder seguir avanzando cuando ya tenía un lugar a donde ir me ponía nervioso, quería terminar con toda esta persecución de una vez, tener respuestas y encontrar a Elsa. Tantos recuerdos hacían que la cabeza me doliera constantemente, como ahora, en seguida todo comenzó a ponerse oscuro y antes de que me diera cuenta el paisaje a mí alrededor cambió…

Francia. Edad moderna. Año 1630

 

Caminaba mientras evitaba a toda la gente que llenaba las calles, tenía la capucha de la capa puesta para evitar que me reconocieran. Me perseguían por mis poderes, la gente decía que cualquiera con poderes debía ser asesinado porque probablemente sería una amenaza para todos. No era muy fácil vivir así, pero había escuchado rumores de que había otra persona en Francia que también tenía poderes, así que me propuse a encontrarla. Según lo que tenía entendido esta persona era una muchacha de alto nivel social, y ella estaría hoy en el carnaval. Nunca la he visto, pero espero encontrarme con ella, y que los rumores sean ciertos. Quizás ella sepa más sobre esto con lo que he nacido que yo.

Note que algunas personas se paraban a mirarme, así que tome “prestada” un antifaz de las que vendía un hombre distraído. Además acomode la capucha para que tapara mas mi rostro y seguí caminando, pero ahora mirando hacia el suelo. Si no encontraba a la chica, hoy mismo me iría de Francia a vivir en algún lugar en donde no hubiera gente. Siendo como soy tenía que estar solo para poder vivir sin que me persiguieran, de repente, las corridas de la gente emocionada me llamaron la atención. Decidí seguir a la multitud, por simple curiosidad.

Luego de caminar unos metros, llegue a un pequeño escenario de madera rodeado de cientos de personas. Uno de los hombres más ricos de toda Francia estaba parado allí arriba, respondiendo amablemente las preguntas de la gente y haciendo bromas, aparentemente su presentación daba comienzo oficialmente al carnaval. El hombre tomó una vieja bolsa y comenzó a sacar montones de antifaces y mascaras, para empezar a repartirlas entre toda la gente. Una vez que todos volvieron a hacer silencio, él, orgulloso hizo subir a una hermosa muchacha y la llevó junto a él al medio del escenario.

                –Ahora, por primera vez en todos estos años, quiero presentar oficialmente a esta joven muchacha como mi hija adoptiva. Ella se ha mantenido oculta en nuestro hogar ya que ha tenido que reponerse de una enfermedad, pero ahora que ya se pudo controlar esta enfermedad puedo presentarla ante todos.

No hubo aplausos ni exclamaciones sorprendidas por la gran belleza de la chica, en cambio, para mi sorpresa, hubo un gran silencio. Entonces, en medio del gran silencio, una mujer grito entre sorprendida, enojada y miedosa.

Let Her GoWhere stories live. Discover now