Capítulo XXVIII

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Cuando Lyla recuperó la conciencia, fue asaltada por una fuerte sensación de aturdimiento

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Cuando Lyla recuperó la conciencia, fue asaltada por una fuerte sensación de aturdimiento. Se hallaba tendida en una superficie suave, boca abajo, y el aire que rozaba su piel estaba recargado de humedad.

Se incorporó con los músculos entumecidos y un leve dolor de cabeza. Casi inmediatamente, Notela se desprendió de ella y se sentó en una roca que emergía de la hierba crecida. A ella siguieron Anilah e Inaldor.

- Al fin – dijo la leona dorada, cruzándose de brazos –. Llevamos horas pinchándote para que despiertes.

Lyla se masajeó las sienes y sacudió la cabeza.

- ¿Qué ha sucedido? – Apretó los párpados y trató de recordar. Los primeros atisbos de memoria eran los del duro entrenamiento, que constituía lo que más la había marcado. Luego surgió lo demás.

Dos décadas enteras en Ganga, y cuando sus maestros la creyeron lista, partió junto con Clark y Tucs de regreso. Ahora las cosas estaban más claras... Fueron llegándole las últimas nociones. Recordó el espacio azul, profundo e infinito que, según no dejó de notar en ese último viaje, había visto cuando solo era Lyla Danvers y no Gema, la sexta. La sensación desató en ella una nostalgia inconmensurable. Rememoró, viendo su imagen plasmada en la escotilla, haber pensado mucho en sus madres, en su familia, en Cleo, en Estela... Nombres y rostros que se aglomeraban como burbujas en el agua, rozándola como una caricia inexistente. Después ocurrió la explosión estelar. En un impulso audaz y estúpido, confiando en su poder, había abandonado la nave para tratar de apartarla de la órbita de un agujero negro que los absorbía. Al final perdió el control. Estuvo luchando contra mareas energéticas de todas las índoles imaginables, y aún con todas sus fuerzas, tuvo que ceder.

- Parece que ya lo has dilucidado – comentó Anilah –. Y más allá de eso, creo que ninguno de nosotros te puede decir mucho.

- Estamos en un espacio temporal, eso es seguro – anunció Notela, mirando alrededor –. Esas partículas que se adhieren a tu piel, ¿las percibes? Giran en círculos, como el tiempo. ¿Notas también el aura de las plantas y del resto de las vidas? Hemos venido a parar a algún lugar desconocido del Cosmos, pero tiene gravedad, es físico, y menos impenetrable que la zona fantasma.

- Tenemos que salir de alguna manera – Lyla miró al cielo estrellado –. Neriza podría estar por arribar a la Tierra, si es que no está allí. ¿Alguna vez han atravesado un agujero negro?

- Lo hice una vez – contestó Notela –, y acabé atrapada en otra dimensión por alrededor de un siglo.

- Con un infierno – dijo Anilah –. ¿Así que nos hemos pasado veinte años a las tundas con esta cría para nada?

Lyla sintió que se asfixiaba en su desesperación.

- ¡Qué va! – Inaldor comenzó a andar por los alrededores. De las tres gemas, él era quien más accesible le parecía a Lyla. Las mujeres, aunque fuertes y sabias las dos, eran taciturnas y estrictas. Él era más relajado y amable; había abogado por darle un descanso cuando Notela y Anilah pretendían que siguiese la jornada hasta no poder levantarse –. Somos cuatro cabezas pensando esta vez, y esta niña puede crear portales. Será pan comido.

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora