Capítulo III

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Las camionetas de la DEO tuvieron que hacer lo imposible para traspasar la avenida en la cual había ocurrido el mayor porcentaje de desastres. Alex se bajó de una de estas unas cuadras antes y dirigió a su equipo armado hasta donde la voz algo distorsionada de su hermana le indicó que debía ir.

Su sorpresa no fue menor al toparse allí con dos niñas de ocho o nueve años vestidas con sendos trajes de Supergirl y Númex, ambos sumamente holgados en sus cuerpos pequeños. A una de ellas la reconoció de inmediato, de sus recuerdos menos cercanos.

-          ¿Kara?- Se asombró, y luego contemplando a la otra;- ¿Lena?

-          Sí y sí- Replicó la niña morena-. Este era el pequeño...- miró a su esposa de costado- desbarajuste.

Alex y el equipo levantaron los ojos hacia el cielo, donde se desarrollaba la batalla entre el alienígena y Lyla. Ésta última se estaba conteniendo, y aún así, pateaba el trasero de su oponente a diestra y siniestra.

-          ¿Es Lyla?

-          Sí- contestó Kara-. Sintió lo que nos había pasado y vino aquí.

-          ¿Y no creen que puedan hacerle lo mismo que a ustedes?

-          Ella tendrá cuidado. Ya está advertida- Lena se recogió la camisa por encima del hombro descubierto-. Por cierto... ¿notendrán alguno de esos trajes ajustables a mano?- Preguntó.

Alex asintió y encendió su intercomunicador.

-          Traigan un par de cápsulas de uniforme a la zona marcada en la pantalla. Tenemos una situación con Supergirl y Númex- Luego cortó-. Dijiste que la criatura habló de un poder. ¿Ustedes aún tienen los suyos?

Ambas niñas asintieron. Lena hizo levitar una piedra y Kara la destruyó con su visión calorífica.

-          Creemos que no venía a por nuestros poderes, ni por el Númex al igual que el Abrasador. Hay alguien más poderosa que nosotras dos juntas ahora mismo- Dijo Lena.

Todos miraron al cielo.

Lyla había agarrado al monstruo, que parecía inerte, por el borde de la armadura, y lo sostenía en el aire a medida que descendía hacia el suelo para reunirse con su familia. La joven se había quitado su collar para resguardar su identidad, por lo que su piel refulgía de un color anaranjado brillante semejante al aura que vibraba en torno a su cuerpo, repleta de pequeños rayos y despliegues de electricidad. Cuando sus pies tocaron la acera, siguió levantando a su enemigo con el brazo extendido encima de su cabeza y apoyó la palma de la mano libre sobre la frente de este. Los ojos pequeños y oscuros de la criatura se dilataron.

Dime cuáles son tus intenciones y por qué le hiciste esto a mis madres- Exigió Lyla, metiéndose en su foco y ejerciendo su influencia en él.

El alienígena boqueó, pero no trató de resistirse. Era imposible hacerlo.

Mi nombre es Marrcer de Derretob. Mi planeta se extinguió hace mucho tiempo, en una guerra sin fin ni gloria. Solo quedamos los de la Aglomeración; un cuerpo entrenado  de mercenarios intergalácticos. La fuerza suprema nos contrató para capturar y llevar ante ella el mayor poder de esta galaxia. Nos dio el cañón de partículas Youk para someter al héroe que llevase el poder... Pero me equivoqué. No eran la Kryptoniana ni la portadora del Númex- sus labios se curvaron en una sonrisa-. Eres tú.

Lyla torció el gesto.

¿Hay más de tu especie? ¿Es a mí a quien quieren?

Sí. Yo no soy más que un explorador; vine aquí a identificar la amenaza. Ahora la fuerza sabe quién es su objetivo. Más vendrán por ti, niña de la tierra.

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon