Capítulo XLIII

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Lyla nunca había medido en carne propia la fuerza que ostentaba su madre kryptoniana, y aunque debido a su propia agilidad, Kara no la había alcanzado más que un par de veces, tuvo en esas instancias una noción bastante precisa de lo que podía alc...

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Lyla nunca había medido en carne propia la fuerza que ostentaba su madre kryptoniana, y aunque debido a su propia agilidad, Kara no la había alcanzado más que un par de veces, tuvo en esas instancias una noción bastante precisa de lo que podía alcanzar su afán sanguinario.

En cuanto a sus propios impulsos violentos - acrecentados por el encasillamiento de sus emociones -, al menos tenía conciencia suficiente como para razonar lo que le convenía, o lo que la persona oculta tras su sentir momentáneo habría preferido que hiciera. Y esto no era, claro está, moler a golpes a su madre.

Juntó los puños sobre su cabeza y, bajando en picado, descargó un martillazo monumental sobre Kara, que fue a estrellarse en medio del camino boscoso que se dirigía a la ciudad. Mientras la entretenía de esa manera, Lyla se había puesto en contacto con sus aliados de la Waverider en busca de qué hacer. Si el combate proseguía, atraerían atención no deseada a ellos.

Pero muchas otras preocupaciones se superponían a esta anterior. El primer lugar lo ocupaba la nebulosa que reverberaba en el foco de su madre, y que parecía estar obrando en ella como un sistema operativo lo hace en una computadora. Alguien externo controlaba su accionar mediante algún poder que Lyla no conocía, y sus gemas tampoco.

-        Es magia antigua, pero no de este mundo - reveló Notela -. Puedo sentir en ella una energía muy extraña... Como ajena a este plano dimensional.

-         ¿De otra dimensión? - exclamó Lyla mientras desviaba un puñetazo de Kara y le daba otro mucho más potente -. No me enseñaron eso durante mi formación...

-           Sabes bien que veinte años no son suficientes para ponerte al tanto de la sabiduría de tus antecesores - dijo Anilah -. Tendrás que formarte durante toda tu vida, y aún así quizás no alcances el nivel deseado...

-             No son buenos tiempos para hablar del futuro - comentó Lyla luego de tomar a Kara por los hombros y arrojarla un par de Kilómetros más allá de la capital -. Si Neriza nos descubre...

-             Harás aquello para lo cual te hemos preparado durante tanto - la interrumpió Notela con severidad -. No es momento de dejarse vencer por el miedo. Ahora mismo está en tu cabeza; tu corazón no podría sentirlo. Los pensamientos son menos corrosivos que los pesares del alma, pero con el tiempo y dependiendo de las circunstancias, te imposibilitarán con mayor éxito. No los dejes.

Lyla soltó un gruñido cuando Kara volvió como un proyectil desde la nada. En lugar de esquivarla, atajó sus puños con las manos y le dio un cabezazo titánico que las expulsó a ambas en direcciones opuestas.

Otra cuestión que la despistaba era el paradero de Lena. ¿Qué había sido de ella? Le habría gustado dejarse llevar por la certeza de que alguien con su poder no estaba indefensa en lo absoluto, pero con Neriza en el horizonte, se le ocurrían las posibilidades más terribles. Seguramente Kara sabría la verdad, pero en aquellas circunstancias, no parecía muy lógico hacerle preguntas que, dentro del bucle de su barbarie irracional, no comprendería.

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum