XIII

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Kara miraba por la escotilla de la nave con las manos cruzadas tras la espalda, lidiando a duras penas con la ansiedad que se agitaba dentro de ella. Había pocas cosas más terribles para el ánimo que atravesar millares de kilómetros de vacío estelar teniendo que soportar el peso de los falsos aunque realistas presagios de la conciencia, los temores y el mismo paso del tiempo, que resultaba desesperante cuando no se obtenían los resultados requeridos. 

Habían hallado la forma de congelar a Lena para que el veneno no siguiese avanzando hacia su corazón. Resultaba posible gracias a que el Númex, su centro vital, era lo suficientemente poderoso como para mantenerla con vida a pesar de que su organismo estuviese en pausa. Pero conforme las semanas pasaban, Alex temía que la situación se volviese irreversible. 

Siguieron cada pequeña pista capaz de encaminarlos hacia Lyla, o al menos hacia Musia. La courtiana, según descubrieron, huyó de Eratris la misma noche en que Lena enfermó. Sus compañeros no sabían nada al respecto: según ellos, la habían conocido hacía no mucho tiempo. Ella se acercó alegando que Courtain sufría el mismo mal que sus hogares, y era tan carismática, que se los ganó en muy poco tiempo.  

Musia era la sospechosa principal del ataque: rastreando su origen, solo encontraron perfiles fantasma y leyendas que los encaminaron hacia la causa anti- Neriza, que a la sazón se extendía intensamente por muchos planetas, contraponiéndose a la causa pro-Neriza. Las disputas eran diarias y acaloradas: los unitarianos comenzaban a matarse los unos a los otros, estallaban guerras civiles, masacres, incendios: el caos aumentaba día a día, y la Liga de la Justicia, junto con los jefes de cada estado, debían encargarse de mediar para mitigarlo. 

Un mes después del envenenamiento de Lena, llegó la noticia de que Detrik'hurn había escapado de la cárcel de Waven'hurn con ayuda de un cómplice externo. La seguridad en torno a los traidores del imperio era impenetrable, por lo cual Febn'hurn estaba convencido acerca de que la fuga tenía implicaciones mucho más inquietantes de las perceptibles a simple vista. Kara, Diana y Clark, que se presentaron poco después del incidente en la corte del emperador, estaban de acuerdo con él. Un algo comenzaba a retorcerse y a expandirse por debajo de la superficie de la unión planetaria, tomándolos a todos por sorpresa al punto en que no conseguían determinar la fuente y naturaleza del problema, pero sabían que existía y que aumentaba de tamaño día a día. 

Los investigadores del LDL se esforzaban por conseguir una vía que seguir para informar a sus superiores acerca de alguna mejora en el panorama, pero no conseguían ninguna especie de avance. 

La primera señal prometedora les llegó una semana después de la fuga de Detrik'hurn, proveniente del planeta Niat. Se trataba de un código de emergencia que - estaban seguros - Shera había enviado. Apenas consiguieron descifrarlo, llamaron a Kara, que estaba en medio de sus pesquisas en Courtain, y le informaron acerca del origen del mensaje. 

Kara se detuvo únicamente en Waven'hurn, pues Arguisa, que era de Niat, se ofreció como guía para poder hallar a Shera. Se trataba de la primera luz en mucho tiempo de oscuridad, y Kara al fin sentía sus esperanzas renovadas. 

Sin embargo, el viaje a Niat no podía hacerse en menos de cinco semanas, y mientras tanto, Lena seguía en riesgo, sumergida en aquel cuarto bajo el suelo, detrás de una vitrina a la que Kara no había podido acercarse en todo ese tiempo. La única que iba y venía de allí era Alex: encargada principal de corroborar que todo siguiera en orden. 

La habían acompañado, además de Alex y Arguisa, Amelia y una reciente integrante del LDL: Disda'hurnica, a quien en la Tierra hubiesen llamado bióloga, especializada en la fauna y la flora de Niat. Arguisa no estaba muy a gusto con la hurniana. Decía que los únicos que conocían la esencia de Niat eran aquellos que estaban conectados con su magia, y se peleaba constantemente con Disda acerca de banalidades tales como la longitud de los tentáculos de tal o cual planta, la brillantez de los sombreros de las hadas rupestres del meridiano y cientos de cosas más a las que los demás rara vez accedían con su llana comprensión del tema. Sin embargo, pese a las disputas, todos consideraban que una fusión entre los conocimientos esotéricos de una y los científicos de la otra significaba un poderoso beneficio para la misión. 

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Where stories live. Discover now