Capítulo XLVIII: La Batalla

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En el momento en que Kara abrió los ojos, tuvo la sensación de haber sido arrollada por un carguero espacial. El campo de visión le dió unos cuántos giros y piruetas por encima antes de enderezarse. Cuando pudo centrar mejor la mirada, el asombro la poseyó por completo.

Alex, Amelia y Cat la contemplaban con expectación, un tanto aprensivas. ¿Era aquella otra visión? Qué cosa más extraña. Los relámpagos estallaban por detrás de las cabezas de las mujeres, y a su alrededor resonaban cientos de corazones y resuellos. Parpadeó y miró por todas partes. Muchos gondorianos la observaron durante unos segundos, impresionados, pero luego volvieron los ojos al frente, donde algo más llamativo absorbió su atención.

-           Está despierta— anunció Amelia—: ¿debería darte la bienvenida, o también nos vas a desconocer?

Kara volvió a parpadear y se incorporó con recelo, sin perderlas de vista. Ante ella apareció un espejo, o eso fue lo que creyó al principio. Su otro yo, ella misma; como una copia gemela, frunció el ceño y la estudió de igual manera. Joder, era otra fase de la enfermedad, de la locura... Eso todavía no le había sucedido.

- Kara, tranquilízate— dijo Alex—. Ya estás a salvo.

¿A salvo? No se sentía así. Una sensación de horror le estrujaba el corazón. Pronto recordó por qué. Levitó en su lugar y se puso en guardia. Alex, Amelia y Cat retrocedieron cuando ella accedió a su visión calorífica.

- ¡Detente!— dijo Diana, arrimándose desde el tumulto junto a Dhé. Kara dudó—. Esto es real, todos estamos aquí.

Una pequeña figura apareció por entre medio de los cuerpos aglomerados de los gondorianos y se descubrió el rostro tras un tapado.

- Kara, está bien— dijo Augurio—. Nadie tiene malas intenciones. Yo lo sabría.

La joven se relajó visiblemente, pero no por completo. Escaneó a todos, vio latir sus corazones. Eran reales. Cualquiera de ellos. Posó los pies en el suelo, que era  un vidrio impermeable. Una pantalla convexa los rodeaba, enseñando las imágenes de un campo de batalla en llamas y a dos individuos que al parecer se enfrentaban. No reconoció a ninguna, pero se veían muy poderosas, cualquiera de las dos. No se detuvo demasiado en ellas para reparar en mayores detalles. Había algo más apremiante y próximo.

-           ¿De verdad están aquí?— preguntó con un hilo de voz—. ¿A-Alex?

Su hermana se cubrió la boca para contener el llanto y asintió, lanzándose hacia ella sin mayores miramientos. Amelia se sumó sin aguardar un segundo más, y Cat sonrió desde detrás de ella, guiñándole un ojo.

-            ¿De dónde sacaste ese nuevo look, Kiera? Pareces Morticia. El negro pasó de moda bastante antes del apocalypsis. ¿Cómo una asistente mía puede estar tan desactualizada?

Kara sonrió desde detrás del abrazo estrecho de su hermana y su mejor amiga.

-             Es bueno volver a verla, señora Grant.

Diana también se acercó a abrazarla, pero pronto tuvieron que apartar el sentimentalismo a un lado para explicarle a Kara qué diantres sucedía allí.

-               Vale, bueno, nadie lo sabe del todo— confesó Amelia—. Pero estuve hablando unos momentos con esa tía de allí— señaló al doble de Kara—, que parece estar más actualizada, y, en términos generales— tomó aire—. Bien, toma nota: Neriza poseyó a una Lena de otra dimensión, que en realidad se llama Ryvy, y su esposa Kara, que en realidad es Dinahia, que en realidad eres tú de otra dimensión, se trasladó a este universo para buscarla con ayuda de una Fairy...

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang