Negación

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Silencio, nunca antes había despertado inmersa en un silencio y paz absoluta, y al notar esto desperté por completo, miré hacia mi ventana las cortinas estaban cerradas, y a mi lado no estaba ella, eso era más raro aún.
Me levanté abrí la ventana para que entrará la luz, pero para mí sorpresa el día estaba nublado, pero era tanta la obscuridad que parecía que llovería.
Como seguía sin escuchar ruido alguno y el día comenzaba lúgubre decidí bajar a la sala de mi casa para ver si alguien se encontraba, no tomé la molestia de vestirme o tan siquiera peinarme, sólo tomé por instinto mi celular ya que tenía una sensación rara en el pecho,como si algo me hiciera falta.
Conforme fui bajando cada escalón se escuchaban murmullos provenientes del recibidor,trataba de poner atención a lo que decían, era una conversación entre dos personas, mujeres no era difícil de adivinarlo las mujeres tenemos una increíble habilidad para hablar bajito cuando se trata de algo importante. Y era aún más fácil intuir que esas voces femeninas eran de Diana Verónica y Diana Alejandra.
Cuando llegué al último escalón tronó uno de los huesos de mi pierna y los murmullos cesaron a la vez que se apagaba la televisión, la cual al parecer estaba prendida.
Efectivamente sentadas en el sillón estaban mis dos Dianas. Mi hija tenía cara de angustia como no reconocerla siendo yo su madre, y por otra parte Diana Verónica estaba perdida en sus pensamientos.

-Holaa, buenos días a mis mujeres.- saludé alegremente a ambas.
-Hola Mami ¿Cómo amaneciste?.- contestó mi pequeña no con mucho ánimo sino por compromiso.
-Bueno...extrañada ¿Qué les pasa? Tienen un semblante no muy bueno.

Diana Verónica seguía inmersa en su mundo, pero al notar la mirada y risa nerviosa de de Dianita, contestó:

-Absolutamente nada pasa, ¿Gustas desayunar?.- dijo mientras se levantaba y dirigía a la cocina.
-Jaja bueno pues vamos.- dije pero Dianita seguía preocupada y miraba a Diana.

Eran las 9 de la mañana, quité el modo avión de mi celular y no lo podía creer tenía llamadas perdidas de muchos de mis amigos: Coque,Gloria,Daniela e incluso de Pepillo Origel.
Esto me extraño bastante, y naturalmente mi WhatsApp estaba lleno de notificaciones, pero en eso me entró una llamada de Tatiana, mi celular sonó dos veces, y al escucharlo Diana volvió de la cocina casi corriendo y me dijo:

-Por favor no contestes, sea quien sea, no lo hagas por favor.- me lo dijo casi llorando y con desesperación en el semblante.
- Déjala que contesté mamá.- replicó Dianita.

Yo estaba sacadísima de onda, así que contesté necesitaba saber cuál era la urgencia de todos por que contestará sus llamadas.

-¿Diga?
-¡Ana! ¿Dónde estás? Te he estado llamando desde temprano a tu casa y a ti celular y nada que te encuentro.- sonaba alterada del otro lado de la línea Tatiana.
- Lo..lo..lo siento yo acabo de despertar,y no había escuchado el teléfono de acá, pero dime ¿Por qué tanta urgencia?.- contesté perpleja.
-Ohh aún no lo sabes.- guardó silencio
-¿Saber qué? ¡mujer habla! Nadie me dice nada y todo está muy extraño.- dije casi gritando.
-Ana debo darte una noticia y quiero que la tomes con la mayor calma posible.- silencio nuevamente.- Anoche...Vero falleció.

No, no podía ser cierto, eso no era verdad ella estaba bien yo no me había enterado que ella estuviera enferma o algo así, eso no podía ser verdad seguro hablaba de alguien más y por el shock se había equivocado.

-¡No! Eso no es verdad Tatiana me estás mintiendo, seguro te equivocaste de nombre
-Me gustaría decirte que no es verdad pero si Vero falleció ayer por la noche.

Colgué el teléfono y miré a los ojos a Dianita quien estiraba su mano para pasarme el control de la televisión. El aire de mi cuerpo salió por completo y no podía hablar, mi corazón me negaba lo que mi razón me gritaba.
Encendí la televisión, en la pantalla estaba Pati Chapoy, con todo su equipo dando la noticia del fallecimiento de Vero.
En ese instante mi corazón colapsó, no podía respirar, mis manos tenían un extraño hormigueo, y las lágrimas de mis ojos querían salir desbordadas por mis mejillas.

-Tengo que ir.- dije con la poca voz que me alcanzó a salir por el nudo en la garganta que traía.
-Será mejor que no Ana, estará toda la prensa, y naturalmente su familia tu mejor que nadie sabes que cierta personita no te dejará estar ahí.-contestó Diana presurosa como tratando de convencerme.
-No me importa debo ir, necesito que investigues dónde será el velorio y necesito, un boleto de avión.- dije perpleja.
-Sabes que te he apoyado en absolutamente todo, pero en esto no, simplemente no puedo.- contestó tajante Diana.
-De nada me sirve el pasado Diana, necesito tu apoyo ahora, ¿Es qué no lo entiendes? ¡Vero murió!.- grité y una lágrima salió hacía mi mejilla derecha.

Limpié mi lágrima y Diana y yo nos vimos fijamente a los ojos, me miraba con dolor,era como si en ese instante hubiera descubierto la verdad que me había negado a decirle todos estos años.

-Bien, ve a hacer tu maleta, y yo veré lo que me pides, pero no te acompañaré.

Casi no me importó lo que dijo, y subí lo más rápido que pude las escaleras para hacer mi maleta. Me puse lo primero que ví, un pants y una gorra color gris, el cual me resultaba muy cómodo.
Guardé ropa toda negra, y dos pares de zapatos para cambiarme si me cansaban.

-Bueno el velorio será en Gayoso, el que está en ciudad de México, y tu vuelo sale a las 11 de la mañana, vas a llegar a Toluca porque no creo que haya prensa ahí, Daniela me dijo que pasa a recogerte y te lleva al velorio.- Diana estaba seria, no reflejó ninguna emoción.

Me despedí de mis mujercitas, y el chófer me llevó al aeropuerto, la adrenalina de llegar a tiempo no me daba tiempo de pensar, pero una vez sentada en el avión, al ver cómo empezaba a despegar, los recuerdos llegaron a mi... Inundando mi mente y mis ojos con lágrimas de nuevo...lágrimas que no pude contener.

Cómo yo te amé Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang