A pesar de todo

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-“Luna... tú que la ves..."

Y el público estalló en un grito de emoción, al ver cómo por vez primera le había cambiado el pronombre a una de mis canciones, si bien era dedicado para ella en ese momento en que definitivamente la extrañaba como nunca también era cierto que quedaría inmortalizar para siempre ese momento en el DVD del disco, en los presentes y en mi corazón.
¿Pero como diablos volví a ese punto de extrañarla como antes? ¿Cómo fué?.

Octubre 1997

-¿Ese te gusta?
-No, no pienso que se ve mejor este.- señalé el modelo en la revista.
-Ay sabes que me encantas y por eso te aprovechas chinita.- dijo Vero a modo de reproche tierno, mientras tomaba mi mentón para darme un beso.

Nos hacía muy feliz como estábamos viviendo, Vero y yo ya habíamos decidido que adoptaríamos un bebé de preferencia niña ya que ella siempre quiso una, aunque yo me conformaba con lo que el destino quisiera darnos. Y después de que ella pudiera adoptarla nos iríamos a vivir juntas formalmente, le contaríamos la verdad a mamá Coco, a Michelle, y a todo aquel que nos preguntara sobre nuestra relación, ya no lo esconderíamos más, solo era cuestión de tiempo para esperar a firmar los papeles con los servicios sociales.
Prácticamente yo vivía en casa de Vero, guardando prudencia ante Michelle, pero cuando ninguna de las dos tenía que hacer, nos sentábamos en la sala a mirar revistas de artículos de bebés, ella ya se había adelantado a comprar la ropa, y yo estaba batallando en como armar la bendita cuna que aún permanecía en mi casa por obvias razones.

-Hola hijo ¿Como te ha ido en la escuela?.- dijo Vero aún riendo mientras Michelle sin decir nada subía las escaleras.
-Bien todo bien mamá gracias.- respondió distraído bajando la cabeza.
-Michelle Castro ven para acá.- gritó firmemente Vero mientras me miraba preocupada.

Michelle se quedó parado a mitad de la escalera, y yo quería ayudar, él era un gran chico no causaba problemas, cuando estábamos Vero y yo juntas él mismo nos daba nuestro espacio, y había ya una especie de amistad entre él y yo, aunque si prácticamente en unos meses sería como su madre quisiera que él supiera que yo estaba para ayudarlo fuera cual fuera la situación; así que me levanté del sillón haciendo ademán a Vero de que yo vería que pasaría, y subí me día escalera a dónde estaba él aún con la cabeza baja.

-Oye chico ¿estás bien?.- dije poniendo una mano sobre su hombro.
-¿De verdad me quieres ayudar?.- susurró.
-Pues...si mijo.
-Ven acompáñame.- tomó mi mano y subimos al baño.

Ahí levantó la mirada y Vi un tremendo moretón en todo su ojo, era reciente se había peleado o algo así, y estaba tan inflamado que al verlo me sorprendí y me quedé mirando atónita porque no quería lastimarlo.

-Estoy bien, la verdad casi no me duele solo....- dijo él tratando de calmarme.- Quería saber si me podías ayudar no sé si esto se limpia o que se hace.
-Dios yo no soy médico pero te prometo que haré lo mejor que pueda ¿Si?.- el asintió.- Solo avísame si te lastimo o algo así.

Saqué el botiquín que Vero guardaba en el mueble del lavabo, y Michell se sentó sobre el inodoro, mojé un algodón con un poco de agua oxigenada para limpiar parte de su ojo ya que era obvio que no lo golpearon con las manos limpias.

-Gracias.- dijo él aún con los ojos cerrados y la cara levantada para que lo curara.
-Lo hago con gusto ¿Sabes?.- respondí concentrada.
-Usted es tan buena persona...y de todas las amistades de mi mamá usted es la que mejor me cae, la que noto más sincera.
-Mi vida pero tú también eres un gran chico, no entiendo cómo pudo pasarte algo como esto.- dije al borde de las lágrimas.
-¿De verdad quiere saber?.- suspiró.
-Bueno eso depende de ti, y si me quieres contar, sino creeme que lo entiendo.
-Escuché hablando mal a unos niños de mi mamá y de...usted, decían que sus mamás decían que ustedes eran lesbianas y que era despreciable, yo simplemente no lo toleré me les fui a los golpes sin pensarlo.

Cómo yo te amé Where stories live. Discover now