La Movida

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-Es increíble que esté aquí.

Dije en voz alta a Diana Verónica mientras me miraba en el espejo del camerino previo a mi presentación en “La Movida”, y ella me arreglaba el dobladillo de mi pantalón.

-A mi también me sorprende que hayas aceptado, con toda la carga de trabajo que tienes encima.- respondió Diana.

La notaba un poco molesta pero también intrigada como su quisiera que le explicará el porqué había aceptado, cosa que aunque últimamente podía decir que era mi mejor amiga no le diría y no porque no confiara lo suficiente en ella sino porque en esa relación no era yo nada más también estaba implicada Vero y no podía exhibirla así, yo si me detenía a pensar como le haría sentir el hecho que yo anduviera ventilando lo que un día fue y posiblemente nunca sería.

José Alberto era el productor del programa, y quería verme antes de la presentación para saludarme y agradecerme el que haya aceptado la invitación, así que salí del camerino una vez que Diana terminó mi dobladillo, y caminé por el largo corredor, y ahí estaba él en la cabina de grabación dando unas últimas indicaciones a todos los trabajadores.

-Ana.- dijo emocionado al verme afuera de la cabina.
-¿Cómo estás querido?.- dije sonriendo al paso que me daba un abrazo.
-Mujer lo mucho que te he extrañado, hace tanto no vas por la casa.

Bajé la mirada, pues no podía decirle el verdadero porque de mi ausencia tan repentina de aquella casa después de que prácticamente me la vivía ahí.

-Ya sabes el trabajo.- me excuse tontamente.
-Pues espero ya te hagas un tiempo para volver a las comidas de antes.
-Pronto muy pronto.
-¿Ya saludaste a Vero?
-No de hecho no la he visto.
-Mira yo debo seguir dando indicaciones pero a ella le encantará verte, está en su camerino, sigues todo este pasillo y la primera puerta a la derecha.

Se fue sin decir más, y me quedé enmedio del escenario casi estorbando a todos los técnicos que pasaban con luces y cables, así que después de mucho pensar y sabiendo que tarde o temprano tenía que verla en vivo en cadena nacional, preferí romper el hielo y camine a su camerino, y estaba a punto de tocar la puerta cuando de imprevisto salió una mujer de cabello castaño, más alta que yo, de ojos cafés, de verdad que se veía que quería ser igual que Vero, de hecho podía asegurar quien era.

-Buenas noches.- me saludó al verme con una sonrisa sarcástica en su rostro.
-Que tal.- sonreí por compromiso.
-Sería un gusto ver su actuación de hoy de no ser porque no me puedo quedar.
-¿Ya te ibas no?.- salió Vero de su camerino, estaba molesta.
-No te enojes cariño ¿Qué no ves que gran invitada tienes hoy?.- dijo la mujer.

No dijo más y se retiró, pero por el semblante de Vero se veía que ni el sol podía calentarla, estaba totalmente enojada, y yo intrigada por querer saber que le había dicho aquella mujer.

-¿Estás bien?.- por fin me animé a decir.
-Si yo.- acarició su cabello.- sólo que cada que veo a Lucia no puedo evitar enojarme.
-¿Si era Lucía Méndez?.
-Ahg si solo venía a provocarme como siempre, pero pasa.- entró a su camerino.- Me da mucho gusto que hayas aceptado venir.
-Bueno yo... enrealidad no podía decir que no.
-Hubiera entendido perfectamente si me hubieras dicho que no aceptabas.
-Yo solo busco una cosa que me acerque a ti.

Por Dios ¿Lo dije o lo pensé?, Juro que se me salió decirlo, Vero incluso dejó la brocha con la que se estaba colocando rubor, y me miró fijamente a los ojos.

-¿De verdad?.
-¿Acaso te he dicho alguna mentira antes?
-Ana yo...
-No tienes que decir nada solo venía a saludar pero ya me retiro para que te termines de arreglar.- me giré hacia la salida tenía mi mano en el picaporte de la puerta.
-Ahora me toca hablar a mi María Guadalupe.- dijo Vero quien estaba a espaldas mías, y que con su mano que pasaba mi hombro cerró de nuevo la puerta.

Cómo yo te amé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora