Amantes de ocasión

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Desde ese día Vero y Diana no podían verse ni en pintura y estar entre el fuego cruzado siempre era incómodo así que nunca volví a juntarlas, la última vez que lo hice fue en un concierto de Alberto en dónde Diana llegó de imprevisto y obvio Verónica se puso celosa.
Aunque todo iba bien sobre nuestra relación vivíamos tranquilas y felices pero he aprendido que la vida es como una montaña rusa, subes y la vista desde arriba es genial, dura poco esa sensación y repente bajas a toda velocidad y terminas siendo solo amante de ocasión, aunque de uno depende volver a subirlo o quedarte ahí abajo.

-¿Sabes que te amo?.- dije mientras acariciaba el borde del rostro de Vero.
-No tanto como yo.- sonrió ella.
-Lo que yo daría por estar así, siempre abrazada a ti.- dije mientras buscaba acercarme más a ella.

Habíamos dormido juntas, y el sol apenas traspasaba las cortinas de su habitación ahora nuestra y complice de este amor que no paraba de crecer.

-¿Te preparo algo de desayunar?.- pregunté sonriente.
-Ay como crees que te voy a molestar tanto mi amor.- dijo Vero con sonrojez en su rostro.
-Para mi no es molestia atenderte.

Me incliné a darle un beso, mientras ella se volvía a envolver entre las cobijas, me puse una bata de seda la cual era de ella pero nos gustaba prestarnos la ropa así que yo la usaba cuando iba, abrí la puerta con cuidado de que el seguro no se botara bruscamente.

-Señora.

Me puse en blanco y la sonrisa que traía se desvaneció como la espuma del mar, sentí un frío en mi cuerpo y no pude evitar que mis ojos se abrieran más y más. Vero inmediatamente se levantó de la cama y al ver lo mismo que yo se quedó helada, ninguna de las tres podía decir nada ni siquiera moverse.

-Mamá.- dijo al fin Vero.
-Ana sabes que siempre es un gusto verte pero necesito que me dejes hablar con mi hija.- dijo sin quitarle la mirada de encima a Vero.
-Señora si me lo permite...
-Esta bien Ana, no te preocupes yo hablaré con ella.- me interrumpió Vero.

*Narra Verónica*

Ana cerró la puerta de la habitación una vez que mi madre entró, y yo me levanté cómo si nada a cepillar mi cabello, para que no notará que debajo de mi bata no traía ropa, pero no podía dejar que los nervios me ganaran.

-¿Buscas algo en especial?.- pregunté irónica a mi madre quien miraba toda la habitación de arriba a abajo.
-No todo lo que buscaba lo acabo de ver.- tragué saliva.
-¿Ah sí y que era?.- seguí cepillando mi cabello mientras la veía por el espejo de mi tocador.
-Bueno digamos que me preocupaba saber que tan mentirosa eres Verónica.- su tono era más que furico.
-No sé de qué me hablas.- cerré los ojos para concentrarme.
-Dime que traes un camisón debajo de esa bata y yo inmediatamente me retracto de estos pensamientos insanos que surgen en mi cabeza.- me miró con desesperación.

Y mi cara se quedó en blanco, mi primer impulso era decirle que si traía algo debajo pero donde me pidiera verlo no sabría que hacer, así que me quedé en silencio y mi mano tembló al dejar el cepillo en su lugar.

-Verónica yo no quería decir nada porque te conozco o al menos eso creo.- me tomó de los brazos mi madre y me giró a ella.- ¿Te gustan las mujeres?.- se atrevió a preguntar al fin con angustia en su mirada.

Y yo no quería más que ponerme a llorar ahí.

*Fin del Flashback*

Desde ese día mamá Coco me trataba bien, pero yo dejé de frecuentar mucho a Vero porque así ella me lo había pedido, aunque yo no podía más, sentía a cada rato que ella tenía a alguien más, no nos veíamos y cuando lo hacíamos a penas tenía unas horas de su amor y no eran más que para encontrarnos y fundirnos en una sola, y yo quería mucho más quería compartir sus alegrías pero también su dolor como antes, no me bastaba con esos encuentros ocasionales, los cuales no podía rechazar porque no quería volver a perderla simplemente ya no sabría vivir sin ella una vez más.
Era definitivo que tenía que encararla, mirarla frente a frente y decirle todo lo que pensaba pues no era solo ella, sino que también me afectaban a mis sus decisiones.

Cómo yo te amé Where stories live. Discover now