Te lo pido por favor 3

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¿No les ha pasado que se quedan dormidos de tanto llorar, y cuando despiertan está esa sensación de que todo está bien hasta que comienzan a recordar que nada ha cambiado?, Todo sigue igual, los problemas no han desaparecido, y uno desea nunca haber despertado pues en los sueños a veces es el único lugar donde podemos ser felices y olvidar todo lo que nos agobia.
Si así me sentí yo aquella mañana, había viajado durante la noche hasta Guamuchil para ver a mi padre, enrealidad no tenía cara para mirarle a los ojos y decirle que por culpa mía...que por el querer volver a verle le habían amputado las piernas, que por culpa mía ya nunca podría caminar, no podría volver a ser autónomo, dependería siempre de una silla de ruedas o bien de alguien que le ayudará a hacer lo que normalmente hacemos solos.
Diana me dijo que no tenía culpa alguna ya que tendría que estar mal de mi cabeza si hubiese decidido dejarlo morir habiendo una solución,pero no me hacía sentir mejor, porque era mi padre se quién hablábamos.
Llegué a eso de las 8 AM al hospital, todo a mi alrededor era más lento, incluso intentaba caminar más rápido pero era como si mis piernas no me lo permitieran, no estaba bañada, aún traía el traje de mi presentación de anoche, y el maquillaje no me quería ni imaginar lo corrido que debía estar, el cabello solo lo peiné con mis dedos.
Mi madre estaba en la sala de espera profundamente dormida en el hombro de una de mis hermanas, pobrecilla seguro no había pegado ojo en toda la noche, mi hermana me hizo una seña para que hablara con una enfermera ya que no quería despertar a mamá.

-Buenos días disculpe puede darme información sobre Ramón Araujo por favor.- dije en voz baja.
-¿Parentesco?.- respondió arrogante.
-Soy su hija.- no tenía ánimos ni me sentía con calidad moral como para ponerme mamona.
-Tengo entendido que se le realizó una amputación de ambas piernas.- en ese instante se me hizo un nudo en el estómago.- y ahora está en su cuarto pero puede recibir visitas.
-¿Puedo pasar entonces?.- pregunté
-Claro, habitación 208 al fondo a la izquierda por este corredor.- me señaló la enfermera.

Le hice la seña a mi hermana de que iría a ver a mi padre, pero totalmente me ignoró, Dios recordaba aquellos días de mi niñez en los que debía hablar con papá y seguro venía un regaño, siempre imaginaba que era como echarse un clavado en algún punto tendría que hablarle, pero ahora era ya una adulta, tenía que asumir la responsabilidad de mis decisiones, no sé cómo le miraría a los ojos, ni siquiera sabía si él querría verme pues para estas alturas seguro ya le habrían dicho que yo fui la de la decisión.
Abrí la puerta sin pensar mucho, y ahí estaba él despierto leyendo el periódico como siempre, tenía una sonrisa en el rostro lo cual me sorprendía bastante.

-Pero si eres tú pasa.- dijo al verme.- ¿Ves? no me ha pasado nada, no era tan necesario que vinieras.

¿Pasado nada?, De que hablaba, estaba muy confundida y mi rostro lo reflejaba no había manera alguna de evitarlo.

-¿Cómo te sientes?.- pregunté temerosa.
-Mucho mejor, pero no he visto a tu madre y llevo horas sintiendo una comezón horrible en mi pie, ¿Puedes ayudarme querida?.

Puta madre ¿Por qué a mí?, ¿Acaso no era suficiente con tener que tomar dicha decisión?, ¿Es que acaso nadie le había dicho aún? ¿Nadie tenía los ovarios de decirle?, Me tocó a mí, bajé la mirada, y de los nervios me pellizque los dedos de mi mano izquierda, no podía llorar, debía conservar la calma pues una noticia así de por sí es alarmante para la persona que la recibe como para que uno se ponga a llorar, por eso los doctores deben guardar la calma.

-Papá
-¿Qué?.- interrumpió y yo saqué el aire por mi boca.
-Papá ayer...tus niveles de glucosa y colesterol se desplomaron.
-¿Y?.- dijo indiferente.
-Por favor no me interrumpas.- dejó de leer el periódico.

Me miró a los ojos y hubiése deseado que no lo hiciera pues se me hace más difícil decir una verdad cuando me están mirando directamente, yo no tuve cara e inmediatamente aparté la mirada.

Cómo yo te amé Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum