Diferentes

800 81 21
                                    

“Todo estará bien", “yo se que tú puedes dar lo mejor de ti", frases y más frases que por alguna razón damos para alentar a alguien que está nervioso por algo pues creemos que son lo máximo haciendo algo, pero cuando nosotros somos esa persona a la que se le busca dar ánimos lo único que genera es tener más ansiedad pues creemos que no podemos fallarles a esas personas, llega un punto en el que al parecer todos ven ese talento y los concursos si te halagan pero ahora te sientes con el deber de ganarlos para no fallar, al menos eso me pasaba a mi en mi primer Viña del Mar.

Había visto muchas veces desde pequeña a las grandes voces de Latinoamérica presentarse allí, veía como su público los abrazaba con tantos aplausos e incluso yo que no estaba presente cantaba a todo pulmón las canciones de mis artistas favoritos que iban, y ni decir la emoción que como público sientes al ver cómo les dan sus premios, siempre había Sido un sueño para mí y ahora era mi turno de ser la artista, de dar lo mejor de mi ahí arriba, pero el miedo me invadía ya se que en su momento había ganado el OTI, pero esto era diferente.

Vero me había marcado a mi hotel horas antes de mi presentación.

-¿Y cómo es estar allá?.- preguntó entusiasta
-Bueno...pues es lindo ya sabes el clima, la comida.
-¿Y las mujeres?.- preguntó en tono celosa pero que se notaba era en broma.
-Pues si son guapas.- reí sarcástica.
-Yo sé que te irá bien, confío mucho en ti y en tu talento.

Dios sé que lo decía con la mejor se las intenciones pero hubiése preferido que no lo hiciera, ahora quería impresionarla realmente.

-Ya he invitado a mi madre a casa para que veamos el festival en la tele.- volvió a decir emocionada.
-Perdón Vero debo irme ahora pero ya te llamaré cuando regrese para seguir platicando ¿Si?.- quería terminar ya aquella llamada antes de que terminara en el baño vomitando.
-Vale no te preocupes.

Respiré profundo, y me recosté en mi cama hasta que me dijeron que ahora ya era hora de irnos, me encantaba el sonido del mar que se encontraba picado debido a un ciclón, acompañado de bullicio de la gente que o iba camino a verme o se apuraban a llegar a sus casas, con claxons y motores sonando, le ponía atención a mi alrededor para desaparecer por unos instantes.
Cuando llegué a la Quinta, rápidamente la gente se movilizó, me retocaron el maquillaje, Diana me acomodó mi traje, y yo esperaba verlo pero nunca fue a saludarme, incluso lo llegué a ver a lo lejos, creo que aún había tensión en la relación.

-Vamos amiga yo sé que lo harás súper bien.- me dijo Diana tomando mis hombros antes de que subiera al escenario.
-¿Te puedo abrazar?.- dije casi implorando.
- Ay mujer pero ya sabes que si.

Me rodeó con sus brazos mientras acariciaba mi espalda, y yo quedaba recostada sobre su hombro como niña buscando esconderse.

-Verás que todo saldrá bien, y sino es así será por algo que no está en tus manos porque yo sé que dejarás lo mejor de ti allá arriba y tú público el público que te ama te acompañará.- volvió a decir.

Me hizo sentir completamente más tranquila, así que después de que me pasará la mano sobre mi hombro para quitarme el poco maquillaje en polvo que me había dejado, escuché como Antonio Vodanovic “me presentó", la verdad que no había dicho mi nombre, y si me molestó pues fuera de todo él debía ser profesional ya que no éramos dos personas ahí, éramos los artistas, de verdad que agradezco a mi madre que me enseñó la empatía porque de no haberlo hecho se me hubiera salido lo salvaje y le hubiese gritado un par de cosas, pero no era el momento ni el lugar, respiré profundo y le dije que volviera a subir al escenario, wow la adrenalina que sentí en ese momento ¿Realmente había Sido capaz de llamarlo de nuevo? Bueno no había marcha atrás, y debía defender mi imagen, lo chiquita que me sentía estando en un lugar tan grande y que no conocía hasta ese entonces.

Cómo yo te amé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora