El Yoga de la señorita L Terminada

Capítulo 10: Nuestra familia

Cuatro años atrás

3 de septiembre de 2017
Liz Giglioty Bonafoux

Veo a mama con su hermoso cabello rizado y su sonrisa asomándose a mi puerta mientras que Kenneth llega a su lado cargando un pad de yoga. Dejo de dibujar mientras que mama al ver mi dibujo se sienta a mi lado.

—Te quedo hermoso —dice al ver cómo nos dibuje a nosotros. Nuestra pequeña familia mama y yo estamos dibujadas como princesas con espadas en mano mientras que Kenneth lo dibuje como un escudero combatiendo con el monstruo...

—El monstruo es papa —dice con seriedad mi mellizo mientras nuestra madre carraspea mientras que me asegura que guardara el dibujo al ofrecérselo.

—No hablen así de su papa y vayan al cuarto haremos yoga. Luego les cocinare pollo frito mis amores —dice guiñándonos un ojo mientras que Kenneth y yo vamos corriendo empujándonos uno al otro por quien entra primero. Logrando ser yo la primera al ponerle el pie haciendo que se tropiece.

—Cavernícola te gane, yo gane —digo riéndome y al voltearme para mirarlo me lanza el pad de yoga a la cara.

Riendo a carcajadas.

—Mocosa te deje ganar —me dice entre dientes luego de eso mama llega en modo maestra dándonos instrucciones. Viéndola más animada que ayer en donde papa le estuvo gritando luego de cenar porque llego tarde a la casa por dar clases.

Papa no es un padre cariñoso como el de mis compañeras de clases es un monstruo como dijo mi mellizo que no trata con amor a mama u a nosotros. Tampoco es como los reyes que leo en mis libros donde trata a su reina o princesa con amor es como el villano malvado de la historia, pero no el villano que destruiría todo por asegurar que ella este a salvo.

Empieza dándonos ordenes de las posturas básicas, los estiramientos para no lesionarnos hasta que la miro hacer posturas increíbles elevándose con sus manos y manteniendo el equilibrio mientras mueve sus piernas sin caer lo hago junto a ella porque lo habíamos practicado antes hasta que... Veo a mi mellizo caer de espaldas haciendo que aguante la risa mientras mi mama se dirige a él.

—Mama renuncio.

—Una sola caída te hace renunciar no sabía que mi hijo era así de fácil de vencer —le dice retadora mientras que el resopla y se levanta del suelo volviendo nuevamente.

—Sabes que mamá no renunció seguiré intentándolo —dice mi mellizo terco—. Mamá lo observa como intenta aguantarse en dos manos.

—Señora L ya llegó por quien lloraban —menciona nuestro vecino escandaloso.

Mamá brincó levemente donde estaba sentada al escucharlo, pero al ver que es nuestro vecino escandaloso respira de alivio al no ser papá.

Klaus no sé cómo mamá acepta que venga a nuestra casa es demasiado escandaloso y demasiado hiperactivo.

Mamá es muy amiga de la señora Karen que es la mamá de Klaus. Llevan tantos años de amistad que un día le propuso un plan para ayudarnos a salir de este lugar. Porque si, ella sabe por lo que pasamos por culpa del papá que nos tocó a Kenneth y a mí.

El plan era hacer una maleta y guardarlas en su casa y cambiar nuestras identidades con su vecino apodado el maestro de identidades, si muy obvio su nombre nadie sospecharía de él luego esperar que Jack se fuera a su trabajo para largarnos de Puerto Rico a un lugar muy lejos de aquí. Sigo sin entender porque mamá prefirió alejarse de su familia y venir a vivir a este lugar. Solo nos habló de ellos porque le preguntamos y sobre la tía Amanda, pero nunca más nos volvió hablarnos de ellos...

Veo como Kenneth se me acerca y me susurra.

—Tu enamorado vino a verte hermanita —menciona de manera burlona. Mirando a Klaus que se dirige hacia donde nosotros y tratando de imitar la posición del cuervo que es elevándose con las manos y sin ayuda de los pies.

—Hola niña problemática —dice dándome un beso en mi mejilla tomándome desprevenida.

—Idiota —digo limpiándome mi mejilla y empujándolo.

Miro hacia otro lado para que no vea lo sonrojada que me puse ya que siento que mis cachetes explotarán del calor que siento.

Mientras que mamá se ríe ya que no es la primera vez que Klaus actúa así mi hermano le da una mirada fulminante, pero al ver mi cara estalla en carcajadas. Así pasamos un buen tiempo los cuatro haciendo yoga y ejercicio.

Mamá se ve relajada y feliz después de terminar de hacer ejercicio y prepararnos pollo frito con papas. A mi lado está sentado Kenneth y al otro lado de la mesa del comedor está Klaus comiendo pollo como si su vida dependiera de ello. Mamá está sentada al frente de nosotros terminando su comida y con una novela al lado de su plato leyéndola concentrada.

Solo quiero que momentos cómo estos duren para siempre. Viendo a mamá tranquila haciendo lo que más le gusta, seguir viendo a Klaus todos los días, aunque sea desde lejos, pero eso nunca se lo admitiré su ego llegaría hasta las nubes. Mi mellizo logre cada uno de sus sueños igual que yo. Solo deseo eso...

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Gracias por leer 💛

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