Capítulo 41: Cartas de desahogo II

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Leandra Bonafoux

Luego que Akira terminó de quemar sus cartas nos tomamos unos momentos para admirar el mar y el cómo cae el atardecer haciendo que el lugar se vea color anaranjado con los toques de azul característicos del agua. Color que me recuerda a los ojos de un problemático que he amado desde hace muchos años y finalmente la vida se dignó en unirnos de nuevo.

—Es mi turno —digo ahora sintiéndome lista para deshacerme de las cartas, aunque pocas, me ayudaron en mi proceso.

—Pues adelante Leandra —habla Amanda mientras que las chicas se sientan alrededor de la fogata de nuevo mientras me paro al frente de la misma con las cartas en mano.

—Actualmente me he sentido mejor y las pesadillas sobre lo sucedido han sido menos desde hace dos meses —me confieso mientras quemo la primera carta y contempló el cómo se vuelve cenizas. Aún debo trabajar mucho en mí, pero estoy mejorando y tomando las riendas de mi vida.

—Me falta camino por recorrer para estar perfectamente bien, pero ya estoy trabajando en eso —digo en voz baja tirando más cartas al fuego esto es liberador y me está ayudando tanto a sacar este dolor y esta rabia por todo lo que pase estos años. Rompo por la mitad la carta en donde escribí lo que pasé los primeros años y sobre el cómo me sentí cuando fue mi padre el que me vendió a ese lugar.

Me sentí sola, abandonada por el hombre que suponía me iba a cuidar y enseñarme sobre la vida, pero lo único que aprendí de él fue que no puedo confiar y quien menos te esperas te puede traicionar. Pero mi mellizo, Klaus y Lennon esos hombres valen oro y son de admirar, quienes me recuerdan que aún quedan buenos hombres en esta vida.

Sigo tirando las cartas al fuego en donde me siento libre de todo el dolor que me han causado y sintiendo que todo irá para mejor porque seguiré trabajando para que sea así. Observó a mis amigas sintiendo su apoyo en estos momentos y a mi tía Amanda que ha sido una psicóloga en toda la regla quien ha estado en mi proceso de sanar.

Empiezo a desahogarme mientras que las chicas me sostienen de las manos, Brenda llora junto a mí al recordar lo que pasamos. En donde el primer año nos enseñaron a bailar y el cómo tratar a esos tipos para generar las ganancias. Ganancias que logre robar hasta poder escapar de ese lugar.

El segundo año ya estaba perdiendo las esperanzas de poder salir y ser libre y encontrarme con mi madre y mellizo. Empezaron las pesadillas y lo peor luego de despertarme de ellas era que las tenía que vivir una y otra vez sin la esperanza de que terminarán algún día. Así fue durante los otros cuatro años a pesar que Lennon estuvo con nosotras en cada momento no siempre pudo liberarnos de pasar por todo ese calvario...

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Terminó de quemar las cartas junto con algunas lágrimas que dejó salir porque con toda la seguridad que siento actualmente sé que estaré mejor y observó a mis amigas con una gran sonrisa.

Debo vivir un día a la vez asegurarme de sanar porque mis futuros hijos se merecen una madre que esté sana y que no los arrastre a sus traumas. Se merecen lo mejor de mí y de Klaus que será su padre.

Años atrás nunca hubiera imaginado pensar que tendré mi propia familia, pero aquí estoy siendo libre, reunida con personas que amo y logrando todo lo que quiero en donde pronto veré hecho realidad ser instructora de yoga.

Brenda Smith

—Ahora me toca a mí —digo luego que Leandra termina de quemar sus cartas. Akira se ve ya tranquila luego de llorar y Leandra se está tranquilizando mientras que Akina está en medio de ellas sentada apoyándolas.

Amanda se mantiene al margen mientras me indica que tomé mi tiempo para poder empezar.

—Quiero agradecerles por estar aquí conmigo y gracias Akina por apoyarnos —les agradezco empezando a quemar la primera carta.

—Siempre con ustedes —menciona Akina con una sonrisa mientras que dejó que las cartas sean consumidas por el fuego.

—No solo fui abusada por los sujetos del bar, sino que también por el hombre que llame padre una vez —confieso en un sollozo la única que sabía esto era Amanda y Kenneth que me ayudó acabar con él y ahora se lo confieso a las chicas que están sorprendidas.

—Cuando fue... —susurra Leandra entre lágrimas mientras me limpio las mías porque esa basura no merece que llore por todo lo que me hizo a mí y a mi madre.

—Meses después que mamá murió —confieso mientras dejó caer todas las cartas al fuego viendo cómo se aviva la llama de la fogata. Ya la noche está cayendo en el lugar en donde noto que llegan los chicos hacia nosotras.

—Brenda —menciona conmocionada aceptando su abrazo mientras que las hermanas Lee se mantienen cerca de nosotras mientras que lloro por todo lo que pase y sintiéndome mejor por habérselo dicho a ellas.

No más secretos solo quiero sanar y continuar con mi vida porque lo quiero así y mamá no hubiera deseado que me estancara en el abismo.

Los chicos al llegar y ver lo que pasa se mantienen cerca, pero no interfieren mientras que las cuatro nos unimos en un abrazo nuevamente liberando este dolor finalmente.

Estas cartas de desahogo trajeron consigo libertad, confesiones que soltamos y marcaron un final del sufrimiento vivido y un comienzo lleno de superación en donde nos ayudará a continuar con nuestras vidas el doble de fuerte.

<<Porque somos sobrevivientes de un secuestro, del machismo en que vivimos las cuatro mujeres que estamos aquí hoy y de personas malvadas que solo nos hicieron daño. Sobrevivientes que podremos ayudar a otras que pasaron por situaciones así>>

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Lloré junto con ellas al escribirlas 😭. Mis niñas han pasado por tanto y como ellas dijeron son unas sobrevivientes de todo lo vivido.

Gracias por leer 💛

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El Yoga de la señorita L TerminadaWhere stories live. Discover now