Capítulo 24: Fuerza y Lucha interna

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Leandra Bonafoux

Al llegar a la casa de mi mellizo lo primero que hacemos es ir directo a los cuartos, fue un día lleno de tragedia y problemas, descubrimientos como el de Álvaro Meyer el dueño de los bares y el psiquiátrico que estaba mamá. Ex militares de donde trabajaban Kenneth y Akina que tienen custodiando los psiquiátricos.

Entre un guardaespaldas, un ex militar, una ex teniente y un hacker como Klaus no podrán eliminar el problema y lo único que podría acabar con esto es el ejército...

Los tres subimos en silencio hacia los cuartos donde Brenda entra al de ella no sin antes guiñarme un ojo y dejarme a solas con Klaus al frente del cuarto de huéspedes.

—Donde me tocaría dormir problemática —empieza hablar quitándose la camisa. Klaus porque no me lo pones fácil y dejas de ser tan el. Ahora entiendo porque en las escuelas

Contempló como flexiona sus brazos al quitarse su camisa y como se tensionan sus abdominales al quitársela por completo. Cuánto quisiera pasar mis manos por sus abdominales y dejarnos llevar por esta tensión, pero hay luchas internas que debo superar sin meter a terceros y menos a Klaus.

Colocó mis manos en su pecho mientras caminó haciéndolo retroceder sin perder el contacto visual.

—Oh Klaus no me tientes.

—Cae en la tentación señorita L no se arrepentirá, pero entiendo lo que estás pasando —me dice mientras que abro la puerta del cuarto de huéspedes y lo empujó levemente hacia dentro.

—Eres mi tentación personal, pero hay situaciones que debo superar y no quiero depender de nada ni de nadie para resolverlo —me sonríe dándome un beso en la frente sin despegar mis manos de su pecho.

—Podrás con esto L no estás sola recuérdalo buenas noches —se adentra hacia el cuarto cerrando la puerta. Me voy más tranquila hacia mi habitación y luego de bañarme me tiro a la cama en ropa interior cayendo en un sueño profundo. En donde después de muchas noches duermo sin pesadillas que me atormenten.

***********

Bajando las escaleras detrás de Klaus y Brenda lo primero que escucho es que desayunáremos pollo a la plancha con verduras. Amanecieron locos esta mañana, pero dejó pasar el desastre que hará Klaus junto a Brenda en la cocina. Brenda cocina muy bien, porque su madre llegó a enseñarle, pero luego tuvo que aprender hacerlo sola... Me acuerdo cuando mamá cocinaba comida extra para llevarle a escondidas de Samuel porque a pesar de que podía pasarse con nosotros. Hubo días en que no la veía o en que Samuel no la dejaba salir... Pero Klaus años atrás quemó la pared de su casa al tratar de cocinar macarrones con queso. Así que ignorando el desastre que le harán a mi mellizo en su cocina tomo el celular de mi bolsillo y hago la llamada.

Dos meses y la única ayuda que busque fue de un psicólogo sin nada de etiqueta que ni si quiera tomo en serio lo que le conté.

—Buenos días habla con la psicóloga Bonafoux en qué puedo ayudarla —habla al contestar la llamada mientras que estoy sorprendida no por el apellido sino de su voz no puede ser...

—¿Tía Amanda? —preguntó sorprendida e incrédula porque Kenneth no se dignó a decirme que era nuestra tía si es que es ella.

—La misma Leandra debo contarte muchas cosas.

—Claro que debes contarme la última vez que hablamos fue cuando tenía quince y porque pudiste llamar a mamá —nunca supe porque hacía las llamadas a escondidas de su esposo. Siempre que llamaba parecía tener miedo que alguien aparezca y le quite el celular.

El Yoga de la señorita L TerminadaWhere stories live. Discover now