El Yoga de la señorita L Terminada

Capítulo 52: Ocho meses

Leandra Bonafoux

Bailes, talleres, crisis existenciales, estar junto a mi familia y sanar heridas todo eso he pasado estos ocho meses desde que gracias a mi mellizo y a mis amigos pude escapar de ese calvario. Volver a iniciar mi vida en Miami junto a todos ellos sintiéndome fuerte para continuar y sana, Klaus y yo siendo una pareja y en futuro tendremos hijos (algo que nunca me hubiera imaginado, pero la vida te suele sorprender). Lograre tener mi estudio de yoga y ser instructora como tanto he querido, pero aún no me siento preparada para cuando mi madre se vaya...

Será doloroso, pero mi mamá está sufriendo demasiado, aunque ahora sea feliz su enfermedad la debilita día tras día algo qué le ocurrió a Samantha años atrás...

Saliendo de mis cavilaciones me despido de las chicas y la instructora del taller de mi penúltima clase luego de tomar mi pad de yoga y mi cartera me encuentro en la entrada a Klaus esperándome con un café de Starbucks. Al llegar a él nos besamos mientras me pasa mi café y emprendemos camino hacia la casa de Akina que por fin pudo mudarse junto con mi mellizo y sobrino. Pasamos el camino escuchando pop rock mientras nos contamos nuestro día las secciones de fotos que tuvo fueron de modelos y actores que están empezando en ese mundo lo escuchó fascinada porque a lo largo de su carrera como fotógrafo ha podido conocer a muchas artistas y hace poco el elenco de Stranger Things. Entonces le doy la noticia de mi graduación mientras bebo del café frío de caramelo.

—Mi problemática ya será una instructora —me felicita y se estaciona al frente de la casa de Akina donde la veo sembrando junto a Kenneth un pequeño árbol de sakura.

—¿Te imaginabas a tu hermano en una relación seria? —suelta de la nada la pregunta y lo sopeso años atrás estuvo con Amelia, pero la relación que tuvo con ella fue algo pasajero. Pero con Akina hasta se esforzó en no arruinarlo y aprendió de los errores del pasado para no cometer lo mismo con ella.

—Antes no, pero al verlo junto Akina y por todo lo que pasaron pues si —contestó dirigiéndonos a ellos y Derek al salir de la casa viene para abrazarme Akina y Kenneth notan nuestra presencia viniendo hacia nosotros.

Akina nos recibe enseñándonos cómo quedó la casa Kenneth nos saluda y no pierde la costumbre de saludar de apretón de manos a Klaus a quien se la aprieta con fuerza de más. Niego divertida porque no cambiarán así que me voy junto con Akina y Derek dentro de la casa.

Es hermosa los muebles de la sala son en color beige un televisor de pantalla plasma instalado en la pared y un estante de libros lleno de novelas, libro sobre artes marciales y administración de empresa. La cocina tiene un estilo japonés con decoración en bambú y la mesa del comedor casi en dirección al suelo con sillones tapizados también como parte de la cultura japonesa.

—Está hermosa tu casa —le respondo al dejar los cafés que compro Klaus para todos. Me invita a seguir viendo la casa donde habilitaron uno de los cuartos como una zona de entrenamiento con dos máquinas de caminar, un banco de pesas y un saco para pelear y una ventana con vista hacia el exterior.

—Definitivamente no saldrán de este lugar entrenando todo el día —menciono divertida mientras que Akina se ríe sin negarlo mientras que Derek llama mi atención para que lo vea como golpea el saco con fuerza.

—Increíble Derek ya tienes la técnica —le felicito mientras que abandonamos el cuarto y volvemos a la cocina en donde están Klaus y Kenneth hablando tranquilamente.

Akina y Derek toman los cafés restantes mientras nos vamos todos hacia el balcón y me percato que Lennon nos toca la bocina al pasar por la casa y lo saludamos.

Me alegro por él pudo obtener su propia casa algo que siempre quiso y al fin se le cumplió Akina está encantada con su hogar mientras hablamos banalidades y sobre los planes que hicieron Brenda y Lennon para cuando lleguemos a la cabaña. También le cuento sobre cómo esta mamá ya que me pregunto.