Capítulo 12: Cuarto 276

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Actualidad

Seis años en este lugar por culpa del señor de la noche.

Seis años sin ver a mi hijo y años en este lugar consumiéndome, pero no iba a permitir que él tuviera que pasar por lo mismo que yo pase...

Así que empiezo a verificar el expediente leyendo todo desde mi información personal hasta todo lo que me realizaron durante estos años.

Expediente Psicológico.

Nombre de Paciente: Amelia Verá

Edad: 24 años

Tiempo de tratamiento: Seis años y un mes.

Tratamientos: Recaptación de serotonina, morfina (tranquilizante), tricíclicos y sustancia experimental nombre confidencial. Medicamento confidencial en investigación.

Diagnóstico: Trastorno Depresivo mayor y alucinaciones. (según la reacción que ha tenido sobre los nuevos medicamentos)

Tipo de sangre: B+

Historial Familiar: Desconocido.

Leo por quinta vez mi expediente psicológico y lo vuelvo a guardar en la gaveta de la oficina de Hospital Mental de Puerto Rico ya que no me interesa lo que supuestamente tengo estoy segura que habrán puesto información demás y ya estoy agotada de todo...

En ocultar y hacer que me tome el medicamento, en hacerme la que no sabe nada, hablar como si la vida me pesará por culpa del medicamento que me ofrecen eso {como parte de una investigación} y ver como mujeres son usadas cada día. Lamentablemente para muchas en este lugar no han tenido la suerte de poder librarse de ser conejillos de india...

Sigo buscando información o unas llaves del lugar para poder escapar porque ya es tiempo. Pero no encuentro nada. Observó el reloj de la pared y veo que marca las seis y media de la tarde. Debo volver al cuarto para que no sospechen que salí pronto irá alguien a darme los medicamentos y de nuevo fingir que me hace efecto el placebo pensaron que me habían dado uno de los medicamentos que están a prueba, pero todo este tiempo lo he podido cambiar por el placebo.

Librándome de los verdaderos efectos que es el daño de órganos.

Voy hacia la puerta y salgo del lugar sin importar si me ven por las cámaras de vigilancia ya que desde que llegue lo primero que me avisaron fue que estaré vigilada durante las veinticuatro horas. Pero al notar uno de los guardias que se acercan salgo rápidamente del lugar y corro hacia mi cuarto para llegar a las escaleras que me llevan a donde son los cuartos. Al llegar entró al que tiene el número doscientos sesenta y seis me adentro dando la espalda para verificar que no allá nadie en estos pasillos y cierro rápidamente.

—Te estaba esperando.

Al escuchar esa voz doy un brinco en mi lugar y girando mi cuerpo rápidamente hacia la persona que por años quise ver.

—Maldita sea me asustaste —digo tranquilizándome y viendo que sí pudo lograr llegar.

—¿Siempre me pregunte donde estabas durante estos años? —menciona sentado en mi cama. Viendo lo que tengo puesto.

—Deja de mirarme así sé que me veo muy bien con este atuendo hombre grande —mencionó dando una vuelta en mi propio eje—¿Cómo está él? —. Pregunto ignorando su pregunta anterior poniéndole seriedad a este asunto.

—Él está bien, todos lo estamos a pesar de todo —dice acercándose ya que me quede cerca de la puerta.

Todavía no puedo creer que pude hacer la llamada y que haya llegado donde mí. Pensé que me estaba odiando y pensando lo peor de mí. Ninguno de los dos pidió esto, pero el maldito destino hizo de las suyas. Salieron muchas personas afectadas y dañadas. Pero tengo esperanzas de que podremos resolver el desastre que dejaron a su paso.

—Él sabe que estoy aquí —indago a ver si me suelta información de nuestro hijo.

—Aún no lo sabe —menciona mirando por el pequeño cristal de la puerta que conecta hacia el pasillo—. Pero le podrás decir todo.

Sin conversar más porque habrá más tiempo después. Me preparo para poder escapar de este psiquiátrico. Veo a Kenneth preparando su arma y escondido detrás de la puerta mientras que yo me pongo los zapatos y esperó sentada a que venga la enfermera o el enfermo que viene a darme el medicamento.

—Buenas tardes Amelia te traje tu pastilla —dice de manera apacible ofreciéndome la pastilla en un envase plástico junto con un vaso de agua.

Finjo por última vez que me tomo el médicamente mientras que Kenneth se acerca a su espalda y le da un golpe con la pistola.

Impresionante el golpe no le abrió la cabeza, pero si la dejó inconsciente.

—Vámonos en el camino, me explicas lo demás.

Botando la pastilla y dejando el vaso de agua. Salimos sigilosos del lugar. En esta área hay una cámara al final del pasillo donde hay unas escaleras de emergencia.

—Kenneth las cámaras —le digo en susurro para que nadie de los cuartos vecinos me escuche.

—No te preocupes ya me ocupe de eso antes de entrar —mirando su reloj—. Falta una hora para que las cámaras vuelvan a grabar en tiempo real y tenemos que avanzar daré la señal de desmantelar el lugar.

Seguimos corriendo en el sitio y atentos de que no se aproxime nadie más mientras que llegamos a las escaleras de emergencia. Kenneth se convirtió en un estratega de primera por lo que veo y me siento orgullosa de él a pesar de todo lo que vivió en su infancia so volvió este hombre fuerte.

<<Quiero explicarle tantas cosas y decirle que no sólo extrañe a nuestro hijo, sino que... No es el momento Amelia>>

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El Yoga de la señorita L TerminadaWhere stories live. Discover now