Capítulo 13: I knew you were trouble.

31 9 38
                                    

No volvería a beber en mi vida, jamás de los jamases.

Eso ni tú te lo crees, ya me ahogaras en alcohol en las próximas horas.

¿Y dónde rayos estaba? Porque ese no era mi techo. Ay, Valerie qué hiciste anoche.

Seguro perdiste tu dignidad. Ah, cierto que de esa ya no tenías.

Tenía los ojos entreabiertos, porque más de eso me era físicamente imposible, y un rostro se me apareció en frente.

—¿Estás despierta o finalmente decidiste morir?

—No grites— le pedí, se me partía la cabeza.

—No estoy gritando— me miró extrañado.

—Cierra la boca, Will. Calladito te ves más bonito.

—Son las tres de la tarde, ¿no piensas salir de mi cama?

Abrí los ojos rápidamente, ¿qué hacía yo en la cama de Will?

A mí no me mires que no recuerdo nada.

—¿Por qué estoy en tu cama?— gruñí cuando abrió las cortinas y el sol me dio de lleno en el rostro.

—¿Recuerdas algo de anoche?— me preguntó expectante.

Carajo, ¿qué había dicho?

—¿Dije algo muy vergonzoso? Lo único que recuerdo es que me subí al auto de un chico y tú te enojaste mucho al respecto. Pero nada más.

—Y estabas fumando marihuana— espetó enojado.

—Lo sé, lo recuerdo. No necesito que me regañes.

—¿Segura?

Mmm, esto terminará en pelea, mejor lo ignoro. Me levanté de la cama con toda mi fuerza de voluntad y me dirigí al baño, necesitaba una ducha con urgencia.

Ay, no, no, no, no.

¿Y ahora qué te pasa? ¿Terminaste de enloquecer?

La imagen de Will tan cerca de mi rostro mientras yo le decía que estaba celosa me golpeó como una cachetada. ¿Cómo pude ser tan estúpida de decirle eso? Tengo que salir de este lugar ya.

Salí de la ducha y volví a ponerme mi vestido de la noche anterior rápidamente. Ni siquiera me molesté en cepillar mi cabello.

—He decidido hacer algo productivo con mi vida, así que te dejaré solo— dije entrando en la habitación—. Gracias por haberme traído aquí, eres un gran amigo.

Le di un beso en la mejilla y me dirigí hacia la puerta cuando me retuvo por la muñeca y me hizo girarme para enfrentarlo.

—¿Qué pasa, Will?— dije intentando contener las emociones que enloquecían por tenerlo tan cerca.

—¿Por qué huyes, Val?— preguntó enarcando una ceja.

Qué lindo que se veía hoy.

Concéntrate, estúpida. Te hizo una pregunta.

—No estoy huyendo— mentí—. Es que me acordé de que había quedado con Evan y no quiero hacerlo esperar.

—Anoche no pensaste mucho en él...— dice con arrogancia.

—Will— le digo con mi mejor sonrisa, la más simpática que logro—, en serio tengo que irme. Lamento si te importuné de alguna manera.

Hago un ademán de irme y otra vez me obliga a mirarlo. Pone su mano en mi barbilla, provocando que mi corazón palpite por demás. ¿Acaso iba a terminar lo que empecé anoche?

PerdidaWhere stories live. Discover now