Perdida

Capítulo 36: to love

— No hace falta que te quedes conmigo- le dije cuando llegamos (caminando, sí, con los tacones) a la casa.

— Realmente no hay otro lugar en el que preferiría estar- dijo él poniéndome los nervios de punta.

Ese era Jackson: en uno de los momentos más bajos de mi vida, aparecía y lo ponía todo de cabeza. Con Jackson las cosas eran así, él no se podía limitar a hacer lo que le pidieras o lo que tú considerabas que era mejor para ti. No, él necesitaba venir y sacar todo de perspectiva con sus frases que me volvían loca. Porque eso hacía Jackson, me volvía loca. No tenía paz a su lado.

— Ve a cambiarte- dijo entonces al ver que no tuvo respuesta de mi parte.

— ¿Disculpa?

— Quiero mostrarte algo, pero ve a ponerte otra ropa porque te congelarás si no.

— No tengo ganas de...- empecé a decir pero de golpe me interrumpió cargando una botella de tequila en la mano.

— Vamos a cambiarnos- dijo y no tuve más remedio que seguirlo: realmente necesitaba ese tequila.

Ok, yo sabía que estaba completamente mal el estar tan a solas con Jackson principalmente después de todos los eventos que sucedieron la vez pasada, pero no todos los días te enteras que una de las personas responsables de que tuvieras los peores primeros años de tu vida te dice que encima puso dinero para que eso sucediera. No, era demasiado que procesar y pensar, y sinceramente en este momento no tenía ganas de hacer nada de eso. Lo único que quería era fingir por tan sólo unos minutos que las cosas entre Jackson y yo no eran tan difíciles. Fingir por un momento que él sí podía darme la paz que tanto necesitaba.

— Oh por Dios, estás ebrio hasta la médula- grité. De hecho grité tan fuerte que creo que me lastimé la garganta. Quizás yo también estaba ebria.

El hecho es que Jackson estaba bailando en la calle. Su paseo hacia no sé dónde aún no había concluido y ahora estábamos completamente borrachos en las calles de este pueblo, que de hecho está desierto porque son las 3 de la mañana y nosotros deberíamos estar en la boda de nuestros padres.

— Ven a bailar conmigo, no pudimos hacerlo en la boda- dijo y me acerqué a él. Apoyé mi cabeza en su pecho que se me antojó demasiado cálido y nos movimos como si siguiéramos el ritmo de una canción.

— Sé que lo nuestro es jodido, super jodido, pero estando aquí los dos solos... simplemente no hay otro lugar en el que preferiría estar.

— Tampoco yo- me respondió él pegándome más a su cuerpo si eso era incluso posible.

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Abrí los ojos porque el dolor de cabeza no me dejaba dormir más, ¿por qué había bebido tanto de nuevo? Este año había tomado más alcohol que en los últimos cinco años juntos. Por supuesto me di vuelta y una espalda desnuda que ya conocía demasiado bien apareció en mi campo de visión. ¿Lo había rasguñado? Dios, pobre, Jackson.

— Jackson- lo moví para que se despertara.

De alguna forma habíamos olvidado que estábamos en casa de ¡¡¡¡nuestros padres!!!!

— Estoy despierto, pero no me quiero mover- respondió él.

— Vamos, date vuelta- insistí hasta que finalmente lo logré. Su arrolladora belleza apareció en mi campo de visión junto con algunas otras marcas que aparentemente le había dejado la noche anterior, ¿qué me había pasado?

— ¿Qué hicimos anoche?- pregunté.

— Creo que nos emocionamos un poco más de la cuenta- dijo él señalando una parte de mi cuello que debía tener alguna marca también.