Capítulo 42: rolling in the deep

15 1 2
                                    

— Es la quinta queja que recibo del comportamiento de ustedes dos en el quirófano- dijo la jefa de cirugía, regañándonos como si estuvieras en la oficina del director del instituto-, ¿qué rayos sucede con ustedes? Hace dos semanas que empezaste a trabajar aquí y- me hizo un gesto con la mano cuando quise hablar- encima miren lo que encontré. Como sabrán, estamos digitalizando los archivos del hospital. Lo hacemos por prioridad y el archivo de la doctora Mills no la tenía hasta ahora que trabaja aquí. Entonces encontré esto: "A quién corresponda...

— No lea eso- dije rápidamente, sabiendo de qué papel se trataba-, no es necesario que lo haga.

Jackson me miró con expresión extraña y le sacó el papel de las manos a la doctora Nicholson. Mierda.

— ¿Cuándo escribiste esto?- preguntó después de leerlo.

— Lo hice el día que renuncié, expliqué mis motivos y me fui.

— ¿Por qué me mencionaste? Si nadie sabía nada de lo nuestro- dijo con tono acusatorio.

— Temía que mi ex viniera y armara un escándalo mientras yo estaba en otro país- expliqué con tono de voz duro-, simplemente quise evitar que tuvieras un problema si nuestra relación salía a la luz; no quería que perdieras tu puesto. Simplemente lo hice por eso.

— Como si te hubiera importado lo que me sucedía a mí.

— Claro que me importaba- dije indignada-, te quería, te recuerdo que fuiste tú el que quiso terminar la relación, el que quiso que ya no estuviera a su lado.

— Y tú tuviste la perfecta oportunidad para huir, ¿verdad?

— ¡No tienes idea de las cosas que me han pasado!- le grité enojada- Ni se te ocurra hablar de mí como si todavía me conocieras porque no tienes una maldita idea, Jackson.

"No subestimes las cosas que haría"

— ¡La tendría si te hubieras contactado conmigo en todos estos años!

— ¿Acaso tú lo intentaste?

— Claro que lo intenté, pero nunca me atendiste. Pero ese no es el problema aquí, el problema es que me acusas de algo que no hice porque yo no te dejé, tú me dejaste a mí en el momento que aceptaste casarte con ese idiota en frente de mi cara- espetó-, ¡en frente de mis padres!

"Las cicatrices de tu amor me recuerdan a nosotros, me dejan pensando que casi tuvimos todo"

— El problema es que sigamos hablando de eso habiendo pasado tantos años. Yo no te conozco y tú no me conoces, mejor terminemos esto aquí.

— Yo no quiero terminar, ni siquiera empecé- dijo él con un tono de voz que jamás le había oído-. Quiero hablar de tu hija.

— Ni se te ocurra mencionar a mi hija, no tienes ningún derech...

— ¿Soy el padre?

Me quedé petrificada, creo que literalmente mi corazón dejó de latir por unos segundos. ¿Cómo había llegado a esa conclusión?

— ¿Qué dices?

— ¿Ustedes tienen una hija?- preguntó la doctora Nicholson que seguro se estaba haciendo un festín presenciando nuestra pelea.

— Dímelo, Valerie, ¿es mi hija?

"Cariño no tengo ninguna historia que contar, pero he escuchado una tuya y hará que tu cabeza explote"

— Dime tú una cosa- le dije intentando calmarme-: ¿estabas ahí el día que nació? ¿Estabas cada noche que me tuve que levantar cuando era bebé? ¿Estabas ahí cuando dijo sus primeras palabras, cuando dio sus primeros pasos? No, entonces no eres el padre.

PerdidaWhere stories live. Discover now