Capítulo 29: give your heart a break

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La verdad que a veces es un privilegio estar en tu cabeza.

Cállate, por favor.

¡Pero tenemos que hablar de lo que pasó!

No pasó nada.

Claro que pasó, te acostaste con el doctorcito...

No quiero hablar de eso, volví a engañar a Will y esta vez no había ningún alcohol al que pudiera echar parcialmente la culpa.

Bueno, sí, pero tú viste lo que es el doctorcito, hasta me atrevo a decir que es la mejor performance que hemos tenido en nuestra vida, y eso que cuando eras más joven probaste de todos los gustos y tamaños.

¿Acaso eres mi enemiga?

Soy tu misma, no estás teniendo una conversación con otra persona en voz alta.

- Valerie Allison Lerner- había sólo una persona que me llamaba así y no solía ser por algo bueno. Todos mis compañeros se giraron a mí con expresión de burla en sus rostros, ¡hasta Jackson se estaba riendo!

- Hola, ma- dije con una sonrisa mortificada-, ¿qué haces aquí?

- Parece que tengo que venir a este hospital para enterarme qué sucede en la vida de mis hijas- dijo con tono enojado. Miré a mi alrededor y estaban todos bastante entretenidos escuchando y viendo nuestro intercambio. No podía culparlos, no todos los días viene tu madre a retarte al trabajo.

- Buenos días, doctora Lerner- dijo Jackson cuando mi madre lo miró, creo que le tenía miedo él también.

- Hola querido, ¿cómo estás? ¿Cómo se está portando mi hija, la mantienes a raya?

En ese momento me ahogué con el sorbo de agua que estaba tomando, ¿cómo le iba a preguntar eso a mi jefe?

Sí que la mantiene a raya; raya horizontal, vertical y otro tipo de posiciones de raya que se te ocurran. Muy imaginativo el doctorcito...

- Eso intento, doctora Lerner- dijo el muy desgraciado, bromeando a mi costa, ¡como si anoche no se hubiera acostado conmigo!

- Bueno hoy me asistirán los dos en el trasplante que estaré haciendo, quiero ver qué tan bien están haciendo su trabajo, elige a un interno más- entonces su mirada se dirigió a mí-, ¿me acompañas?

Asentí y me apresuré a seguirla antes de que decidiera hacer otro comentario delante de mis compañeros, se dirigió a las habitaciones de guardia y entró en la peor posible: la que había estado anoche con Jackson.

- ¿No deberíamos hablar en otro lugar?- quise convencerla.

- ¿Para qué? Si esta está libre- dijo ella entrando en la habitación.

Entré arrastrando los pies como si tuviera 10 años, odiaba estar de nuevo en este lugar y más con mi madre. La habitación me traía todo tipo de recuerdos, como Jackson y yo junto a la puerta, contra la puerta, contra la otra puerta, encima de la cama en la que ahora estaba sentada mi madre...

- ¿Por qué no me dijiste nada de lo de Will? Tuve que enterarme por Grace, está muy disgustada, ¿qué ha pasado? ¿Por qué tomaste esa decisión tan de repente?

- No fue de repente, mamá- dije con lágrimas en los ojos-. Will ha recaído muchas veces en los últimos años, más de las veces que te conté o que le conté a Grace, siempre lo intenté minimizar porque no quería que ustedes se preocuparan o que pensaran mal de Will.

- ¿Y qué cambió ahora?- quiso saber ella, tomó mi mano para reconfortarme y lo agradecí internamente.

- Desde que yo empecé a trabajar aquí, las cosas con Will no han estado bien; discutíamos más de lo que estábamos bien. Ese día era la primera vez que nos veíamos después de una discusión bastante acalorada en la que él básicamente me echó del departamento- continué hablando antes de que mi madre dijera algo-. Llegó y me besó con intensidad y entonces yo creí que se le había pasado el enojo, pero él estaba como en trance, incluso hizo que me quemara con el horno encendido porque no me escuchaba. Empezamos a discutir y entonces él... él me atacó- lloraba desconsoladamente-. Por suerte unos vecinos nos escucharon y lo separaron de mí, tuve que pedirle a Jackson que fuera al departamento y le diera un calmante.

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora