Capítulo 23: this is me trying

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—Bien, dime qué es lo que querías decirme— pedí con un poco de ansiedad, necesitaba dejar de estar en la misma habitación que este hombre, me estremecía la piel.

—Cuando tu padre y yo terminamos el instituto, sufrimos un accidente de auto; a mí no me sucedió gran cosa porque usaba el cinturón, pero él salió despedido por el parabrisas. No me pidas términos médicos porque no los sé y porque también ha pasado mucho tiempo, pero la operación que le hicieron en la cabeza le dejó muchas secuelas neurológicas.

—Espera, ¿por qué me estás contando todo esto?— le pregunté sin entender a dónde se dirigía.

—Estoy contándote cómo se conocieron tus padres, y cómo terminó tu padre convirtiéndose en la persona que tu conociste. Te mereces conocer tu origen, Valerie— asentí, dándole un permiso tácito para que pudiera continuar—. Él estuvo por mucho tiempo en el hospital y, como sabrás, eso cuesta dinero, así que empecé a trabajar en una cafetería y en un restaurante muy lujoso. En ese restaurante, conocí a tu madre.

Con la mención de esas palabras, sentí como todo mi cuerpo se tensaba y un sudor frío me recorría la columna; era la primera vez que oía algo de ella que no fuera que era una perra que había abandonado a mi padre.

—Me enamoré de ella en un instante, no te voy a mentir— vaya, parece que el drama viene de familia—. Empezamos a salir a escondidas de su familia; ella provenía de una familia muy adinerada y yo tenía dos trabajos para mantener la hospitalización de mi hermano.

—¿Y cómo es que tu no resultaste ser mi padre?— pregunté, teniendo la necesidad de agregar algo a la conversación.

—Porque cuando él salió del hospital ya no era el mismo que antes; se había convertido en alguien manipulador y agresivo, podía hacerte creer una cosa cuando en realidad...

—No me estás contando nada que no sepa, lo viví en carne propia.

—Lo siento— dijo visiblemente apenado—. Él empezó a confundir a tu madre, hasta que una noche que ella estaba borracha se acostó con ella fingiendo ser yo.

No te pases.

—Por favor dime que así no es como nací— dije suplicando que no fuera verdad.

—No— dijo él y pude ver que esa parte de la historia le estaba costando—. Al otro día, él negó haberse hecho pasar por mí y acusó a tu madre de inventar eso porque no quería hacerse cargo de la realidad. Yo la perdoné, confié en ella y en su historia, pero él la siguió confundiendo hasta que tuve que ver cómo la mujer que amaba me dejaba por mi hermano. En ese entonces me enojé muchísimo, me alejé de ellos y me fui de la ciudad cuando me enteré que te esperaban a ti. En serio lo siento, Valerie.

—¿Qué es lo que sientes?— pregunté confundida, si hasta yo sentía lástima por él.

—Lamento haberme ido, si no lo hubiera hecho... Si yo hubiese sabido que ella se había ido, me hubiera hecho cargo de ti. Jamás te hubiera dejado sola con él.

Las lágrimas brotaron de mis ojos, eso era lo último que había logrado soportar, pero entonces, no pude evitar preguntarme, ¿cómo hubiera sido mi vida si me hubiera criado con un padre que sí me quisiera? Si Joe no se hubiera ido, si mi madre no lo hubiera dejado, ¿cómo sería mi vida ahora? No estaría aquí parada, eso era seguro. Jamás hubiera conocido a Will o a Sophie, tampoco hubiera conocido a Margaret, Robert y Grace, probablemente ni siquiera sería médica.

Sin embargo, cambiaría todo eso por no sentirme como ahora, para no sentir hace veinticinco años este agujero en el pecho que no me deja respirar. Cambiaría todo por una madre que no me hubiera abandonado y por un padre que no me hubiera maltratado.

Lo cambiaría todo para ya no estar así de rota.

Pero eso era imposible, mi vida era esta y, como había dicho Jackson, dependía de mí dejar que me siguiera afectando o hacer algo para cambiarlo. Y honestamente, ya estaba cansada de dejar que la vida me pasara por delante sin tomar las riendas.

—Mira, Joe, te agradezco tu historia y aunque a mi también me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes, no lo fueron. No te sientas culpable, yo hubiera hecho lo mismo que tú.

—Valerie, a mí me gustaría que fueras parte de mi vida...

—Lo lamento, Joe— dije rápidamente, interrumpiéndolo—. Si las cosas fueran de otra manera, podría considerarlo, pero te miro y lo veo a él. Simplemente no puedo, en serio lo siento.

—No tienes que disculparte, pero que sepas que las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti.

Se levantó de la silla e hizo un ademán para acercarse a mí, pero instintivamente di un paso hacia atrás. Él entendió mi gesto y salió de la sala con la mirada abajo. Esperaba que eso no me costara mi trabajo, pero no puedo meter a ese hombre en mi vida, por una vez tengo que pensar qué es lo mejor para mi.

—Eres igual a ella, por cierto— dijo en el umbral de la puerta—. Era una gran mujer, jamás entendí qué la llevó a dejarte.

———————

—Doctora Lerner— el jefe de cirugías espetó mi nombre con enojo—, quiero que sepa que estoy siendo muy comprensivo al dejarla quedarse con su trabajo. Que sepa que es por el gran desempeño que ha tenido los últimos meses, no de un paso en falso porque su historial no está limpio. Ya le diré cuál es su correspondiente castigo.

Asentí levemente con la cabeza; Jackson y yo estábamos parados frente a su escritorio como si el director del instituto nos estuviera perdonando una amonestación.

—Bien, no quiero verlos en mi oficina por más tiempo— dijo con tono cansado, miro el cronograma de médicos donde está el horario de trabajo de cada uno—. Doctora Lerner, a su casa, terminó su turno; doctor Monroe, empieza la competencia de residentes de segundo año así que se queda dos días más.

La competencia de la que hablaba era una donde los médicos residentes de segundo año pasaban dos días enteros en el hospital consiguiendo la mayor cantidad de casos posibles; el que más puntos obtenía, ganaba entrar en una cirugía importante.

—Yo me podría quedar— dije antes de pensar si era una buena idea.

—¿Qué?— preguntó Jackson, visiblemente harto de mí.

—Podría quedarme estos dos días contigo; reemplazaría a mis compañeros que les toque el turno de la noche.

—¿Por qué harías algo así?

—Porque hoy no actué correctamente y quiero demostrar con trabajo que lo puedo hacer mucho mejor, además prefiero ir con este castigo antes que con uno que implique hacer exámenes rectales.

—Me parece bien— dijo entonces el jefe—, además implicaría ya no verlos por aquí en una larga temporada.

—Pero...— quiso decir Jackson, aunque sin éxito; ya estábamos fuera de la oficina.

—Te prometo que te compensaré todo lo de hoy— le dije anticipándome a su echada de bronca— , haré que ganes esa competencia, ya lo verás. 

PerdidaWhere stories live. Discover now