Capítulo 24: question...?

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— Doctor Monroe— dije moviendo su hombro— , despiértese.

— Lerner, dime que no has matado a nadie— pidió en un quejido, intentando despertarse.

Le puse mala cara y lo fulminé con la mirada, claro que lo hubiera visto si tuviera los ojos abiertos.

— Por supuesto que no, pero tiene que despertarse o los otros le robaran los casos.

Eso pareció despertar su interés porque se sentó en la cama de un golpe. Y señoras y señores, déjenme contarles algo: el doctor Monroe no duerme con camisa. Oh no, todos sus abdominales me estaban mirando.

Me gustaría pasar la lengua por esos abdominales.

Juro que ese pensamiento jamás cruzó mi cabeza.

Jackson miró su celular— ¿por qué me estás despertando a las 5 de la mañana?

— Porque está llegando un trauma y todos los demás doctores siguen durmiendo, ¿quieres saber por qué?— le pregunté con una sonrisa maliciosa.

— ¿Porque son las 4 de la mañana?— preguntó con sarcasmo.

— No, porque no tienen una interna tan genial como yo que sobornó a una enfermera con algunos de los bollos que te fui a comprar, sobornando al de la tienda para que me abriera una hora antes.

— ¿Hiciste todo eso?— preguntó sin poder creerlo— ¿A las 4 de la mañana? Si sabes que cuando llega un trauma nos avisan, ¿no?

— Pero serás el primero en llegar y podrás elegir el mejor caso, el que más posibilidades tiene de sumar muchos puntos.

— Haces que la competencia suene sangrienta, estoy empezando a temerte más de lo que ya te temía— dijo tomando uno de los bollos que le ofrecía, gimiendo de placer al probarlo.

Me gustaría que gimiera así abajo mío.

En serio que no sé de dónde están saliendo esos pensamientos.

El resto de los dos días los pasé en el hospital, casi sin dormir y de aquí para allá. Era lo único que podía hacer para no pensar en todo lo que había sucedido, necesitaba no pensar en eso. Por lo que lograr que el doctor Monroe ganara la competencia fue lo que ocupó mi mente por 48 horas.

Por supuesto que ganó la competencia y yo me gané la posibilidad de asistirlo en la primera cirugía que realizaría él sólo, aunque con una condición.

— No quiero verte por 24 horas, es lo único que te pido. Ya he tenido suficiente de ti, déjame descansar— me dijo una hora atrás, razón por la que estaba entrando en mi departamento en ese momento.

Departamento que no pisaba desde hacía tres días, departamento en el que vivía mi novio con el que no había hablado en los últimos tres días.

Así que, cuando abrí la puerta y vi a Will levantarse del sillón hecho una furia, instintivamente puse mis brazos a la defensiva.

— No voy a atacarte, Val— me dijo él alejándose de mí— , sabes que jamás te haría algo así. ¿Qué te sucede?

Las lágrimas llenaron mis ojos y todos los pensamientos que había estado conteniendo los últimos días se agolparon en mi cabeza haciéndome sentir mareada. La preocupada mirada de Will fue lo que hizo que corriera hacia él y lo abrazara, enterrando mi rostro en su pecho, deseando quedarme así para siempre.

— Sé que estás enojado conmigo por haber estado en el hospital todos estos días y no haberte respondido, pero ¿puedes sólo por un rato abrazarme?

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora